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Invitado especial

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El desafío de seguir las huellas de Javier de Nicoló

19 de enero de 2017

El 27 de marzo de 2016 en la Catedral Primada de Colombia se llevaron a cabo las honras fúnebres del padre Javier de Nicoló, quien falleció en Bogotá en la madrugada del…

Entre niño y adolescente, Javier de Nicoló, vivió las consecuencias de la guerra en Europa ya que nació en Bari, región situada sobre la costa adriática italiana. Como estudiante del colegio salesiano conoció la pedagogía de don Bosco, compartió su carisma educativo al servicio de los jóvenes más pobres y abandonados. Decidió hacerse hijo de don Bosco, meta alcanzada en Nápoles, mediante la profesión religiosa.

Apasionado por la aventura misionera optó por dejar su patria Italia y venir a Colombia. En octubre de 1948 Javier de Nicoló desembarcó en el puerto de Buenaventura, con tan solo 21 años de edad.

Se ordenó como sacerdote el 28 de octubre de 1958 y experimentó la ejecución de proyectos orientados a la creación y marcha de escuelas en los barrios más pobres de Bucaramanga y  Barranquilla inicialmente. Luego se trasladó a Bogotá, donde creó la Fundación Servicio Juvenil y más adelante en el año 1967 con la ayuda del alcalde Carlos Albán Holguín, creó el Instituto Distrital para la protección de la niñez y juventud (IDIPRON). El padre Javier fue director por más de 40 años de estos institutos con exitosos resultados pedagógicos que le merecieron múltiples reconocimientos nacionales e internacionales.

Movilización por el padre Javier de Nicoló

Sin embargo, en el mes de septiembre de 2008, se conoció la noticia de la salida del padre Javier del IDPRON, lo que generó miles de rumores indignados entre los distintos círculos sociales, económicos y políticos del país.

A todo el mundo le pareció extraño que luego de 40 años al frente del IDIPRON, un contralor local de la zona de San Cristóbal en esa época, pusiera en entredicho la legalidad de la continuidad del padre en la institución. El argumento: el sacerdote debió jubilarse hace 15 años, como lo establece la ley para los funcionarios públicos.

El padre Javier quien estuvo al margen del asunto, sólo rompió su silencio en alguna ocasión para decir: “conozco que hay algo político detrás de esto, pero prefiero no meterme en problemas”. Y luego terminó de manera contundente: ¡ Esto me tiene hasta los huesos, pero no puedo llorar!. El alcalde de Bogotá en ese entonces Samuel Moreno Rojas, aprobó su salida.

Se realizó una marcha nacional que tuvo como objetivo “exigir la permanencia del padre Javier de Nicoló como director del Instituto para la Protección de la Niñez y la Juventud”. Entregó el cargo el último día del mes de agosto de 2008.

En el año 2011 El padre Nicoló acepta el llamado de la alcaldesa de Bogotá (e) Clara López y de la secretaría de Integración Social, Inés Elvira Roldán, para asesorar las Subdirecciones distritales de Juventud y Adultez.

 Publicaciones

Con el apoyo de Unicef, la experiencia pedagógica del padre Javier quedó recogida en dos importantes publicaciones: el libro “Musarañas” (1981), muy conocido a nivel de educación especial, como primera versión de un método educativo para niños de la calle, aplicado en muchas ciudades de América Latina.

Y en el año 2001, el libro “El niño de la calle ¿qué hacer?”. En esta obra se recopila la historia del programa de atención para niños y jóvenes habitantes de calle y se profundizan las metodologías pedagógicas y terapéuticas empleadas para atender los problemas callejeros.

Este libro fue galardonado en Washington, el 25 de octubre de 2001, y el padre Nicoló recibió el premio “Ivy Humanitarian prize”, toda una vida de logros humanitarios.Creado para fortalecer y distinguir a las personas  que hacen grandes contribuciones al bienestar de los niños en América.

80.000 mil personas se rehabilitaron y formaron en todo el país

El próximo 29 de abril el padre Javier cumpliría 89 años de edad. Había perdido la cuenta de los niños y jóvenes a quienes rescató de las calles, de las drogas y del delito. Fiel discípulo de Jesús y de don Bosco, Javier de Nicoló dio la vida por sus amigos de la calle.

Sin duda  miles de niños y jóvenes en Colombia y en el mundo conocieron al padre Javier. Miles dieron el paso de la suciedad de las calles a la dignidad de un albergue transformante. Centenares encontraron un puesto digno en el mundo. Hoy, en Bogotá, Nemocón, Santa Marta, Barranquilla, Medellín, Cali, Buenaventura, Tumaco y otras ciudades del país, los hijos e hijas de “papá Javier” Seguirán recordándolo y siguiendo sus pasos.

Por esta razón, nuestro invitado especial es el padre Wilfredo Grajales Rosas, quien nos cuenta algunas anécdotas y detalles de su trabajo con el padre  Javier de Nicoló, a quien describe como un hombre estricto, un volcán de iniciativas que manejaba la pasión del servicio hacia los más necesitados. Afirma.

El padre Wilfredo nació en Cali pero se educó en Cúcuta, es sacerdote y educador, fue docente en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma (Italia) y es licenciado en Educación, Filosofía y Letras de la Universidad Santo Tomás, con estudios de maestría en Teología de la Universidad Javeriana, y un doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Gregoriana en Italia.

Renunció a su cátedra en Europa para regresar a Colombia como candidato a la Alcaldía de Cúcuta en 2015, en donde focalizó su plan de Gobierno para ayudar a las poblaciones más vulnerables de la capital nortesantandereana. Grajales ha dedicado su vida al servicio de la educación, fue director administrativo del Centro Don Bosco y rector del Colegio Salesiano en Cúcuta. En la actualidad es el director general del IDIPRON:

 

 

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