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La ternura

29 de marzo de 2016

Una expresión de ternura conlleva en sí más alivio que muchas horas de diálogo, que muchas reacciones fuertes, que muchos consejos y palabras

Tal vez la ternura es la que nos hace falta en el mundo de hoy. Nos falta cariño. El mundo de hoy, con todos sus afanes y sus preocupaciones, nos ha condenado a la soledad. Se nos ha negado la ternura y el cariño; todo tiene que ser efectividad, productividad y ganancias.

 

La ternura es un sentimiento que permite que la persona se acerque a todos, conduce a la comprensión y al perdón, tiene un sentido maternal y paternal. Ser tierno quiere decir ser detallista, delicado y afable.

 

Pertenecemos a una sociedad en la cual cada uno vive prevenido, se espera lo peor de los demás y estamos siempre a la defensiva.  Esto nos impide ser tiernos, es un verdadero obstáculo para manifestar la ternura.

 

Muchas veces se confunde la ternura con la falta de coraje, de fortaleza y de orientación; pero los líderes más grandes de la sociedad, de la cultura y de la política son aquellos capaces de expresar su ternura, de entregarla y de darla.

 

La ternura nace del interior del hombre. Todos los hombres somos tiernos y necesitamos de la ternura. Es cierto que entre nosotros, la mujer es por naturaleza más tierna y delicada. Los hombres tienden a ser más fuertes y racionales, menos expresivos de sus sentimientos.

 

Dejemos que brote la ternura en nuestras relaciones. Con el esposo y la esposa, con los hijos y los amigos, con los padres y los hermanos, con los compañeros de trabajo y con los colegas.  Seamos tiernos.

 

Una expresión de ternura conlleva en sí más alivio que muchas horas de diálogo, que muchas reacciones fuertes, que muchos consejos y palabras. La ternura bien manejada llega a ser un alivio y paliativo para las enfermedades físicas.  Con la ternura se equilibra nuestro espíritu y equilibrado el espíritu podemos manejar, de una manera más segura, nuestro cuerpo y nuestra materia.

 

La ternura es uno de los sentimientos más bellos del ser humano. Y hasta los animales son tiernos. Y en las plantas también podemos descubrir una especie de ternura. Toda la naturaleza está llena de ternura, de algo que permite la paz, el sosiego y la serenidad.

 

Si queremos cambiar el corazón, renovar nuestros hogares, acercarnos más a los seres queridos, tener mejor ambiente en nuestro trabajo, propiciar unas mejores relaciones sociales, buscar justicia, unidad y paz, permitamos que la ternura brote del fondo de nuestro ser.

 

+ Gonzalo Restrepo Restrepo

Arzobispo de Manizales

 

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