Invitado especial
“Caminos de libertad”, veinte años de servicio en las cárceles del país
Sacerdotes y laicos trabajan desde hace veinte años apoyados por la Fundación Arquidiocesana “Caminos de Libertad”, para servir integralmente al mundo penitenciario...
Estos servicios no solo van dirigidos a las personas privadas de la libertad, también para los familiares, cónyuges, hijos, pos penados y hasta la misma guardia penitenciaria.
Programas como brigadas integrales, donde más de 30 profesionales visitan varias cárceles del país, son puestos en marcha todos los meses con medicamentos, unidades de odontología, psicólogos, médicos, abogados y otras profesiones que se ponen al servicio en estos centros de reclusión, no solo en la capital, sino a nivel del país.
También se hace recolección de mercados para ser entregados en la Fundación Caminos de Libertad para familias que tienen un integrante de su hogar privado de la libertad. Retiros espirituales y centros de escucha, para llevar esperanza ante el manejo de esta situación de la vida, son otra modalidad de ayuda a través del Evangelio, para todas estas personas que están en la prisión.
Jesús rompe cadenas
La pastoral penitenciaria está sostenida en gran parte por los laicos, es una riqueza grande con la que cuenta la Iglesia y específicamente esta Fundación.
La colaboración de estas personas que donan su tiempo y su trabajo al visitar a los internos, tanto en las cuatro cárceles ubicadas en Bogotá, El Buen Pastor, la Modelo, Picota y la cárcel Distrital o desplazarse a las 134 cárceles más, a nivel nacional, es una tarea invaluable, la cual se comparte con 60 capellanes penitenciarios que acompañan estos centros penitenciarios de Colombia.
“Caminos de Libertad” se encuentra, desde hace 5 años, en el centro de Bogotá. Cuenta con 11 habitaciones de acomodación doble, que son utilizadas como sitios o lugares de paso para cuando madres o familiares llegan a la capital provenientes de otras ciudades a visitar a sus seres queridos que están en reclusión. Opera en esta sede un restaurante abierto al público para ayudar con los gastos de la Fundación.
Así mismo, se construyó una gran salón o aula múltiple para capacidad de hasta 350 personas y que será utilizado para diferentes actividades de la Fundación. Se proyecta como la plataforma física que impulsará otras iniciativas de servicio para todo este mundo penintenciario.
De la cárcel nadie está libre…
El mundo penitenciario en Colombia cuenta desde hace cuarenta y siete años con la presencia y ayuda del padre Andrés Fernández Pinzón, nacido en Bogotá el 12 de mayo del 51, pero con raíces antioqueñas.
El 29 de mayo de 1982 fue ordenado presbítero y nombrado oficialmente como coordinador diocesano del trabajo pastoral en las prisiones. En 1993 es nombrado por la Conferencia Episcopal de Colombia, como coordinador nacional de Pastoral Penitenciaria y presentado al Ministerio de Justicia para ser el Capellán General del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario –INPEC-, cargo que dejó en mayo de 2016, luego de 23 años de labores.
El padre Fernández ha sido galardonado en diversas oportunidades por entidades nacionales e internacionales, quienes reconocen su trayectoria en el campo penitenciario y el fortalecimiento que ha tenido durante los últimos veinte años la presencia de la Iglesia Católica en las prisiones de Colombia y su intervención humanitaria a favor de las familias de los detenidos.
En septiembre de 2009 recibió el Premio "Solidaridad y Desarrollo" creado por la Fundación San Mateo en Roma, a la memoria del cardenal Van Thuan, por haber creado el Proyecto "ALAS", que consiste en la construcción del Centro Nacional de Pastoral Servicios en beneficio de las personas privadas de libertad, de las familias, de los presos, de los extranjeros detenidos en las cárceles colombianas y expulsados de las cárceles del extranjero.
Por su trabajo, trayectoria, su vida dedicada al acompañamiento y ayuda en las cárceles del país, es hoy nuestro invitado especial, a continuación:
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