Historias de vida
Un sacerdote con alma campesina que sirvió con amor: Padre Rogelio Garzón Alfonso
El pasado 8 de noviembre, partió a la Casa del Padre el padre Rogelio Garzón Alfonso, sacerdote ejemplar que sirvió con alegría, sencillez y profunda entrega durante más de 50 años de ministerio.
Nacido en Garagoa Boyacá, el 16 de julio de 1942. Fue un hombre de fe, de alma campesina, alegre y cercano, nos deja un testimonio vivo de lo que significa servir a Dios desde la oración, el trabajo y el amor por las comunidades. En múltiples ocasiones expresó su gratitud a Dios, a su familia —donde nació su vocación—, a las comunidades que acompañó con generosidad y a sus hermanos sacerdotes.
Un sacerdote formado en la misión y el servicio
Su espíritu misionero se forjó de la mano de jesuitas y capuchinos, quienes lo inspiraron a vivir su vocación con entrega y apertura. Animado también por el ejemplo de su hermano sacerdote, fue ordenado el 12 de diciembre de 1971 para la Diócesis de Barrancabermeja, donde ejerció su ministerio durante ocho años.


Más adelante, su deseo de seguir formándose lo llevó a Bogotá, donde estudió Psicología en la Universidad Javeriana. En la capital, encontró su nuevo campo pastoral y fue incardinado a la Arquidiócesis de Bogotá el 24 de mayo de 1990.
Su legado pastoral
A lo largo de su vida sacerdotal, el padre Rogelio sirvió en distintas comunidades parroquiales, dejando una huella profunda por su cercanía y su compromiso pastoral.
Desempeñó, entre otros, los siguientes servicios:
Vicario cooperador en la Sagrada Eucaristía (1980).
Vicario parroquial en Cristo Resucitado (1986).
Capellán del Colegio de las Esclavas del Sagrado Corazón y párroco en San Juan María Vianney (1987).
Párroco en la Divina Providencia, la Visitación de Nuestra Señora, San Benito Abad y San Fernando Rey, donde fue también arcipreste del Arciprestazgo 2.7.

Durante los últimos años, se encontraba como sacerdote emérito en la Fraternidad Sacerdotal, comunidad que acoge a los presbíteros mayores de la Arquidiócesis.
Un pastor que vivió con alegría su vocación
El padre Rogelio fue un ejemplo de entrega generosa, humildad y amor por la Iglesia. Su testimonio queda grabado en la memoria de quienes compartieron con él la fe, el servicio y la esperanza.
La Arquidiócesis de Bogotá eleva una oración de gratitud por su vida y ministerio, y pide al Señor que lo reciba con gozo en su morada eterna.

Recordemos su última entrevista al El Catolicismo:
Fuente Disminuir
Fuente






