Los carismáticos
¿Quién no ha oído hablar de los carismáticos? Son ampliamente conocidos por su espíritu festivo y alegre a la hora de expresar y celebrar la fe. Y a partir de esta…
Ha celebrado recientemente la renovación carismática católica, cincuenta años de apostolado en la ciudad de Bogotá. ¿Quién no ha oído hablar de los carismáticos? Son ampliamente conocidos por su espíritu festivo y alegre a la hora de expresar y celebrar la fe. Y a partir de esta manera de vivir la fe han renovado, realmente, buena parte de la comunidad católica en Bogotá y seguramente en otros lugares del país. Dos sacerdotes han sido como sus figuras emblemáticas a lo largo de estos fructuosos años: Rafael García-Herreros y Diego Jaramillo Cuartas. Su presencia diaria, durante un minuto y por décadas, a través de la televisión, los ha grabado indeleblemente en la mente de los colombianos. De la misión adelantada por la renovación católica carismática se pueden sacar unas lecciones importantes.
La primera puede ser la de reafirmar que la Iglesia necesita, sobre todo, personas con carisma para marchar a todo vapor. Son muchos más importantes en ciertos momentos que las decisiones de asambleas o conferencias o grupos. Cuando un cristiano o una cristiana siente con claridad la misión recibida de Dios, nada puede ser mejor que aplicarse a ella con alma y corazón. Y esto es lo que han hecho los sacerdotes que han encabezado la renovación carismática y así han dado un gran impulso a la Iglesia en Bogotá. Y han perseverado en la tarea, lo cual suele producir frutos extraordinarios como los que se conocen de este buen soplo del Espíritu de Dios.
La segunda lección es que cuando los creyentes se dejan guiar por el Espíritu Santo y se congregan, suelen tener una fuerza interior sin límites. Toda la obra del Minuto de Dios es hija de esta renovación y la amplitud que tiene y su aporte a la Iglesia y a la sociedad son absolutamente admirables. Queda demostrada con creces la afirmación bíblica de que la fe mueve montañas. La fe renovada a través de la obra del Minuto de Dios se ha convertido en movimiento espiritual, universidad, colegio, constructora, emisora, centro de atención a enfermos, banco de medicinas, ayuda a los campesinos, etc. Entre las obras de la Iglesia para mostrar en Bogotá y Colombia, sin duda, una de las más destacadas es la que han llevado adelante los Padres eudistas en torno a su Minuto de Dios y con su vida pastoral de inspiración netamente espiritual.
Y la tercera lección de los carismáticos es que la fe festiva y alegre es una forma, no solo muy acorde con las enseñanzas del Evangelio, sino también el mejor medio para que muchas personas crezcan en su adhesión a la persona de Jesucristo desde su corazón. Como toda obra de Iglesia, la renovación carismática también está pensada, en primer lugar, para evangelizar y cierto es que lo ha logrado y con creces. La metodología usada por los carismáticos casi que se anticipó a los modos de ser del hombre y la mujer actuales, tan ávidos de sentir, de abrir sus emociones y sentimientos, también a la gracia de Dios. Por esa vía ha entrado Jesús a miles y miles de personas en estos cincuenta años de renovación carismática católica. ¡Que sean muchos más!
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