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El matrimonio, modelo del amor verdadero

3 de junio de 2025
Imagen:
Vatican News

"Por eso, con el corazón lleno de gratitud y esperanza, a ustedes esposos les digo: el matrimonio no es un ideal, sino el modelo del verdadero amor entre el hombre y la mujer: amor total, fiel y fecundo” (cf. S. PABLO VI, Carta Encíclica Humanae vitae, 9). Este amor, al hacerlos "una sola carne, los capacita para dar vida, a imagen de Dios". Palabras del papa León XIV en la misa celebrada con ocasión del Jubileo de las Familias, en Roma, el pasado domingo primero de junio.

Comienza, entonces, el nuevo pastor de la Iglesia universal a hacer de su ministerio un servicio a la verdad en los diferentes órdenes de la vida. En este caso toca la realidad del matrimonio y por ende de la familia. Las palabras son claras, a la vez que tienen carácter estimulante para quienes ya viven en condición matrimonial y para quienes tienen en mente llegar a este estado de vida. Y, son también, de alguna manera, un punto de reflexión para quienes ven con escepticismo el matrimonio y prefieren la llamada unión libre o quienes simplemente han decidido no casarse nunca. En todo caso, el tema queda propuesto para ser reflexionado con serenidad.

Esta es la misión profética del Papa, de este y de todos los que lo han precedido y lo sucederán. Ser heraldos fieles de Jesucristo y de la Palabra de Dios que propone a los hombres y mujeres de todos los tiempos un modelo de vida fundado en el amor y el compromiso en cada estado de vida particular. No es que cada pontífice decida qué enseñar y qué no. Ellos reciben una misión y el Espíritu Santo los inspira para realizarla en fidelidad a Dios y a las personas, muchas veces en medio de incomprensiones y tendencias opuestas de diversos ámbitos y pensamientos de la humanidad.

Pero no cabe duda hoy en día, que, tanto el Santo Padre como toda la Iglesia, tienen la misión de presentar a la humanidad entera la obra y la palabra salvadora y humanizadora de Jesucristo. Elogiar el matrimonio y la familia, proponerlos como ideal de vida, hablar de ellos como lugar privilegiado para el amor verdadero, es en realidad un acto de aprecio y respeto por las personas. Es un voto de confianza en las capacidades que hay en cada hombre y cada mujer para realizarse en la entrega a otra persona, en la transmisión de la vida y la fe, y de formar comunidad para siempre.

En el mundo actual una de las mayores quejas escuchadas tiene que ver con la soledad que experimentan miles de personas. ¿Acaso hay mejor respuesta diferente a invitar a vivir un amor verdadero en la relación matrimonial y familiar? No creemos. Dios ha creado al hombre y a la mujer para que sean ayuda y compañía, para que vivan unidos bajo su paternal bendición, para que caminen juntos hasta el final, es decir, Dios al hacerlos capaces de amar los ha invitado a que unan sus vidas para tener la alegría plena. 

Ni el papa ni los obispos, ni los sacerdotes ni nadie que predique y comunique la fe debe sentir timidez de seguir proponiendo a las personas que construyan existencias con base en el matrimonio y la familia, pues allí es posible una vida integral, no obstante, las dificultades naturales que hay en la convivencia humana.

Las primeras intervenciones del papa León XIV dejan ver, como era de esperarse, una gran seguridad doctrinal, para proponer al pueblo de Dios y a toda la humanidad los tesoros de la Revelación sin recortes ni ambigüedades. Y, con toda seguridad, esto infundirá nuevos bríos en la Iglesia para compartir por el mundo entero los tesoros de la fe que, sin duda, son muy necesarios hoy.

Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
Fuente:
Dirección- El Catolicismo.com.co
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