Bajo el manto de la patrona de los imposibles: Santa Rita de Casia

Y el padre Marino lo hace a diario, desde las seis de la mañana sale de su parroquia y visita a algunos de los enfermos sin ser él propiamente el capellán de la clínica. Habla con ellos, ora con ellos y les deja un mensaje de esperanza, los anima a entregar la enfermedad, el sufrimiento y la desesperación en manos del que todo lo puede, en las manos de Dios.

Nació en Cali hace 64 años y fue ordenado como sacerdote hace ya 32 años. Su vocación la descubrió a la temprana edad de los 7 años. Guiado por su mamá, Alba de Marmolejo, una madre creyente, practicante y devota a la Virgen María, quien logró guiar a su hijo en esta vocación, desde que sintió el llamado del Señor.

Pastoral de la salud y centros de escucha

El padre Marino Marín es sencillo, cercano, alegre, transmite paz y satisfacción por el deber cumplido. Traspasa en él la fuerza y el amor de Dios por todos nosotros.  El Don del Espíritu Santo en su trabajo se hace visible.

Situaciones duras de la vida como ver a su mamá fallecer de cáncer despertó en su existencia una sensibilidad especail ante el sufrimiento, el dolor y la enfermedad.

Estudió en Roma, tiene una especialización en teología pastoral de la salud del Instituto Camiliano. También una especialización en escucha.

Por esta razón, también pertenece durante hace muchos años a la comisión Arquidiocesana de la salud y fue el fundador de los diferentes centros de escucha que actualmente funcionan en varias parroquias de la arquidiócesis de Bogotá, incluida la Basílica menor de Nuestra Señora de Lourdes.

La casa de Bill, centro de rehabilitación

En el barrio Class al suroccidente de Bogotá en 1991 el padre Marino creó un centro para la rehabilitación del indigente, allí llegaban jóvenes que después de llevar varios años viviendo entre la basura, la suciedad, el atraco y el consumo de bazuco y otras drogas decidian iniciar una nueva vida por medio del trabajo, de estudio y disciplina. Finalmente por la falta de recursos y apoyo esta institución desapareció.

Pero el padre Marín siguió en la lucha y perseveró hasta lograr ya hace 15 años fundar la Casa de Bill, centro de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos que funciona en el barrio Nicolás de Federmann, también dirigida por el padre Marmolejo.

Las horas del día no alcanzan para este sacerdote que sirve tanto en su parroquia como en los centros de escucha y en estos centros de rehabilitación. Es un pastor que comanda varios frentes y lo hace con Fe, esperanza y caridad.

Pastor de varios rebaños

Durante sus años de sacerdocio ha pasado por varias parroquias, una de ellas la de San Norberto, al norte de la capital,  donde permaneció casi 11 años y no sólo levantó el templo que fue acreedor del Premio Nacional de Arquitectura sino que también fundó una comunidad sólida de feligreses.

Escuchemos a continuación en entrevista como invitado especial al padre  Marino Marín Marmolejo: