Iniciará primera etapa de reforzamiento del templo Nuestra Señora de Guadalupe

Tras más de siete años de temas jurídicos y actividades comunitarias parroquiales para recaudar fondos, durante este mes se dará inicio a la obra que permitirá el reforzamiento de la fachada y la adecuación del presbiterio, dos de los espacios de mayor afectación en la infraestructura.

“La obra total, inicialmente, tenía un costo aproximado de 3500 a 4000 millones de pesos para hacer un reforzamiento estructural de todo el templo. En este momento, por cuestiones económicas, y con el apoyo de la Arquidiócesis, vamos a iniciar la primera fase, que es la intervención de la fachada del templo y el presbiterio que son los dos espacios, en este momento, que mayor riesgo presentan”, explicó el padre Nelson Esteban Celi Celis, C.R.S., párroco.

Durante el tiempo de la intervención, que podría durar un año, las celebraciones litúrgicas y los encuentros pastorales se realizarán en los espacios anexos al templo, que han ido adecuando con la ayuda generosa de la comunidad.

“Hemos optimizado algunos espacios como el auditorio, con capacidad para unas 200 personas; y una cancha cubierta que tiene capacidad para unas 300 personas. También, los salones y los espacios que tenemos para la pastoral catequética y de evangelización”, agregó el sacerdote de la Orden de los Clérigos Regulares Somascos, quien acompaña pastoralmente a esta comunidad desde hace 12 años, dos años como administrador parroquial y diez años como párroco.

“Esta es una comunidad, gracias a Dios, muy activa y muy participativa, que siempre nos ha respaldado…”, aseguró el religioso quien, además, extendió el llamado a entidades, organismos y persona naturales, para que “se unan solidariamente con la labor de intervención de nuestro templo”. Las ayudas, precisó, se puede canalizar a través del despacho parroquial, carrera 60 # 94B-90 Barrios Unidos, Bogotá.

En contexto

Varios factores han incidido en el daño del templo, entre ellos, recordó: en el 2016 iniciaron las primeras fisuras en la fachada del templo, tras la intervención a la malla vial de la carrera 58.

Adicionalmente, el templo se encuentra atravesado por una red de alcantarillado, cuyas tuberías, de más de 80 años, se encuentran deterioradas, con filtraciones que han ocasionado movimientos de tierra por debajo del templo.

Otro factor es la presencia de 11 árboles, “que están generando hundimiento e inclinación hacia el oriente del templo, con un desnivel ya de más de 50 cm de profundidad en toda la fachada”.

 Una comunidad viva, unida y solidaria

En medio de la situación compleja del templo, la comunidad parroquial continúa fortaleciéndose pastoralmente y creciendo en la fe, así lo ha asegurado el padre Nelson, quien señala que “siempre se ha sentido muy respaldado, y muestra de ello es todo lo que hemos logrado hacer como comunidad y como iglesia… Siempre les he dicho que mientras nuestra comunidad parroquial de fieles esté unida, no haya daños ni fisuras entre nosotros, vamos a salir adelante”.

Perteneciente a la Vicaría Episcopal territorial Cristo Sacerdote, desde esta parroquia se atiende pastoralmente a cerca de 10 mil familias, en los barrios Sevilla Norte, Rionegro y Rincón de los Andes.

Como frutos pastorales se destaca la participación activa de niños y jóvenes. Siguiendo el carisma de los Padres Somascos, se ha logrado fortalecer varias comunidades de infancia y juventud.

Tienen vínculos pastorales con el colegio Domingo Faustino Sarmiento, con tres sedes, ubicado en la zona. Además, apoyan obras sociales en sectores vulnerables de la ciudad.

“Este año tuvimos una cosa muy bonita, que fue el acompañamiento de la comunidad de líderes juveniles a estas sedes, lo que hizo que muchos niños y jóvenes se animaran al sacramento de la primera comunión y de la confirmación… Nosotros, los sacerdotes, acompañamos con diferentes charlas en el colegio y en las celebraciones litúrgicas del año más fuertes como: la Semana Santa, Pentecostés, entre otras”.

“Cuando los niños y los jóvenes nos ven ahí con ellos, compartiendo de una manera serena, tranquila, eso los motiva mucho. Motiva el ver que no hablamos solo desde el púlpito, sino que también nos acercamos a ellos, que compartimos sus experiencias, que conocemos cuáles son sus realidades, sus sufrimientos, sus tristezas, sus alegrías…”.

Sobre la congregación religiosa

La Orden de los Clérigos Regulares Somascos, fundada por San Jerónimo Emiliani en el año 1532, en Somasca, pequeño pueblo del norte de Italia, acompaña la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe desde el 17 de octubre de 1964. Los primeros somascos llegados de Italia fueron los religiosos: Bernardo Vanossi, Bruno Schiavonn y e Donibgo Framarín.

Actualmente, en la Arquidiócesis de Bogotá hacen presencia unos 12 sacerdotes somascos, acompañando a nivel parroquial e impulsando el trabajo con niños y jóvenes, a través de obras de atención para a esta población, especialmente, en sus primeros años. “Estamos en Ciudad Bolívar, en el barrio El Paraíso. Tenemos obras desde párvulos hasta los 5 años, y después jóvenes de acompañamiento en refuerzo académico de todo el bachillerato… Esta obra tiene una cobertura de carca de 500 niños, niñas y jóvenes”.

El párroco

El padre Nelson Esteban Celi Celis, C.R.S., nació en Bucaramanga el 9 de marzo de 1971, en el hogar conformado por Esteban Celi y Cecilia Celis.

Cursó primaria en la Institución Educativa Mercedes Abrego de Bucaramanga (1985), secundaria en el Instituto Técnico Superior Dámazo Zapata de Bucaramanga (1991), filosofía y teología en la Universidad San Buenaventura de Bogotá (1996 – 2001). Fue ordenado sacerdote el 17 de agosto de 2002 por monseñor Flavio Calle Zapata, para el servicio de la Congregación de Clérigos Regulares Somascos.

Inició su servicio pastoral en esta Arquidiócesis como administrador parroquial en Nuestra Señora de Guadalupe (2011), párroco en Nuestra Señora de Guadalupe (2013 a la fecha). También ha consagrado parte de su vida a la formación de la vida religiosa y al apoyo de obras sociales en beneficio de niños y jóvenes.

A continuación, el padre Nelson se refiere a las condiciones actuales del templo, el proceso que se ha vivido en torno a los daños en la infraestructura y la dinámica pastoral que no cesa a pesar de las dificultades: