Matrimonio: vocación y proyecto de vida

Esto lo vivieron hace 6 años Fabio y Sandra, dos jóvenes profesionales. Él, oriundo de Ocaña, Norte de Santander y ella bogotana; se conocieron, se enamoraron y al inicio de su relación optaron por lo que consideraron más sencillo: vivir juntos sin sacramento.

Sin embargo, las cosas no fueron fáciles; la cotidianidad, los problemas normales de la convivencia, circunstancias económicas algo duras y el diario vivir fracturaron en cierta forma el amor. Conscientes de que las cosas no andaban bien pidieron ayuda y abrieron sus corazones a Dios, comprendieron que con sus propias fuerzas no podían seguir juntos, ni avanzar positivamente en su relación.

Tomaron entonces la decisión de adquirir un compromiso “real”, como ellos mismos afirman, y unir este amor y sus vidas por medio del sacramento del matrimonio, poniendo a Dios en el centro de su relación.

Los hijos, fruto del amor esponsal

Todo cambió por completo para Sandra y Fabio, y aunque los problemas del diario vivir no terminaron al casarse, su actitud y forma de ver y manejar las situaciones, sí sufrieron una trasformación, pero positiva. Ahora, enfrentan la vida cobijados por la fe y confianza en el Señor y la Virgen María.

Llegaron más adelante los hijos; Mariana, la hija mayor de 9 años y Manuela de 2 años. ”No hay nada que reemplace la sonrisa de los hijos en el hogar”, afirma Fabio.

Ahora tienen clara su misión como esposos, como padres, como familia. Trabajan y se esmeran por transmmitir a sus hijas la fe a través de su ejemplo de vida.

Además de trabajar profesionalmente, ocupan también parte de su tiempo al servico de la Iglesia arquidiocesana ya que pertenecen a la pastoral de familia en la parroquia Cristo Redentor, apoyando en estos temas al presbítero Nelson Ortiz Rozo. Sirven de guía para aquellas parejas en dificultad, que aun no se atreven a dar el paso al compromiso del matrimonio o que se encuentran desorientadas.

Por esta razón, son nuestros invitados especiales en la celebración de la Semana de la Familia, cuyo testimonio es un ejemplo de unión matrimonial, célula vital de la Iglesia y la sociedad, a continuación: