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Funcionarios del CELAM participaron en la misión urbana de los Franciscanos en Bogotá

1 de abril de 2019
Funcionarios del CELAM participaron en la misión urbana de los Franciscanos en Bogotá

Este año se han cumplido 40 años de la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano, llamada Conferencia de Puebla. Por lo que en el marco de dicho aniversario, se…

Los participantes en tan importante actividad de conocimiento y vivencia, fueron los Ejecutivos y Directivos de los Departamentos y Escuelas del Celam, con Secretaría General.

Asistieron: Monseñor Juan Espinoza, Secretario General, el Padre Francisco Niño, Secretario adjunto de Secretaría General, Padre Victor Ronald La Barrera, Vicerrector Académico, Padre Rubén Pérez, Vicerrector Pastoral, Padre Antonio Velásquez, de Familia, Vida y Juventud; Padre Carlos Guillermo Arias, de Misión y Espiritualidad y Padre Rigoberto Pérez de Comunicación Social.

El objetivo era dirigir la mirada hacia “los rostros sufrientes de Cristo” propuesto por el Documento de Puebla. Desde ese lente, que es una mirada profundamente cristiana, la tarde de este día 26 de marzo de 2019, se hizo el recorrido por algunas calles céntricas de Bogotá para visitar a habitantes de calle, compartir con ellos un “tinto” (un café) y unos panes.

La actividad fue dirigida por “Fray Ñero” (como él suele llamarse) y su equipo de colaboradores. Fray Gabriel Gutiérrez, es un Sacerdote de los Hermanos Menores de la Orden de San Francisco de Asís, que radica en el Convento Franciscano de la Purificación, ubicado en pleno centro de Bogotá. Los miembros de su equipo son mayoritariamente habitantes de calle.

“Fray Ñero” lleva adelante la iniciativa de acompañar a quienes habitan las calles de Bogotá.  Ellos entre otros, marginados dentro de la sociedad, por nuestros sistemas, son los actuales “rostros sufrientes de Cristo”, nuestros hermanos.

Impacta la vida, ese palpar la realidad de habitantes de calle, que muchas veces sufren violencia sistemática permanente y no son reconocidos con la propia dignidad humana, ni con los derechos de ciudadanos que les son propios.

El recorrido se volvía alegre por el signo de cercanía y fraternidad que los hermanos de la calle percibían en la visita. Por momentos se compartía algún mensaje, se hacía una oración y Monseñor Juan, impartía la bendición.

Al caer la tarde se retornó al convento de los frailes franciscanos, para profundizar y compartir las vivencias y una comida fraterna. Ahora queda el desafío del seguimiento y el compromiso a partir de lo vivido.

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