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Devoción a la Santísima Virgen María

28 de abril de 2016
Devoción a la Santísima Virgen María

Hoy cuando se celebra la fiesta de San Luis María Grignon de Montfort , recordamos quien fue él quien propuso un método de consagración a Jesucristo por medio de la…

El Tratado, que estuvo extraviado 130 años, fue reconocido por su autenticidad y pureza doctrinal por el Papa Pío IX en un decreto del 12 de mayo de 1853, un año antes de promulgar el dogma de la Inmaculada Concepción.

En el mismo manuscrito Grignon de Montfort vaticina la persecución de su obra, su casi desaparición y los padecimientos que él mismo viviría por revelar la doctrina que explica la función de la Santísima Virgen en el plan divino de la salvación y en la vida del cristiano.

“Preveo claramente que muchas bestias rugientes llegan furiosas a destrozar con sus diabólicos dientes este humilde escrito y a aquel de quien el Espíritu Santo se ha servido para redactarlo o sepultar, al menos, estas líneas en las tinieblas o en el silencio de un cofre a fin de que no sea publicado”.

Monfort sufrió un intento de asesinato y su Congregación de los Misioneros de la Compañía de María recibió diversos ataques en tiempos de herejías como el jansenismo o el iluminismo. “Atacarán, incluso, a quienes lo lean y pongan en práctica. Pero, ¡qué importa! ¡Tanto mejor! Esta perspectiva me anima y hace esperar un gran éxito, es decir, la formación de un escuadrón de aguerridos y valientes soldados de Jesús y de María, de uno y otro sexo, que combatirán al mundo, al demonio y a la naturaleza corrompida en los tiempos, como nunca peligrosos, que van a llegar”, afirmaba en sus escritos.

 Su obra fue perseguida

Por su contenido, el manuscrito siempre fue objeto de odio del demonio, sin embargo no pudo desaparecerlo. Fue sepultado “en las tinieblas y el silencio de un cofre” y ocultado en un la capilla de un campo francés; tiempo después pasaría a la biblioteca de la compañía de María en la Casa Madre (Francia), donde sería descubierto por el padre Pedro Rautureau el 29 de abril de 1842.

La primera publicación del Tratado se hizo en 1843, desde entonces se ha convertido en uno de los libros más apreciados del catolicismo contemporáneo, y uno de los que más han contribuido a fomentar la piedad cristiana en el mundo entero.

El mismo San Luis María explica en su obra, que esta devoción es el camino más “fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unión con Dios, en la cual consiste la perfección cristiana”.

María, el camino seguro para llegar Padre

 “Por esta devoción entregas a Jesucristo, de la manera más perfecta –puesto que lo entregas por manos de María–, todo cuanto le puedes dar y mucho más que por las demás devociones, por las cuales le entregas solamente parte de tu tiempo, de tus buenas obras, satisfacciones y mortificaciones. Por esta consagración le entregas y consagras todo, hasta el derecho de disponer de tus bienes interiores y satisfacciones que cada día puedes ganar por tus buenas obras, lo cual no se hace ni siquiera en las órdenes o institutos religiosos”.

 Para defender esta postura señala que “la Iglesia, con el Espíritu Santo, bendice primero a la Santísima Virgen y después a Jesucristo: Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús (Lc. 1, 42). Y esto, no porque la Virgen María sea mayor que Jesucristo o igual a Él, lo cual sería intolerable herejía, sino porque para bendecir más perfectamente a Jesucristo hay que bendecir primero a María”.

El Beato Pío IX afirmó que la verdadera devoción propuesta por San Luis María es la mejor y más aceptable, mientras que el Papa San Pío X aprobó la fórmula de consagración del Santo.

San Juan Pablo II se reconoció deudor de Luis María Grignon de Montfort al adoptar como lema episcopal Totus tuus, fórmula de consagración a María del fundador francés y uno de sus lemas marianos.

Más adelante, al final de su vida, en una carta dirigida a la familia montfortiana en el año 2003, el papa Wojtyla contó que en su juventud la lectura del  "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen" le ayudó mucho porque allí encontró la respuesta a sus dudas sobre el temor del culto excesivo a María que podría dejar de lado la supremacía del culto a Cristo.

También señaló que “la doctrina de este Santo ha ejercido un profundo influjo en la devoción mariana de muchos fieles y también en mi vida. Se trata de una doctrina vivida, de notable profundidad ascética y mística, expresada con un estilo vivo y ardiente, que utiliza a menudo imágenes y símbolos”., ratificó el papa Wojtyla.

En la actualidad congregaciones, fundaciones y  grupos de la Iglesia católica preparan a miles de fieles en diversos países que desean consagrarse a la Madre de Dios a través del método de San Luis María.

 

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