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Jubileo del voluntariado arquidiocesano, un encuentro de gratitud y esperanza

14 de noviembre de 2025
Jubileo del voluntariado arquidiocesano, un encuentro de gratitud y esperanza.
Imagen:
Diaconía para el Desarrollo Humano Integral.

En el marco del año jubilar y del Camino Discipular Misionero que vive la Arquidiócesis de Bogotá, cerca de 100 animadores de la evangelización y voluntarios en las diversas coordinaciones e iniciativas sociales y eclesiales de la Diaconía para el Desarrollo Humano Integral, incluidos algunos servidores de infancia y juventud, se reunieron, el 8 de noviembre, para celebrar su jubileo, un encuentro profundamente humano, fraterno y gozoso; cargado de sentido espiritual y de gratitud.

La jornada jubilar, organizada por la coordinación arquidiocesana para el voluntariado de la Diaconía para el Desarrollo Humano Integral en esta jurisdicción eclesiástica, tuvo lugar en la Fundación Universitaria Unimonserrate, donde se vivió una mañana de compartir en torno al don del servicio, de formación y fiesta comunitaria por la misión silenciosa y constante que cientos de voluntarios realizan en parroquias, vicarías, obras sociales y otras iniciativas eclesiales de la Iglesia bogotana.

 

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Un comienzo marcado por el reconocimiento y la esperanza cristiana

La jornada inició con una cálida acogida. El padre Danny Julián Barón, coordinador del voluntariado arquidiocesano, en su saludo agradeció la entrega generosa de cada voluntario y los invitó a perseverar con valentía y alegría en el servicio, recordando que “la misión de la Iglesia se sostiene gracias a tantas manos que sirven desde el amor y la sencillez”.

Uno de los momentos más significativos fue el espacio de reconocimiento entre los asistentes, dinamizado a través del ejercicio llamado “el reloj del servicio”, que permitió a los voluntarios identificar la diversidad de carismas que confluyen en las obras y acciones pastorales de la Arquidiócesis. Allí se evidenció la riqueza humana y espiritual que apoya la evangelización en la capital colombiana, acompañando, con especial cuidado y misericordia las periferias territoriales y humanas.

 

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Escuchar, discernir y celebrar la esperanza

El encuentro continuó con una reflexión alrededor de dos preguntas que han guiado las asambleas parroquiales en este tiempo jubilar: ¿Cómo ha crecido la esperanza en mi vida y en mi servicio? y ¿qué nos falta para vivir más plenamente como Pueblo de Dios la esperanza?

Las respuestas, cargadas de sinceridad y experiencia, dieron testimonio del impacto que el servicio voluntario tiene no solo en las comunidades acompañadas, sino en la vida espiritual de quienes lo realizan.

 

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Posteriormente, el diácono Nelson Guillén ofreció la formación central del encuentro, titulada 'La esperanza cristiana solo se mantiene a través de la valentía y la alegría del servicio'. A partir de diversos textos bíblicos, resaltó el servicio como un acto profundamente misionero, capaz de renovar la esperanza personal y comunitaria, sembrando alegría y abriendo caminos para el desarrollo humano integral. “El voluntario, recordó, es signo vivo del Evangelio cuando sirve con entusiasmo, humildad y corazón disponible”.

La Eucaristía: culmen del festejo

El Jubileo concluyó con la celebración de la Eucaristía, presidida por monseñor Ricardo Pulido, vicario episcopal para la Diaconía del Desarrollo Humano Integral, y concelebrada por el padre Danny Julián. En su homilía, el sacerdote expresó un profundo agradecimiento por el compromiso de los voluntarios y su actitud de asumir “con valentía y alegría el servicio en la Iglesia de Bogotá”. Reconoció la pluralidad de carismas presentes y los animó a continuar en la construcción diaria de una Iglesia que abraza, acompaña y da esperanza. “Su servicio generoso es de vital importancia para la evangelización en la ciudad-región”, aseguró.

 

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Un signo de Iglesia viva

Este jubileo del voluntariado se convirtió en un signo concreto de fraternidad y reconocimiento para quienes, desde su amor y entrega desinteresada, sostienen silenciosamente gran parte de la acción evangelizadora y social de la Arquidiócesis. Fue un espacio para renovar fuerzas, profundizar en la misión y, sobre todo, festejar juntos la esperanza que mueve a la Iglesia a seguir sirviendo con entrega.

En esta celebración jubilar, el voluntariado arquidiocesano reafirmó su papel esencial en el desarrollo humano integral y en la vida pastoral. Una Iglesia en salida se construye gracias a ellos: hombres, mujeres, jóvenes y niños que creen que servir es el camino más auténtico para anunciar el Evangelio.


Nota relacionada: 
Voluntariado arquidiocesano: servir con el corazón del Buen Samaritano, sembrando dignidad y esperanza


 

Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
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