El padre Silvestre Pongutá Hurtado, Salesiano de Don Bosco nació en Tópaga (Boyacá) el 8 de abril de 1935, en el hogar de don Julio Roberto y la señora Enriqueta. Después de terminar la primaria en su tierra natal fue al colegio Salesiano Sagrado Corazón de Mosquera, donde obtuvo el título de bachiller académico. En 1953 adelantó el noviciado y el 29 de enero del año siguiente hizo su primera profesión religiosa. Para 1957 hizo su profesión perpetua.
Su formación teológica la realizó en Turín, Italia, en la Universidad Pontificia Salesiana. En 1958 obtuvo la licenciatura en filosofía y en 1963 la licenciatura en teología. Luego, fue al Instituto Bíblico de Roma donde se licenció en sagrada escritura. Fue ordenando presbítero en Turín el 2 de febrero de 1963.
Trabajo pastoral
Durante su vida sacerdotal dedicó gran parte al Teologado Salesiano Santo Tomás de Aquino al que llegó en 1966, hasta su muerte, es decir, 55 años. En esa casa fue coordinador de estudio de los estudiantes de teología, vicario del director, miembro del consejo local, vicario parroquial y desde 1983, hasta que se pensionó fue profesor de sagrada escritura en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Toda su vida apostólica la dedicó a la formación, a la docencia universitaria y a atender pastoralmente los barrios de Cerro Norte y Santa Cecilia, comunidades de personas nobles y sencillas pero en situación de mucha vulnerabilidad.
Fue un buen hermano, cordial, identificado con su sacerdocio y con la vida religiosa salesiana, siempre pendiente del bienestar y unión de su familia. Exigente, disciplinado, intelectualmente brillante, autor de varios libros sobre sagrada escritura, generoso con todos, pero especialmente con los más pobres y muy cercano a los jóvenes. Cercano a las hermanas de las hijas de María Auxiliadora, de quien fue capellán, confesor y director espiritual.
Al final de su vida le causó gran dolor la decisión de los superiores mayores de terminar el Teologado en Bogotá, casa a la que dedicó toda su pasión apostólica. Hasta el último momento guardó la esperanza de que esta decisión fuera reversada. Murió a los 87 años de edad, 68 de profesión y 59 de sacerdocio. Damos gracias a Dios por el padre Silvestre que pasó por este mundo haciendo el bien. Fue fiel y murió en la brecha del trabajo al estilo de Don Bosco.
El padre John Jairo Gómez, SDB, lo recuerda como un gran formador: “En la fiesta de nuestro padre San Juan Bosco, estamos despidiendo a uno de sus hijos, a uno de nuestros hermanos, que fue fiel a su vida salesiana, a su consagración, a su ministerio sacerdotal. El querido padre Silvestre Pongutá Hurtado quien durante 68 años vivió su vida salesiana en fidelidad. Con seguridad, fue mucho el bien que hizo como salesiano y como sacerdote, especialmente como formador y como profesor de sagrada escritura.
Dejó huellas profundas en el corazón de tantos candidatos al presbiterado, a salesianos, y de otras comunidades y laicos. Fueron muchas las personas que pudieron encontrarse con Dios en la vida y el ministerio presbiteral de nuestro hermano, de quien podemos afirmar que fue signo y portador del amor de Dios, especialmente, desde su identidad sacerdotal y la dimensión de la evangelización y la catequesis, encarnadas con gran celo y ardor apostólico como un verdadero enamorado de la palabra de Dios y de los sacramentos de la reconciliación y la eucaristía. Es esto lo que sin lugar a dudas se propuso con exigente fidelidad nuestro hermano salesiano, a quien con la tristeza profunda de la separación y con el gozo pascual de la resurrección damos cristiana sepultura”.
El padre Silvestre Pongutá Hurtado, SDB falleció el pasado 30 de enero de 2022.
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