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Familia, comunidad comunicante

15 de mayo de 2015

Cada familia representa el primer ambiente natural donde nos desarrollamos en muchos de los aspectos que nos hacen verdaderamente humanos y uno de esos es la…

Allí se tejen relaciones, se viven encuentros, y nos apropiamos, mediante el lenguaje, de significados e interpretaciones.  Allí desarrollamos a través del conocimiento y de la interacción las posibilidades de abrirnos al mundo, de comprender la realidad.  En la familia también se realiza, a través de la intervención parental, nuestro contacto con el mundo de lo trascendente y lo espiritual.  Somos receptores de las experiencias de los padres que transmiten sus vivencias y conocimientos de lo religioso.

 

Esta bella realidad de la comunicación verdaderamente humana, entendida como encuentro, relación, expresión de la propia interioridad, vida en comunión, está en el centro de esta 49 Jornada Mundial de las comunicaciones sociales, y en el centro del mensaje del papa Francisco para esta ocasión.

 

También en la familia se inicia nuestro contacto y entrada a las tecnologías de la comunicación, que cada vez más hacen parte de la cotidianidad y de la vida de la familia.  Entramos a este mundo que avanza de manera vertiginosa y que atrapa más y más las mentes y los corazones de los miembros de la familia.  Primero el periódico, luego la radio, la televisión, el cine, llegando a las nuevas tecnologías como la internet y los medios digitales han provocado una auténtica revolución cultural, que obviamente ha alcanzado el núcleo social primero y fundamental, la familia.

 

La comunicación entraña peligros y riesgos, al mismo tiempo que puede ser fuente de gozos y de realizaciones.  La familia es llamada la “comunidad comunicante” [i] en la medida en que allí se educa para el encuentro y para la comunión, para superar los obstáculos que impiden hacer de la comunicación un verdadero acto de libertad y de donación de uno mismo.  Si la familia es el primer ambiente en donde se aprende a comunicar en la proximidad entonces la familia no será solamente un objeto que puede ser manipulado o llevado por vientos de opinión, sino el lugar donde se aprende a comunicar el amor que se recibe.

 

En esta jornada mundial de la comunicaciones y teniendo en perspectiva el próximo sínodo ordinario de las familias en Roma, tenemos que volver a la centralidad del acto comunicativo como un acto que compromete la misma naturaleza humana, y, por tanto, que surge del ambiente natural donde aprendemos a comunicarnos: la familia.

 

Y cuando se tergiversa de tantas maneras la función y el ser de la familia: y cuando se quiere redefinir el mismo papel y función del matrimonio y la familia en la sociedad, hay que trabajar como Iglesia en dos frentes comunes:

 

1. Desde un lenguaje propositivo y actual presentar la belleza del matrimonio y la familia (o lo que el sínodo extraordinario ha llamado “el evangelio de la familia”) como una buena noticia.  La buena noticia de que Dios hace del matrimonio y de la familia lugares únicos, privilegiados e irremplazables de la comunicación de su amor.  Volver a las fuentes de la revelación cristiana y del designio amoroso de Dios sobre la familia es vincular la esencia de este primer núcleo social con la vida de comunión y de comunicación que es la Trinidad Santa.  De esta manera unimos la misión de la familia de comunicar la belleza del amor con el propósito de Dios de expresarse a través de esta realidad humana fundamental.

 

2. Proponer a nuestras familias caminos de verdadera educación sobre el valor de la comunicación en la vida familiar y social, sobre el uso crítico ya adecuado de los medios (educomunicación), sobre su uso como medios para el encuentro, para educar y para entretener.  Desde las parroquias, los grupos, movimientos, asociaciones, instituciones educativas que pertenecen a la Iglesia católica debemos responder al desafío que representa para la salud y el bienestar de la familia los contenidos de la cultura dominante.  Educar para la comunicación es educar para el encuentro, la comunión, la donación de sí mismo, es decir, para hacer de la comunicación en su forma más alta un acto de amor, que lleva a la comunión de mentes y corazones.

 

Igualmente, en el diálogo de la Iglesia y del Evangelio con el mundo y la cultura de la comunicación hay que emprender nuevos caminos para que en este diálogo se pueda resaltar cada vez más como un don para el mundo y para las familias el trabajo que tantos profesionales realizan para mostrar el bien y la verdad, incluyendo el valor inestimable de la familia como escuela de humanidad y de vida.

 

Que esta jornada nos impulse a cuidar más, igualmente, de nuestra comunicación como familia de Dios, como Iglesia.  Que nuestra comunicación sea de veras un camino para el encuentro y la comunión, para el servicio del diálogo entre las personas y la sociedad.  Que como Iglesia busquemos una comunicación que refleje la vida del Dios familia, Uno y Trino.  Que nuestras parroquias, como casas y escuelas de comunión, favorezcan entre sus miembros, auténticas relaciones, basadas en la caridad y en la mutua edificación, enseñando así que la comunicación auténticamente humana se inicia en las relaciones interpersonales.

 

ORACIÓN EN FAMILIA POR LA COMUNICACIÓN

 

Señor,

nos has llamado a pertenecer a esta familia,

lugar donde hemos experimentado que la vida es un don que se comunica,

y donde nos permites realizar  todos los días el encuentro en el amor

que nos hace fuertes, que nos permite mostrar nuestros talentos

y ponerlos al servicio de cada uno de quienes hacemos parte de ella.

 

Hoy queremos pedirte que guíes nuestra familia

para que sea comunidad comunicante,

comunidad de vida y de fe, comunidad que atestigua los tesoros de tu amor.

 

Permite que nuestra comunicación brote del fondo del corazón,

que nos abramos en alegría y en gozo al mundo en el que estamos,

que en el uso de los medios maravillosos que nos regalas

seamos respetuosos del encuentro con el otro

y que siempre demos prioridad al encuentro personal,

al compartir en familia, al comunicar en ella tu perdón y tu misericordia.

 

Que los medios de comunicación social estén al servicio de la vida,

que muestren la belleza del amor conyugal,

que destaquen el don de los hijos,

y que sean eco del Evangelio de la Familia,

la buena noticia que el mundo necesita escuchar.

 

Amén

 



[i] Mensaje del Santo Padre Francisco para la 49 Jornada mundial de las comunicaciones sociales

A continuación les recomendamos los siguiente articulos relacionados.

http://elcatolicismo.com.co/es/noticias/2484-mensaje-del-papa-francisco-para-la-49-jornada-mundial-de-las-comunicaciones-sociales.html

http://elcatolicismo.com.co/es/noticias/2478-un-llamado-comuniquen-espe…

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