Pasar al contenido principal
#397dff

Novena de Navidad: Cuarto día

19 de diciembre de 2025
sdf

Cuarto día: 19 de diciembre 

Oración para todos los días

Bondadoso Dios de infinita caridad, que tanto amaste a los hombres, que les diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciera en un pesebre para nuestra salud y remedio. Nosotros, en nombre de todos los mortales, te damos infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrecemos la pobreza, humildad y demás virtudes de tu Hijo humanado, suplicándote por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo

 

Cuarto fruto

Superación de la frustración 

Texto bíblico: Lucas 1, 5-25

El texto bíblico da cuenta de la situación desafortunada de Isabel y Zacarías quienes vivían la tristeza de la esterilidad. Es una tristeza que podemos equiparar a la experiencia de la frustración que, de frente a ciertos límites e imposibilidades, somete a las personas a un estado de vaciedad y desolación que inevitablemente conduce a la pérdida de la esperanza, haciendo cada vez más fuerte el f lagelo del dolor. Para el caso concreto de esta pareja, la esterilidad y la vejez ponen en evidencia que, en principio, su anhelo más grande no puede ser satisfecho por la sola ilusión, ni como producto de sus propios esfuerzos. Estamos ante la realidad más dramática, pero al mismo tiempo cierta de la condición del ser humano: hay situaciones que se escapan de su alcance. Adicionalmente, no podemos olvidar que estos esposos también eran personas profundamente religiosas, dedicadas a las cosas del Señor tanto en el ámbito doméstico como en el ámbito de lo cultual, en virtud de las funciones sacerdotales de Zacarías. Este hecho agudiza aún más su sentimiento de frustración ya Día cuarto que a lo mejor también ellos, como muchos de nosotros, pudieron haber sentido que hasta el momento no habían sido escuchados por Dios y que su fidelidad no había sido recompensada. Sin embargo, no hay límites para quien espera en las promesas del Señor quien toca la vida de las personas para abrir nuevas sendas en donde todo parecía cerrado o imposible. Es en ese escenario en donde la frustración cede paso al cumplimiento de la esperanza, condición necesaria para transformar el dolor en una fe renovada y la tristeza en alegría del corazón. La respuesta, para el caso concreto de Isabel y Zacarías, llega aparentemente tarde si consideramos su condición de vejez, y si interpretamos el hecho solo desde una lectura sesgadamente humana. Pero el creyente debe convencerse que el Señor siempre responde, aun cuando su respuesta no se produzca según nuestros cálculos. El largo camino recorrido por Isabel y Zacarías es para nosotros una invitación a perseverar con esperanza como camino cierto que nos conducirá a la superación de toda forma de frustración, mientras se va haciendo más fuerte la confianza en el Señor. Próximos a celebrar su nacimiento, supliquemos al Señor en este cuarto día de la novena que, animados por la esperanza y en medio de las dificultades y limitaciones, sepamos aguardar el cumplimiento de sus en nuestras vidas. A la luz de la experiencia de estos parientes de María, pidamos que la Buena noticia del nacimiento del Salvador, como cumplimiento de la promesa más importante de Dios para la humanidad, cambie nuestro dolor en alegría, y nuestra frustración en confianza amorosa, creyendo que Él puede transformar incluso lo más estéril en fuente de vida y bendición.

Gozos al Niño Jesús

Dulce Jesús mío,
mi Niño adorado,
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!

Oh Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡!Oh Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios!


¡Oh, Adonai potente que a Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos!
¡Ah! ven prontamente para rescatarnos,
y que un Niño débil muestre fuerte brazo!


¡Oh raíz sagrada de Jesé, que en lo alto presentas al orbe
tu fragante nardo!
¡Dulcísimo Niño
que has sido llamado lirio de los valles, bella flor del campo

Llave de David
que abre al desterrado las cerradas puertas de regio palacio!
¡Sácanos, Oh Niño, con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado!


¡Oh lumbre de Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos! ¡Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa
de tus dulces labios!


¡Espejo sin mancha, Santo de los santos, sin igual imagen
del Dios Soberano!
¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado
y, en forma de Niño, da al mísero amparo!

Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas con suave cayado
ya la oveja arisca,
ya el cordero manso!


¡Ábranse los cielos
y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo!
¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado! ¡Luce hermosa estrella, brota, flor del campo!
¡Ven, que ya María previene sus brazos, do su Niño vean,
en tiempo cercano!

Ven, que ya José,
con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario!


¡Del débil auxilio,
del doliente amparo, consuelo del triste,
luz del desterrado!
¡Vida de mi vida,
mi Dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano!
 

¡Véante mis ojos
de Ti enamorados!
¡Bese ya tus plantas!
¡Bese ya tus manos!
¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases te dice mi llanto!

¡Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos, ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

 

Oración a la Santísima Virgen María

Soberana María, que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera por madre suya, te suplicamos que tú misma prepares y dispongas mi alma y la de todos los que en este tiempo hicieran esta novena, para el nacimiento espiritual de tu adorado Hijo. ¡Oh, dulcísima Madre! Comunícanos algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le aguardaste, para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. 

Dios te salve, María.

 

Oración a san José

¡Oh Santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias damos a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te rogamos, por el amor que tuviste al Divino Niño, nos abraces en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veamos y le gocemos en el cielo. Amén. 

Padre Nuestro.

Oración al Niño Jesús

Acuérdate, ¡oh, dulcísimo Niño Jesús! que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en Ti, oh Jesús, que eres la misma verdad, venimos a presentarte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos de tu encarnación y de tu infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a Ti, ¡!oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza y de que, en virtud de tu divina promesa, acogerás y responderás favorablemente nuestra súplica. Amén. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Aumentar
Fuente
Disminuir
Fuente

Otras noticias

#2e81ff
#397dff

Noticias relacionadas