Invitado especial
Iglesia diaconal, al servicio de ¡todos!
Un diácono es un hombre al servicio de los hombres: «Misericordioso, diligente, procediendo conforme a la verdad del Señor, que se hizo servidor de todos». (San…
Jesús instituyó en la Iglesia diversos ministerios, ordenados al bien de todo su cuerpo. Entre estos ministerios se estableció desde tiempos de los Apóstoles; el Diaconado. Se adquiere a través del sacramento del orden que tiene tres grados: diácono, presbítero y obispo.
Algunas características de quien posee esta vocación y este llamado al servicio de la Iglesia son; madurez humana y cristiana, amor a la Iglesia y espíritu de oración. Capacidad para el diálogo, sentido moral y de responsabilidad.
Además estar dispuesto a continuar viviendo de su propio trabajo en la vida civil o religiosa e insertos en la vida común de la gente, siendo testigos cualificados de la vida cristiana. Aceptar el Ministerio que le encomienda el obispo, o superior competente, en perfecta comunión con el mismo y con los presbíteros y en estrecha conexión con los seglares comprometidos en la Iglesia.
Servicio a nivel social
Los diáconos pueden ser transitorios (luego pueden ordenarse como sacerdotes) o permanentes, que siguen esta vocación casados y con una familia conformada. Los diáconos reciben una formación constituida en tres grandes etapas:
Introductoria: Un tiempo de discernimiento en el que se reflexiona sobre el significado de su vocación diaconal. De formación: Tres años de preparación teológica, pastoral, espiritual y comunitaria. De pastoral: Un tiempo de inserción pastoral recibiendo los ministerios laicales de lector y acólito.
Familias diaconales unidas
Así como los diáconos tienen una formación humana, intelectual, académica , pastoral y espiritual, las esposas y los hijos de los diáconos permanentes también reciben de manera recíproca una formación en estas doctrinas para poder entender, colaborar, aprobar y ejercer junto a los esposos o papás en el caso de los hijos, este servicio a Dios, a la Iglesia y a los hombres.
Nuestro invitado en esta oportunidad es el diácono permanente de la Arquidiócesis de Bogotá, Alirio Cáceres Aguirre; esposo, padre, ingeniero, teólogo, ambientalista y catedrático entre otros, y quien nos explica su experiencia del diaconado y su crecimiento en el núcleo familiar:
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