Los nuevos temas de la teología y la pastoral
Si se mira el modo de proceder intelectualmente del papa Francisco hay que descubrir que es de una lucidez muy especial. Tiene la capacidad de trasladar a la Iglesia a…
El Santo Padre Francisco ha decidido convocar un sínodo en torno a la región amazónica y la pastoral de los pueblos indígenas, lo mismo que su situación actual. Después de un escrito como Laudato si’, está claro que para el pontífice la ecología está en el centro de sus preocupaciones y que tiene muy clara la trascendencia del tema. Y con la autoridad que le asiste y, también, con la inmensa acogida de la cual goza actualmente, el papa Francisco quiere subir aún más la importancia de la ecología, en el ámbito pastoral y humanitario. En esto se deja ver como una persona absolutamente actualizada en cuanto a los más graves problemas del mundo moderno y en cuanto a la sensibilidad de la humanidad actual.
Benedicto XVI escribió en alguna ocasión que la Iglesia quizás se ha demorado en llegar a temas que hoy son de primer orden para la humanidad, entre ellos, por ejemplo, el de la ecología. Esos temas que ahora dominan el escenario de las discusiones mundiales también abarcan realidades como el agua, los animales, el hambre, la pobreza extrema, los migrantes, etc. Francisco, papa, ha sabido percibir este cambio de foco de atención en la panorámica mundial y se está empleando a fondo para participar en el debate. Y pide a la Iglesia involucrarse sin miedo en estos campos de discusión, llevando sus propias ideas y propuestas y tal vez también corrigiendo posturas que ya no van con los tiempos que corren.
La no preocupación por los temas que hoy atraen a hombres y mujeres puede ser una de las causas de cierta desconexión de la Iglesia con buena parte de la humanidad. La teología y la pastoral están llamadas a hacer una sincera reflexión sobre sus ocupaciones y preocupaciones temáticas para ver si están en contacto con lo que preocupa al hombre contemporáneo. Tanto teología como pastoral, aunque más la primera, tienen siempre la tentación de encerrarse en una especie de autosuficiencia temática, más bien apta para eruditos, pero que termine sin una relación real con el mundo de los hombres y las mujeres de cada tiempo. Toda la labor de la Iglesia es básicamente evangelizar y para eso fue fundada. Y el mundo por evangelizar es el que hoy tiene graves problemas ambientales, el que ve con angustia la precariedad del agua, el que expulsa a los pobres y los arroja sin misericordia a los mares y desiertos, el que tiene más alimentos que nunca antes en la historia y sin embargo hay millones que padecen el flagelo del hambre. Allí hay que llevar la semilla del Evangelio.
Si se mira el modo de proceder intelectualmente del papa Francisco hay que descubrir que es de una lucidez muy especial. Tiene la capacidad de trasladar a la Iglesia a nuevos campos de trabajo en los cuales la fecundidad parece asegurada si se realizan correctamente. Y con estos nuevos planteamientos le abre una gran oportunidad de oxigenación y rejuvenecimiento a la Iglesia, pues la provoca para que explore nuevos horizontes. Dentro de los innumerables foros y encuentros que se dan a nivel de la vida eclesial, bien valdría la pena dar campo para que las grandes preocupaciones de hombres e instituciones del mundo actual, tengan cabida y puedan ser expuestos de manera que surja una y mil veces la pregunta: ¿Qué tiene que decir la Iglesia en cada caso? Porque seguramente tiene mucho qué decir, inspirada en el Evangelio y en su rico magisterio.
Imagen: elespectador.com
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