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#217016

Nuestra Señora de Monserrat en Bogotá

13 de julio de 2018
Nuestra Señora de Monserrat en Bogotá

En esta entrega sobre los santuarios marianos y las imágenes representativas de Nuestra Señora presentamos a la Virgen de Monserrat, que tiene orígenes muy antiguos
 

La primera imagen y devoción a la virgen de Monserrat tiene origen remoto en la edad media, en España. Hacia el año 800, época de guerras internas e invasiones, cuenta la leyenda que unos niños pastores estaban pastando sus ovejas cerca de Montserrat y descubrieron la imagen de madera en una cueva, en medio de un misterioso resplandor y cantos angelicales. Por órdenes del obispo de Manresa, de llevarla a la catedral, comenzó la procesión, pero no llegó a su destino, ya que la estatua se empezó a poner increíblemente pesada y difícil de manejar. Entonces fue depositada en una ermita cercana y permaneció allí hasta que se construyó el actual monasterio benedictino.

La aparición coincide con las más comunes manifestaciones: a pastores –gente humilde, leal, trabajadora- cantos angelicales, extraordinarias luminosidades, y finalmente, su extraordinario peso que hace imposible su desplazamiento.

La virgen es de talla románica de madera de álamo, que data del siglo XII. Casi toda la estatua es dorada, excepto la cara y las manos de la Virgen y del Niño. Estas partes tienen un color entre negro y castaño. A diferencia de muchas estatuas antiguas que son negras debido a la naturaleza de la madera o a los efectos de la pintura original, el color oscuro de Montserrat se le atribuye a las innumerables velas y lámparas que durante siglos se han encendido ante la imagen día y noche. En virtud de esta coloración, la Virgen está catalogada entre las vírgenes negras. Por esto la llaman por cariño La Morenita.

La estatua sedente y mide 95 cm. De acuerdo con el estilo románico, la figura es delgada, de cara alargada y delicada expresión. Una corona descansa sobre la cabeza de la Virgen y otra adorna la cabeza del Niño Jesús, que está sentado en sus piernas. Tiene un cojín que le sirve de banquillo o taburete para los pies y ella está sentada en un banquillo de patas grandes, con adornos en forma de cono.

El vestido consiste en una túnica y un manto de diseño dorado y sencillo. La cabeza de la Virgen la cubre un velo que va debajo de la corona y cae ligeramente sobre los hombros. Este velo también es dorado, pero lo realzan diseños geométricos de estrellas, cuadrados y rayas, acentuadas con sombras tenues. La mano derecha de la Virgen sostiene una esfera, mientras la izquierda se extiende hacia adelante con un gesto gracioso. El Niño Jesús está vestido de modo similar, por su puesto, con excepción del velo. Tiene la mano derecha levantada, dando la bendición, y la izquierda sostiene un objeto descrito como un cono de pino o piña, símbolo de la abundancia.

 

En Bogotá, sobre la cima de los cerros orientales se encuentra ubicado el Santuario de Monserrate, el cual recibe este nombre en honor a "Nuestra Señora de Monserrat".

En el año de 1650 don Pedro Solís de Valenzuela, Jacinto García, Domingo Pérez y Francisco Pérez de la Puebla se presentaron ante los señores Presidente de la Audiencia y Arzobispo de Santafé solicitando licencia para construir una ermita en lo alto del cerro; su intención era celebrar al igual que en España, el día de la Santa Cruz.

Resulta que a los fundadores les pareció que la devoción a la Santa Cruz aumentaría si se completaba con la de la Virgen María; fue así como la Virgen de Monserrat de España se integró a la cruz santafereña de la Nieves.

Entonces la ermita que se construyó fue denominada Nuestra Señora de la Cruz de Monserrat. Hacia el año 1656 el padre Bernardino de Rojas, que fue administrador de la ermita de Monserrate, encargó las tallas de un Cristo Crucificado y de un Señor Caído al escultor santafereño Pedro de Lugo Albarracín. En un principio estas esculturas fueron colocadas en un lugar lateral de la ermita, para las que se construyó una capilla destinada a la adoración del Santo Cristo. De las dos imágenes, la del Señor Caído ganó importancia con el tiempo y finalmente terminó reemplazando en el patronazgo de la ermita a la Virgen de Monserrat.

Para conocer más, El Catolicismo habló con el rector del santuario de Monserrate, padre Jesús Pinzón:

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