Batalló contra el cáncer durante tres años, siendo ejemplo de fortaleza y plena confianza en Dios, para toda su familia; la comunidad y quienes lo rodearon en sus últimos días.

Falleció a los 78 años de edad en Bogotá y había nacido en Choachí, Cundinamarca, el 9 de marzo 1939. Paradójicamente la comunidad lo recuerda como aquel hombre al servicio de Dios, comunión de vida con Jesucristo y la Iglesia, pero también un hombre dedicado plenamente al servicio de los enfermos.

Este ministerio lo ejerció a cabalidad, siempre estuvo dispuesto a auxiliar, a acompañar a sus hermanos con dolencias espirituales pero sobre todo con dolencias físicas. Era un hombre sensible, cálido y un poco tímido. Con cabello blanco y caminar pausado, con una mirada profunda de bondad, dispuesto a dar a manos llenas el amor de Jesucristo a quien más lo necesitaba, especialmente a aquellos que padecían aflicciones del cuerpo.

Fue ordenado sacerdote el 28 de Agosto 1966 en la Compañía de María, Padres Monfortianos y con ellos trabajó hasta el año de 1973.

El 29 de Febrero de 1984, fue incardinado en la arquidiócesis de Bogotá y el 16 de diciembre de 1987 fue nombrado párroco en la parroquia San Juan Bautista del barrio la Estrada.

Amor a la Virgen María

Su amor a la Virgen María era notorio, un amor muy grande. Sentía una profunda admiración por la advocación de Nuestra Señora de Luján, a quien se le considera patrona de Argentina, Paraguay y Uruguay.

El 24 de agosto de 1998, fue nombrado párroco de la iglesia Madre del Verbo Divino. Al ser creada la Diócesis de Engativá, por su oficio, quedó incardinado en la nueva Diócesis y el 17 de diciembre de 2004, fue nombrado párroco en Nuestra Señora de Luján. Y , en el 2010 fue nombrado Párroco de la Parroquia Santa Juana de Lestonnac.

Como Arcipreste, miembro del Consejo de Órdenes y del Consejo de Consultores, prestó invaluables servicios a la Diócesis de Engativá. Sus honras fúnebres fueron presididas por monseñor Francisco Antonio Nieto Súa obispo de la Diócesis de Engativá, en la Catedral de San Juan Bautista del barrio la Estrada.

“Siempre fue un sacerdote muy probado en la enfermedad, tal vez por esta razón ayudó y sintió tanta misericordia por aquellas personas que padecían alguna dolencia física”, afirma el padre Fernando Mayorga Cruz, sacerdote de la parroquia San Jerónimo del barrio Normandia de Bogotá, quien lo conoció, compartió y trabajó con él durante  varios años.

A Continuación entrevista completa con el padre Fernando Mayorga Cruz, quien nos relata de manera más amplia algunas características de la vida, servicio a Dios y a la Iglesia por parte del padre Pascual Clavijo Pulido, Q.E.P.D.

Video-entrevista: