Orar y permanecer firmes en la Fe
La Iglesia Católica en Colombia lamenta los casos aislados y poco frecuentes de infidelidad a Cristo por parte de algunos sacerdotes que han provocado escándalo en la…
La Conferencia Episcopal de Colombia ha interpretado la emisión de dicho programa como tendencioso, de hostil ataque a la institucionalidad de la Iglesia Católica, por el desconocimiento de las acciones que como Iglesia han y están realizando para purificar la vida y el ministerio de los sacerdotes.
“Hacemos de manera especial un llamado a Caracol y a quienes, por una u otra razón no simpatizan con la Iglesia católica, para que no pierdan la objetividad que debe caracterizarlos, respetando la verdad completa como principio de una sana información y convivencia”.
La Iglesia denuncia la falta de rigor, objetividad y equilibrio que caracterizó el modo en el que fueron abordados diversas temáticas durante la transmisión. Las entrevistas concedida por Monseñor Luis Augusto Castro, Presidente de la Conferencia Episcopal, y por otros Obispos, fueron editadas y reducidas a breves intervenciones, lo que impidió a la opinión pública conocer las acciones que tanto la Santa Sede como la Iglesia Católica en Colombia han tomado para prevenir y sancionar las conductas contrarias al recto ejercicio del ministerio sacerdotal.
La Santa Sede y la Iglesia Católica en Colombia han asumido el compromiso de promover en los ministros ordenados una vivencia más profunda y coherente de su vocación:
En primer lugar, se han ejercido mayores controles en el discernimiento vocacional y en la formación de los candidatos al sacerdocio para asegurarse de que quienes sean promovidos al Ministerio posean una sólida madurez humana, afectiva y espiritual; y se ha fortalecido la formación y el acompañamiento permanentes de nuestros sacerdotes, especialmente en lo que se refiere a la vivencia del sagrado don del celibato.
Cuando se han presentado casos de infidelidad personal a los diversos compromisos asumidos en la Ordenación, siguiendo las directrices de la Santa Sede, se han tomado las medidas disciplinarias oportunas, llegando incluso a establecer la dimisión del estado clerical de los sacerdotes implicados en conductas contrarias al ejercicio fiel del Ministerio ordenado.
En lo que se refiere al pecado y crimen del abuso sexual de menores, la Iglesia en Colombia ha desarrollado e implantado, en la totalidad de sus Circunscripciones eclesiásticas, una sólida “Política de protección de menores” que incluye el establecimiento de medidas de prevención, investigación y sanción de esos delitos, el acompañamiento a las víctimas así como un compromiso eficaz de colaboración con las autoridades civiles.
La Iglesia en Colombia es plenamente consciente de que no hay lugar en el sacerdocio para aquellos que puedan representar un riesgo para la seguridad de los menores. En ese campo, siguiendo las indicaciones de la Santa Sede, en nuestra Iglesia rige hoy una política de “tolerancia cero”.
Por ello, hacemos eco de las aclaraciones por parte de la Conferencia Episcopal de Colombia a la opinión pública, sobre este programa de televisión “Secreto bajo las sotanas” invitamos a nuestros fieles a orar por sus sacerdotes, para que vivan fiel y coherentemente los compromisos que han adquirido por su ministerio sacerdotal.
Advertimos, sin embargo, que los casos presentados en el programa “Séptimo día” no pueden servir para emitir un juicio sobre la conducta de nuestros ministros: la inmensa mayoría de los sacerdotes ejercen su labor pastoral con generosa entrega a la vocación recibida de Dios. Para ser fieles a la verdad, el programa “Séptimo día” debería visibilizar también las labores que la mayoría de los sacerdotes cumplen en beneficio espiritual y material de sus comunidades, especialmente de las más pobres y desfavorecidas, así como su santidad de vida.
A los creyentes y fieles católicos los invitamos a no desanimarse ante los ataques que pretenden socavar la credibilidad de nuestra Iglesia católica; como jerarquía les aseguramos que seguiremos trabajando para que cada día resplandezca más y mejor la santidad de sus pastores.
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