Que el ruido de la celebración no nos aleje del verdadero sentido de la Navidad

Más allá del innegable ambiente comercial de la época, la Navidad es una oportunidad para reconectar con valores esenciales como la unión familiar, la solidaridad, el perdón, la gratitud y la generosidad. 

Contemplar el Misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, en un tiempo de gracia personal y comunitario, que nos llena de gozo y esperanza.

Vivamos el real sentido de la Navidad fortaleciendo valores como:

La familia. Si hay un término que se suele asociar con la Navidad es la palabra ‘familia’. Este tiempo de Navidad se caracteriza por compartir y vivir momentos junto a los seres más queridos: familia, amigos, y otras personas cercanas. Por eso, la Navidad representa la ocasión perfecta para compartir tiempo, conversaciones, juegos y risas.

La solidaridad. Es frecuente encontrar a niños y padres muy centrados en sí mismos y poco centrados en los demás. Cuántos regalos recibiré, tengo que conseguir las vacaciones más espectaculares, o tener la casa más adornada… Ante este tipo de ideas es fácil dejar en un segundo plano la solidaridad. 

Pero ¿Qué hacer para que brote de nuevo? Puedes unirte a campañas de recogida y entrega de alimentos a poblaciones vulnerables, donar juguetes o libros que no utilicéis y que sigan en buen estado, o que sumarte a un voluntariado.

El Perdón. La Navidad invita al reencuentro entre familiares, pero lo cierto es que en muchas familias las relaciones se encuentran fracturadas. 

El espíritu navideño nos anima a quitar de nuestro corazón el resentimiento para dar espacio al perdón y a la reconciliación. 

Aunque no siempre será fácil, puedes enviar un mensaje a esa persona deseándole buenos deseos, invitarla de nuevo a cenar a tu casa, llamarla, buscar un encuentro… y, desde el diálogo, superar las diferencias. Sin duda, te sentirás mucho mejor y estarás haciéndole a tus hijos un regalo maravilloso al mostrarles con tu ejemplo que el perdón es posible y necesario.

Gratitud. En estas fechas de regalos y encuentros festivos, ¿recordamos dar las gracias? La gratitud nos ayuda a hacernos conscientes y a valorar lo que tenemos.

La paciencia. Es la actitud que nos lleva a poder transitar contratiempos y dificultades de manera asertiva. Está muy unida a la tolerancia y la persistencia. En la familia tenemos diferencias que dificultan el buen entendimiento; pensemos que no siempre tenemos la razón.