Pasar al contenido principal
#0000d9

En 10 días, “gran-fiesta -gran”

15 de diciembre de 2014

Algunas cuestiones cotidianas, casi podríamos decir “comunes”, pueden tener un significado alegórico profundo de experiencias humanas y religiosas. En este tiempo en que…

Uno de los personajes importantes que aparece en la Palabra de Dios de estas semanas es Juan el Bautista, enviado por Dios como “testigo de la luz”. Él fue quien señaló a Jesús como el mesías esperado. Juan era reconocido como un hombre de Dios y un gran profeta. Tenía varios discípulos que lo seguían, muchos de los cuales vivían en el desierto cerca de él. Pero al verlo a Jesús lo señaló y alentó a sus discípulos a que se fueran con el mesías. 

El Bautista predicaba recordando lo anunciado por el profeta Isaías: “Una voz proclama: ¡Preparen en el desierto el camino del Señor, tracen en la estepa un sendero para nuestro Dios! ¡Que se rellenen todos los valles y se aplanen todas las montañas y colinas; que las quebradas se conviertan en llanuras y los terrenos escarpados, en planicies!” (Is. 40, 3-4) En tiempos de Isaías buena parte del pueblo había sido deportado a Babilonia a trabajar para el imperio invasor. El profeta anuncia que el exilio está llegando a su fin, y que es importante allanar el camino para el regreso a casa. 

Ese anuncio del profeta realizado varios siglos antes de Jesús, es proclamado ahora para preparar el corazón del pueblo al encuentro con el Salvador enviado por Dios. Este tercer domingo del Adviento está marcado por la alegría de la inminencia de la Salvación. 

Faltan apenas diez días para las celebraciones navideñas. Hoy también Dios viene a nuestro encuentro. Busca y rebusca caminos para llegar a vos y para que vos vayas hacia Él. En mucha gente anidan sentimientos de rencor, envidias, amargura... Otros, en cambio, se han dejado habitar por la paz y la alegría serena, fruto del Espíritu Santo. Y no faltan aquellos que experimentan la tensión y lucha en su interior entre la paz y el rencor, la alegría y la tristeza. 

Dios se hace pequeño para entrar en casa. Se hace pobre y humilde para renovarnos en la alegría de la fe. 

Dejá que su gracia toque tu corazón y te ayude a caminar. 

Como todos los años, seguramente dedicaremos bastante tiempo en estos días a conversar acerca del lugar en el cual nos vamos a reunir el 24 y el 25, el menú, los regalos... podemos gastarnos en más de lo mismo. No digo que no sea importante la familia, al contrario. 

Pero aprovechemos para ir a las raíces de la Nochebuena: el nacimiento del Niño Jesús, Dios con nosotros. Como suelen decir en una radio de tangos: “no te distraigas”. 

Hacemos fiesta porque Dios no abandona a su Pueblo. Porque nos acompaña mientras que somos hermanos. 

¿Sabías que la palabra “navidad” y la palabra “vanidad” tienen las mismas letras? Es cuestión de poner las cosas en orden para no caer en confusión. 

El miércoles que viene, 17 de diciembre, vamos a presentar un libro acerca de las Semanas Sociales 2005-2014, organizadas cada año por la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina. En esta publicación se recogen algunas de las ponencias centrales; entre ellas, una del Cardenal Jorge Bergoglio. Si querés participar, será en la claustro de la Iglesia Santa Catalina de Siena, San Martín y Viamonte, de la ciudad de Buenos Aires, a las 19.30 hs. 

Aumentar
Fuente
Disminuir
Fuente

Otras noticias

#397dff
#277518
#397dff

Otros editoriales y opiniones