Padre Silverio Suárez: 25 años sirviendo a Dios y la patria

El padre Silverio Suárez, párroco de Santa María la Antigua, celebra con gratitud sus 25 años de ordenación sacerdotal, una trayectoria marcada por la fe, el servicio y una singular historia de vida.

Nacido en Bogotá, hijo de un abogado y de una profesora, el padre Silverio primero se abrió camino en el mundo civil. Estudió Derecho en la Universidad Externado, incursionó en la política, fue periodista en El Tiempo y llegó a dirigir su propio periódico juvenil. Más tarde ingresó a la Policía Nacional, donde se graduó como oficial y prestó servicio en la Escuela General Santander. Sin embargo, en medio de esta vida llena de retos. Su vocación nació en medio de la crueldad del conflicto armado interno que se vivía en el país y que a diario cobraba la vida de uniformados. 

Se formó en el Seminario Mayor de Bogotá y en la Universidad de La Sabana, viviendo su vocación bajo el obispado castrense. Fue ordenado sacerdote el 2 de diciembre del año 2000, año jubilar, llevando desde entonces una doble sensibilidad: servir a Dios y acompañar a la familia policial en momentos difíciles.

Su ministerio ha estado marcado por el acompañamiento espiritual a miembros de la Policía y sus familias, la formación en sacramentos de hijos de policías y la atención en lugares tan exigentes como cárceles, hospitales y escuelas de formación. “Lo más bello que uno puede hacer es servir, dar esperanza y una voz de aliento a quienes han perdido seres queridos”, afirma. Mediante el Decreto 2011 del 13 de octubre de 2022, el Ministerio de la Defensa confirmó su ascenso al grado de mayor general.

En medio de estos años, recuerda con humor una anécdota que refleja su vida entre dos vocaciones. Durante su etapa de diácono, en un encuentro parroquial un policía se le acercó convencido de haber visto a su “hermano gemelo” en la dirección general de la Policía. Él le respondió: “No es mi gemelo, soy yo, oficial de policía y futuro sacerdote”. Una experiencia que simboliza la unión de su camino como servidor público y ministro de Dios.

Hoy, como párroco de Santa María la Antigua, el padre Silverio vive su jubileo sacerdotal lleno de gratitud: “Se han pasado muy rápido estos años. Aunque no han sido fáciles, han sido una bendición de Dios. Todos los días doy gracias por mi ministerio y pido ser fiel a esta opción de vida”.

Su historia es un testimonio de entrega y generosidad, uniendo vocación sacerdotal y experiencia policial para tender puentes de fe y esperanza allí donde más se necesita.