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Personas normales que hacen y deshacen

21 de marzo de 2018

Durante su estancia en Roma, con ocasión de la Asamblea Plenaria de la Pontifica Comisión para América Latina, el Cardenal Rubén Salazar se reunió con los sacerdotes…

Al almuerzo asistió monseñor Alejandro Díaz, sacerdote oficial del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, organismo responsable de organizar y animar el pasado Jubileo Extraordinario de la Misericordia. Por estos días colabora en la preparación del “Encuentro sobre la Espiritualidad de la Misericordia” que se realizará en Roma los días 7 y 8 de abril. Posteriormente el papa Francisco se encontrará con los Misioneros de la Misericordia a quienes confió facultades especiales para el sacramento de la reconciliación.

 

También asistieron los padres Andrés Pérez y José Gabriel Leguízamo quienes, además, de colaborar en la parroquia San Miguel Arcángel, han sabido aprovechar la riqueza humana, espiritual y eclesial de esta experiencia formativa. El padre Pérez terminará la licenciatura en Teología Pastoral con énfasis en Pastoral Juvenil en la Pontificia Universidad Salesiana, mientras el padre Leguízamo cursa el último semestre de Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana.

 

Pocos días después monseñor Octavio Ruiz Arenas, secretario para el Consejo de la Promoción de la Nueva Evangelización, y monseñor Stefano Dueckers, representante de la diócesis de Aachen (Aquisgran)-Alemania invitaron a todos los sacerdotes colombianos residentes en Roma a participar de la Eucaristía y la cena en acción de gracias por el vínculo de fraternidad que une las Iglesias de Colombia y Alemania. Asistieron cerca de cien sacerdotes y algunos miembros del consulado colombiano en Roma.

 

Sin lugar a dudas el momento más emotivo en esta comunión sacerdotal se vivió durante el encuentro de los sacerdotes-estudiantes con el papa Francisco el pasado viernes 16 de marzo. El Santo Padre recordó a los asistentes que la formación permanente nace de la conciencia de la propia debilidad y por tanto el sacerdote debe estar atento a su propia formación humana, pastoral, espiritual y comunitaria, haciendo del Espíritu Santo su compañero de camino en el discernimiento la voluntad de Dios.

 

“Es necesario ser personas normales, humanas, – dice el papa Francisco – capaces de gozar con los demás, de reírse”. Por lo que, además de estudiar, los sacerdotes en Roma perciben la universalidad de la Iglesia en las diversas culturas presentes en el aula de clase. Aprovechan las fiestas de Navidad y Semana Santa para colaborar en parroquias de Italia, España, o Francia. Algunos han tenido incluso la oportunidad de viajar a Tierra Santa, Rusia, Alemania, Lituania, Polonia, entre otros.

 

Es posible durante el verano adelantar cursos de idiomas, doctrina social de la Iglesia, formación sacerdotal o administración de bienes eclesiales. Algunos cultivan su gusto por los deportes, participando en la Clericus Cup o asistiendo a los partidos de la Roma, el Barça o la Juventus. Basta incluso aprovechar el gimnasio o los espacios deportivos que se tienen en la mayoría de colegios pontificios. Lo cierto es que, en medio del estudio, los juegos, los amigos, siempre está presente el deseo de regresar a casa, de estar con los suyos, de llegar a la parroquia y desarrollar su vocación como padre y pastor de la Iglesia.

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