Invitado especial
Atención profesional, humana y espiritual para niños con discapacidad
Niños y jóvenes con discapacidades físicas, cognitivas y sensoriales son atendidos con programas integrales de calidad por diversos profesionales en la fundación de la…
La fundación ayuda a niños desde los 0 hasta los 22 años que viven en el sector de Ciudad Bolívar al sur de la ciudad. Allí, previa inscripción, soportes médicos, evaluaciones, verificación de datos y voluntad de la familia son recibidos para apoyarlos y enseñarles cómo tratar cualquier tipo de discapacidad y desarrollar en ellos habilidades para su manejo diario.
La sede de esta fundación arquidiocesana funciona desde hace 10 años en el primer nivel de la casa de la parroquia San Pedro Poveda, en el barrio Manitas de Ciudad Bolívar. Allí trabajan varios profesionales, trabajadoras sociales, fisioterapeutas, talleristas, psicólogos y voluntarios. Por supuesto, asesorados y dirigidos por el Vicario episcopal trerrorial de la zona, monseñor William Casas Velásquez.
Servicios prestados con profesionalismo y amor
Se majean dos modalidades de servicios; la primera, para los niños desde los 0 a los 16 años de edad. Aquí se brindan sesiones individuales en el área de terapia ocupacional, fonoaudiología y fisioterapia. Con un programa personalizado para que se logre alcanzar un desarrollo armónico e integral en cada uno de los casos.
La segunda modalidad de servicio que se brinda es para jóvenes de los 17 a 22 años con una permanencia máxima de 3 años. Aquí se manejan talleres productivos de acuerdo con su perfil adaptativo y ocupacional, enfocado al trabajo con las familias para brindar herramientas que permitan un proyecto de vida a sus hijos.
Actualmente son atendidos 30 niños de diferentes edades que viven en el sector y que padecen enfermedades como parálisis cerebral, síndromes neurodegenerativos, hidrocefalia, síndrome de down, transtornos en el desarrollo intelectual, trastornos de aprendizaje, entre otras discapacidades.
Historia de la Fundación
Cabe resaltar que la labor de esta fundación arquidiocesana se remonta a 100 años, ya que el 18 de octubre de 1910 fue creada, inicialmente para el cuidado de niños desamparados y vulnerables de Bogotá. Es así que, por medio de la construcción de unos dormitorios localizados en el centro de la ciudad, se les brindó un hogar, una casa donde vivir y un apoyo educativo, durante varias décadas.
Al finalizar este programa y continuando en la misma línea de enfoque social, la junta directiva de la fundación Monseñor Valenzuela Balén asumió como prioridad el liderazgo y gestión, pero con la atención a niños y jóvenes en condición de discapacidad, a través del programa llamado Centro de Atención San Pedro Poveda, con cobertura en la localidad de Ciudad Bolívar.
Todo esto, teniendo en cuenta que el mayor número de población en condición de discapacidad se encuentra ubicado en estratos 1 y 2 en nuestro país.
Así mismo, con el apoyo de la arquidiócesis de Bogotá y la coordinación del vicario episcopal territorial del Espíritu Santo, en sus inicios, monseñor Francisco Antonio Nieto y luego monseñor Luis Augusto Campos Flórez y monseñor Jorge Humberto Acevedo hicieron posible que este programa se desarrollara en su totalidad y se mantuviera cada día más en pro de la niñez más desamparada y con discapacidades en el sur de la ciudad.
Desde hace varios meses esta obra está en el territorio de la vicaría episcopal teritorial de Santa Isabel de Hungría, su vicario, monseñor William Casas es también el actual director ejecutivo de esta fundación.
A continuación, veamos la entrevista que nos concedió la terapeuta ocupacional y coordinadora general, Giselle Andrea Peláez, quien labora en la fundación “Monseñor Valenzuela Balén” desde hace 8 años y las palabras que nos dirigió monseñor William Casas sobre este tema:
Fuente Disminuir
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