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Desafíos urbanos, respuestas pastorales: así se mantiene viva la parroquia San Pablo

22 de julio de 2025
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La parroquia San Pablo, ubicada en el barrio El Tejar y perteneciente a Vicaría Territorial del Espíritu Santo de la Arquidiócesis de Bogotá, cumple seis décadas de misión, fe y servicio pastoral. En medio de profundas transformaciones urbanas, esta comunidad sigue siendo un faro de esperanza y encuentro para cientos de fieles.

 

Una historia sembrada en el sur-occidente de Bogotá

Fundada en los años 60, cuando la Avenida 68 aún era la última vía urbanizada de la zona, San Pablo se convirtió en una sede vicarial de lo que hoy es la Diócesis de Fontibón. “Esta parroquia está cumpliendo 60 años. Fue una sede vicarial de la Vicaría de la Santísima Trinidad y ha contado con muchos sacerdotes que han liderado esta comunidad desde lo espiritual”, explica el padre Edwin Vega, su actual párroco.

Además de ser cuna de formación catequética, San Pablo fue también el lugar donde nació la ESPAC (Escuela Parroquial de Catequistas), convirtiéndose en centro vicarial de formación para agentes pastorales.

 

 

Una comunidad pequeña, pero comprometida

Aunque hoy no cuenta con una gran cantidad de servidores, el compromiso de quienes integran los grupos pastorales es firme. “Tenemos unos 40 o 45 laicos comprometidos, que aunque pocos, prestan muchos servicios. Hay evangelización para niños, adolescentes, jóvenes, adultos mayores, y contamos con todos los grupos litúrgicos”, destaca el padre Edwin.

La parroquia realiza encuentros de parejas, procesos prematrimoniales para toda la Vicaría del Espíritu Santo, y momentos de formación bíblica y catequética, fortaleciendo el acompañamiento espiritual en todas las etapas de la vida.

 

 

El desafío urbano: metro, TransMilenio y población flotante

Ubicada estratégicamente entre la Avenida 68 y la Primero de Mayo, la parroquia enfrenta uno de sus mayores retos: el avance del metro y de nuevas troncales de TransMilenio. “Se han tumbado muchas cuadras y se han desplazado feligreses raizales. Aunque algunos dicen ‘nos estamos quedando poquitos’, muchos vienen desde otras zonas porque aman su parroquia”, afirma el párroco.

A esto se suma una población flotante durante el día por causa del comercio y la movilidad, y una baja densidad residencial en las noches. “Esto nos obliga a tener procesos pastorales más breves pero muy sólidos. Hay que adaptarse a la realidad del tiempo limitado de la gente”, señala.

 

Educación y evangelización: un pilar conjunto

Una de las fortalezas de la parroquia es el Colegio Parroquial Monseñor Emilio de Brigard, también en su aniversario número 60. “Hace parte del sistema educativo arquidiocesano. Formamos excelentes seres humanos, auténticos cristianos y verdaderos servidores de la sociedad”, afirma el padre Edwin.

 

 

Un templo renovado para celebrar 60 años de fe

Uno de los sueños de los feligreses se está haciendo realidad: embellecer la casa de Dios. “Dijeron: ‘Padre, ¿qué vamos a hacer para los 60 años?’. Y yo les respondí: vamos a embellecer el templo, porque para Dios siempre lo mejor”, explica el sacerdote. Hoy, esta visión se materializa en una iglesia renovada, abierta a todos, donde se honra la presencia de Dios con dignidad y amor.

 

Un pastor joven, feliz y sembrador de esperanza

Con casi dos años y medio al frente de la comunidad, el padre Edwin Vega asume con entusiasmo esta misión doble: pastorear la parroquia y dirigir el colegio. “Me siento feliz. Este es el lugar donde Dios me puso y aquí debo dar frutos. Aunque somos menos sacerdotes, asumimos más responsabilidades con fe y alegría”, expresa.

 

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