Vincularse a las obras de la Iglesia
En una coyuntura social tan compleja como la que se vive hoy en la ciudad, la arquidiócesis de Bogotá, encabezada por su arzobispo Rubén Salazar, desea seguir actuando…
Con frecuencia se pregunta a los ministros de la religión por qué la Iglesia no cuenta todo lo que hace a favor de los más necesitados. La razón sencilla es que el Evangelio propone hacer el bien con discreción y sin alardes. Pero también dice que al ver las buenas obras que hacen los discípulos de Jesús, muchos pueden llegar a la fe y a alabar a Dios.
La arquidiócesis de Bogotá es supremamente activa en acciones a favor de los más necesitados de la ciudad y de los municipios situados en el oriente de la misma, que también hacen parte de esta iglesia particular. Esas acciones, sin contar la infinidad que se realizan a nivel de parroquias, abarcan 20 colegios, una universidad, centros de atención a los migrantes, comedores gratuitos, una fundación y colegio para niños y jóvenes, otra fundación que financia otras obras, una fundación a favor de la población carcelaria y sus familias, un fondo de auxilio para los sacerdotes jubilados, un banco de alimentos y muchas acciones más. Es una gran alegría que nuestra iglesia arquidiocesana tenga esta vocación de servicio a los más necesitados, como lo pide el Evangelio.
Pero ahora hay dos asuntos que deben ser atendidos. La sostenibilidad a largo plazo de estas obras y la ampliación de las mismas. En una coyuntura social tan compleja como la que se vive hoy en la ciudad, la arquidiócesis de Bogotá, encabezada por su arzobispo Rubén Salazar, desea seguir actuando con obras concretas a favor de los más necesitados. La clave está en seguir construyendo bienestar para la gente y no destruyendo nada de lo bueno que existe. Por eso la Arquidiócesis ha lanzado un programa llamado “Camino, verdad y vida” y cuyo objetivo es vincular el mayor número de personas, en forma puntual o constante, para que hagan aportes para el sostenimiento y ampliación de estas obras de solidaridad. Estas obras cuestan muchos millones de pesos y se hace necesario convocar a todos los católicos para que se vinculen a este accionar decidido de su Iglesia. La efectividad y potencia de la acción eclesial reside en que gran cantidad de personas respondan positivamente a las propuestas de la Iglesia y que todos aporten –en dinero, servicio, voluntariado, conocimiento, etc.- para beneficiar al mayor número posible de personas. Bien vale la pena unirse a una tarea adelantada con tanta entrega y efectividad.
Todos los miembros de la sociedad suelen pedirle a la Iglesia que realice muchas obras. Estas, por fortuna, siempre se han realizado. También los miembros de la Iglesia católica suelen hacer la misma petición. Pero ha llegado el momento de que, con gran alegría y generosidad, miles de católicos se pongan la camiseta social de su Iglesia y se unan a lo que realiza en modo concreto la arquidiócesis de Bogotá. Los tiempos actuales no se contentan con las sugerencias y mucho menos con las críticas. Es hora de la acción. Por esta razón, los fieles laicos y todas las personas de buena voluntad que confían en la Iglesia, tienen ahora una oportunidad de vincularse efectivamente para llevar el bienestar a más personas. En la unión de esfuerzos de todos los miembros de la Iglesia hay una inmensa potencialidad de servicio a la sociedad que bien vale la pena revitalizar para construir el bien común.
La campaña “Camino, verdad y vida” (www.caminoverdadyvida.org) es una oportunidad muy clara y transparente para que los fieles de la Iglesia realicen uno de los mandatos más claros del Evangelio: ayudar a los pobres. La campaña ofrece tres posibilidades de destinación de los fondos que se quieren aportar: para evangelización, para educar, para servir. Cada aportante decide en qué campo quiere hacerse presente de una u otra manera. Ningún bautizado debería sentirse ajeno a este llamado que hoy le hace la arquidiócesis de Bogotá. Es un modo de vincular su compromiso de fe para que, en nombre de Dios, lleguen muchas bendiciones a quienes más lo necesitan en este momento. Además, el programa ha sido diseñado para que los aportes puedan hacerse a través de todos los canales digitales, pero también con los canales tradicionales, como oficinas bancarias. Estamos seguros de que este nuevo programa, único en sus características hasta ahora en la Iglesia en Colombia, dará un nuevo aire a la más grande de las virtudes teologales, la caridad, entre los discípulos de Jesús que conforman la arquidiócesis de Bogotá.
Fuente Disminuir
Fuente