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Historias de vida

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Una vida de entrega al ministerio sacerdotal, de servicio y compromiso con las comunidades

25 de mayo de 2023
OAC

“Ser parte de una familia de hermanos, hijos del Padre Celestial”, al tiempo que se tiene la gracia de servir al Señor y a las comunidades, celebrar y administrar los sacramentos, ha sido la experiencia de mayor satisfacción y el sentimiento de plenitud que, señala el padre Enrique Rozo Rincón, ha marcado su vida.

Con una vocación temprana, orada desde el vientre por su madre Stella Rincón, y cultivada en el seno de una familia católica, piadosa, de oración diaria del santo Rosario y asistencia a la eucaristía; además de un contexto familiar religioso, el padre Enrique inicia su formación desde muy pequeño, a los 12 años, cuando próximo a ingresar a la educación secundaria pide a su papá ser llevado al Seminario.

 

“Desde chiquito quise ser sacerdote…y tuve la fortuna de serlo”, afirma visiblemente emocionado al dar una mirada a más de 60 años de ministerio, en los que ir al encuentro de las familias, llevar la Palabra, servirles, formarlos y acercarlos a Dios Padre, fue la constante.

 

Aunque el inicio de su formación no fue fácil, dado el momento histórico que se vivía, la afiliación política de su padre, Efraín Rozo, quien era liberal católico; las oraciones de su madre, la cercanía con familiares religiosos y el mismo testimonio de rectitud de su papá, permitieron que avanzara en su formación sacerdotal.

Recuerda, con especial sentimiento la relación que una fecha, 1 de noviembre, ha significado en su vida y ministerio, así como, una anécdota que luego entendió como “primera obediencia”.

 

“Yo nací el primero de noviembre; recibí la confirmación el primero de noviembre; hice la primera comunión el primero de noviembre; recibí el diaconado el primero de noviembre, en 1958; y mi ordenación iba a ser el primero de noviembre del 59…”.

 

“Antes de la ordenación había un retiro de toda la semana  - de lunes a sábado- ,  entonces el lunes nos íbamos a ordenar cinco jóvenes; nos reunió el encargado del Seminario, que el arzobispo había nombrado, llamado monseñor Jorge Gabriel Calderón, y nos dijo: << Yo quiero que ustedes en vez de que hagan reuniones, de que gasten dinero en forma superflua, más bien que junten y den como regalo de ordenación una casa>>, para población vulnerable, era bastante costosa para el tiempo. Entonces, nosotros le manifestamos a él que como no era del bolsillo nuestro sino de nuestros padres, que  no podíamos. En vista de nuestra negativa dijo: << bueno, entonces vamos a hacer lo siguiente: ustedes hagan lo que quieran en su ordenación, pero la ordenación no va a ser el próximo domingo sino el año entrante>>. Eso fue frustrante para mí porque yo tenía ese recorrido, y lo tengo… De hecho, cumplí mis Bodas de Plata el primero de noviembre y las Bodas de Oro el primero de noviembre”.

 

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Aunque todo estaba preparado, se habían enviado las invitaciones y el corazón latía ante el gozo del ministerio, hoy el padre Enrique entiende ese momento como “la primera obediencia”, y se emociona al pensar que su ordenación, el 14 de febrero de 1960, coincide con la festividad de los santos Cirilo y Metodio, a los que se encomienda diariamente.

Estudios y servicios desempeñados

Realizó sus estudios de primaria en el Colegio Pio XII de Bogotá (1946), secundaria en el Seminario Menor de Bogotá (1952), filosofía en el Seminario Mayor de Bogotá (1955), Teología en el Seminario Mayor de Bogotá (1959). Fue ordenado presbítero en Bogotá el 14 de febrero de 1960, por el cardenal Luis Concha.

Adelantó estudios de maestría en Educación, en la Universidad Pedagógica (1972). Fue incardinado a la Diócesis de Engativá el 6 de agosto de 2003. Incardinado a la Arquidiócesis de Bogotá el 20 de abril de 2012, mediante Decreto No. 304, por el cardenal Rubén Salazar Gómez.

Ha servido como:

- Vicario parroquial en el Perpetuo Socorro (1960)

- Párroco en Nuestra Señora de Chiquinquirá – Quetame (1963)

- Párroco en La Santísima Trinidad (1968)

- Párroco en Santos Cosme y Damián (1977)

- Párroco en San Luis Gonzaga (1977)

- Párroco en La Encarnación (1977)

- Arcipreste del Arciprestazgo No. 6 (1980)

- Párroco en Santa Ana (1989)

- Arcipreste del Arciprestazgo 1.9 (1996)

- Párroco en San Felipe Apóstol (2003)

Actualmente es sacerdote emérito de esta Arquidiócesis.

A continuación, el padre Enrique Rozo comparte su testimonio de vida y ministerio:

Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
Historia de vida y testimonio sacerdotal del padre Enrique Rozo Rincón
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