Historias de vida
Más de 50 años dedicado a la cura de almas y a la educación
El padre Manuel Eladio Mora Bohórquez, oriundo de Santa Sofía (Boyacá), hijo de Baltasar Mora y Elvia Pacheco, descubrió y cultivó su vocación en medio de una familia creyente, tradicional, numerosa, y muy unida.
Desde pequeño se vinculó a la vida parroquial como acólito en Santa Sofía y Villa de Leyva. Su formación académica inicial la adelantó con los Dominicos. La experiencia vocacional de un primo “que finalmente no perseveró”, lo impulsó a abrirse a la posibilidad de dar una respuesta generosa al llamado del Señor.
Sus estudios de filosofía y teología los realizó en la universidad Javeriana, en Bogotá.
“Al terminar la filosofía hice un año con los Hermanos Cristianos, que era un año como de pedagogía para afirmar la vocación (…) En 1966 terminé la teología y fue cuando me recibieron en el Seminario. En esa época existían aún las órdenes menores. Fui llamado en mayo, que la tonsura; luego, el subdiaconado y el diaconado”, recuerda.
Fue ordenado sacerdote el 19 de noviembre de 1967 por el cardenal Aníbal Muñoz Duque.
Su primer servicio pastoral, que marcaría su ministerio orientado al acompañamiento y guía espiritual de comunidades ávidas de la Palabra y de la vivencia del Evangelio; así como, su compromiso con la educación de niños y niñas, especialmente en zonas rurales, fue en Fómeque.
“Fue interesante tener esa experiencia de esa parroquia en el campo, que era el Catecismo de las Veredas (…) Fue un gran desafío continuar la obra, sobre todo en la educación (…) Yo tenía el nombramiento del departamento, allá duré 12 años y luego pasé como profesor en Soacha”, precisa.
Oficios desempeñados entre 1968 y 2018: vicario cooperador en Fómeque, en Cáqueza, Santa Catalina; capellán en los colegios Mayor Distrital de Varones, Camilo Torres; párroco en Une, Santa Teresita, Santa Isabel de Hungría; arcipreste de los arciprestazgos N° 31, 23, zona 29; párroco Ad Tempus en la Inmaculada Concepción – Fómeque; capellán del Externado Nacional Camilo Torres; arcipreste de los arciprestazgos N° 3.4, 3.1; párroco en Nuestra Señora del Pilar, en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en San José de Calasanz; vicario parroquial en La Veracruz y en Cristo Rey.
Actualmente, como sacerdote emérito, continúa entregado a la oración, al acompañamiento espiritual de quienes se acercan para su consejo; y a la lectura, otra de sus pasiones de vida.
“Yo estoy tranquilo, estoy leyendo… Siempre he sido disponible y quiero seguir estándolo… Puedo decir que me siento feliz y satisfecho”.
A continuación, su testimonio de vida, marcada por el Evangelio, su servicio como párroco y en la formación integral.
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