La Iglesia colombiana llegó a la COP30 con un mensaje contundente y urgente desde los territorios: la crisis climática está profundizando desigualdades y poniendo en riesgo la supervivencia de comunidades enteras. Monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, presente en Belém como vocero del Episcopado, enfatizó que Colombia necesita compromisos reales de financiación, protección amazónica y transición justa, y que la comunidad internacional debe escuchar “la voz de quienes ya están viviendo los impactos más severos del cambio climático”.
A 33 años de la primera COP —creada con la promesa de coordinar la acción climática global— el deterioro ambiental avanza con mayor rapidez que las respuestas políticas. En 2023, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que ya no vivimos un “calentamiento global”, sino una “ebullición global” que amenaza la vida en todas sus formas. Esa crisis golpea con especial fuerza a los países del Sur Global, escenario en el que la Iglesia Católica elevó una voz profética desde Belém, recordando que la urgencia dejó de ser advertencia para convertirse en amenaza concreta para millones de personas.
La presencia de la Iglesia Católica latinoamericana, caribeña, africana y asiática marcó un hito histórico en la Amazonía. Con una voz articulada desde el Sur Global, obispos, delegaciones eclesiales, comunidades acompañadas por Cáritas y líderes territoriales colombianos exigieron avanzar hacia una justicia climática real, una ética ecológica global y una conversión ecológica integral acorde con la gravedad de la crisis planetaria.
Monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social – Cáritas Colombiana, lideró la representación eclesial en los escenarios diplomáticos, en espacios de sociedad civil y en el histórico encuentro entre obispos del Sur Global.
“Si no detenemos el cambio climático, estamos abocados a una destrucción. Para el año 2050 las condiciones del mundo serían absolutamente difíciles”, advirtió al terminar su participación en la cumbre.
Un mensaje desde el Sur Global: reparaciones históricas y fin de las falsas soluciones
Durante la COP30, las Conferencias Episcopales de África, Asia, América Latina y el Caribe entregaron a la presidencia de la Convención de la ONU un documento titulado “Un llamado por la justicia climática y la casa común: conversión ecológica, transformación y resistencia a las falsas soluciones". En él denuncian temas como:
⁃ la mercantilización de la naturaleza,
⁃ la expansión de nuevas infraestructuras fósiles,
⁃ los mercados de carbono que trasladan la carga a los más pobres,
⁃ la tecnocracia sin justicia,
⁃ las falsas soluciones del llamado “capitalismo verde”.
El documento es contundente:
“La Iglesia no guardará silencio. Rechazamos las falsas soluciones y exigimos la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.”
“Los países ricos tienen una deuda histórica con quienes han sufrido los impactos del extractivismo y el colapso climático.”
Los obispos advierten que estos enfoques profundizan desigualdades históricas y perpetúan un modelo que sacrifica territorios y pueblos enteros. Frente a ello, exigen acciones estructurales y de largo alcance: la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, el fortalecimiento de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), el cumplimiento riguroso del Acuerdo de París y el compromiso de alcanzar deforestación cero en 2030, especialmente en ecosistemas estratégicos como la Amazonía. También, reclaman mecanismos de gobernanza climática con participación activa y vinculante de comunidades locales, pueblos indígenas, sociedad civil y organizaciones basadas en la fe.
Reparación histórica: una exigencia ética y no negociable
Monseñor Juan Carlos Barreto reforzó el llamado al señalar que la crisis climática no puede abordarse solo desde criterios técnicos o financieros, sino desde la responsabilidad histórica. Recordó que los países industrializados “han concentrado los beneficios de un modelo extractivo y altamente dependiente de los combustibles fósiles, dejando una huella ecológica que hoy recae con mayor dureza sobre los países pobres y en desarrollo”.
Para el prelado, la reparación es un imperativo moral:
“Los países desarrollados deben reparar históricamente a los países en vías de desarrollo por el daño ecológico causado. No se trata ya de préstamos ni de ayudas condicionadas; se trata de reconocer una deuda acumulada durante décadas y de asumir compromisos reales.”
Dicha reparación debe traducirse —insistió— en financiación justa, sin generar deuda, con acceso directo para las comunidades y acompañada de la eliminación progresiva de los combustibles fósiles y una transformación profunda de la arquitectura financiera internacional. Sin este reconocimiento histórico, cualquier acuerdo climático queda “incompleto, desbalanceado e injusto” agregó monseñor Barreto.
Reconocimiento de la ONU: “Sigan hablando y háblenlo alto”
En un gesto sin precedentes, la ONU reconoció públicamente el liderazgo ético de la Iglesia Católica en las negociaciones climáticas. Gustau Mañez Gomis, jefe del gabinete de la COP, afirmó:
“Cuando la religión habla, la política escucha. Tienen mucha autoridad moral para mover la política en la dirección correcta. Sigan hablando y, por favor, háblenlo alto.”
El organismo destacó documentos del magisterio, como Laudato si’, Laudate Deum, y la voz del Papa León XIV; se refirió a ellos como referencias morales globales indispensables.
El mensaje del Papa León XIV: guardianes de la creación
En un video transmitido durante la cumbre, el Papa León XIV exhortó:
“Somos guardianes de la creación, no rivales por sus bienes. Actuemos con rapidez, fe y profecía para proteger el don que Dios nos confió.”
El Pontífice afirmó que aún es posible mantener el aumento de la temperatura bajo los 1.5°C, aunque advirtió que “la ventana se está cerrando”.
Colombia en la COP30: cinco apuestas que convergen con la voz de la Iglesia
La delegación del Gobierno colombiano llegó a Belém con una agenda climática que tiene amplia sintonía con los llamados de la Iglesia:
1. Transición energética y eliminación progresiva de combustibles fósiles
2. Integración entre biodiversidad y clima, defendiendo el legado de la COP16
3. Protección de pueblos indígenas, afros y campesinos
4. Reforma financiera internacional y alivio de deuda
5. Financiación para la Amazonía y bosques tropicales
En el marco de la cumbre, Colombia obtuvo además un resultado histórico:
USD 100 millones del The Journey Fund para impulsar una transición energética justa, siendo el primer país de la región en recibir este apoyo.
“No podemos pensar solo en lo tecnológico. Necesitamos una ética ecológica que nos permita compartir valores comunes independientemente del país o la fe”, afirmó monseñor Barreto.
Aporte colombiano: experiencias territoriales presentadas por Cáritas
El Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana presentó experiencias emblemáticas de ecología integral desarrolladas con comunidades.
1. Reducción del Riesgo de Desastres en La Mojana (Ayapel, Córdoba): reconocido como ejemplo de adaptación basada en comunidades. Se han logrado alcances como:
- Comités de gestión del riesgo
- Rutas de evacuación y terraplenes
- Mapeos participativos
- Liderazgo y empoderamiento comunitario
2. Comunidad de Tierra y Territorio (CTT): una propuesta integral que articula ambiente, territorio, soberanía alimentaria y paz que incluye actividades como:
⁃ Conservación de semillas nativas
⁃ Sistemas agroforestales y biofábricas
⁃ Incidencia contra la deforestación
⁃ Economía solidaria liderada por mujeres
⁃ Diálogo intercultural y espiritualidad ecológica
Líderes comunitarios y ambientales del Guaviare en la COP30
De la mano del SNPS-CC, a través del proyecto ‘Global’, y gracias al apoyo de Cáritas Alemania, participaron en la COP30, ratificando con sus testimonios ratificaron que la solución climática empieza en los territorios:
- Ana Bertilde Cuesta, referente agroecológica en El Retorno, ha transformado su finca en un modelo de transición productiva sostenible, impulsando prácticas agroecológicas, recuperación de suelos y fortalecimiento del papel de las mujeres como guardianas de la biodiversidad.
- Veiler Peña, joven líder campesino de la Zona de Reserva Campesina La Guardiana del Chiribiquete, expuso cómo las comunidades están resistiendo a la deforestación mediante organización social, gobernanza local y propuestas de manejo comunitario del territorio.
- Yesid Pereira Ovalle, de la vereda La Carpa, compartió la iniciativa de la “semillatón” y el proceso para crear una Casa de Semillas del río Guayabero, una apuesta que garantiza soberanía alimentaria, adaptación al clima y protección del patrimonio biocultural de la región.
Iglesia latinoamericana: conversión ecológica, coherencia y comunidades Laudato si’
En diálogo con el CELAM, monseñor Barreto resaltó el avance hacia comunidades eclesiales sostenibles:
⁃ Más de 50 eco-parroquias y parroquias Laudato Si’ en certificación.
⁃ 250 animadores Laudato Si’ formados recientemente.
⁃ Alianzas CELAM – Movimiento Laudato Si’ – CEC.
⁃ Transformaciones ecológicas en templos, seminarios, colegios y obras pastorales.
“El testimonio interno fortalece la incidencia pública”, afirmó el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social-Cáritas Colombiana.
Obispos del Sur Global: “La tierra casi sangra”
Durante este encuentro eclesial e intercontinental en la COP30 se destacaron tres voces:
⁃ Cardenal Jaime Spengler: “La tierra casi sangra. No es un recurso para ser explotado.”
⁃ Cardenal Fridolin Ambongo: Alertó sobre refugiados climáticos y conflictos por minerales verdes.
⁃ Cardenal Felipe Neri Ferrão: Exigió detener la expansión fósil y garantizar financiación justa.
Hacia una Iglesia que vigila, acompaña y actúa
La Iglesia dejó claro que su participación no es simbólica. Asumió compromisos internos para responder con coherencia al desafío climático: promoverá economías basadas en la solidaridad y la sobriedad feliz, impulsará educación en ecología integral, apoyará las luchas territoriales de comunidades e indígenas y pondrá en marcha un Observatorio Eclesial sobre Justicia Climática para vigilar el cumplimiento de los acuerdos climáticos y denunciar sus incumplimientos.
“Este es un espacio absolutamente necesario donde la Iglesia tiene que estar. Cada día mejoramos nuestra articulación y participación”, afirmó monseñor Barreto.
La COP30 recordó que el cuidado de la creación es un imperativo ético y espiritual. La Iglesia colombiana, en sintonía con el Sur Global, reafirmó que la ecología integral es camino de justicia, paz y esperanza, y que la vida de la Amazonía —y de los pueblos que la habitan— depende de decisiones que no pueden esperar.
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