La ternura
Una expresión de ternura conlleva en sí más alivio que muchas horas de diálogo, que muchas reacciones fuertes, que muchos consejos y palabras
Tal vez la ternura es la que nos hace falta en el mundo de hoy. Nos falta cariño. El mundo de hoy, con todos sus afanes y sus preocupaciones, nos ha condenado a la soledad. Se nos ha negado la ternura y el cariño; todo tiene que ser efectividad, productividad y ganancias.
La ternura es un sentimiento que permite que la persona se acerque a todos, conduce a la comprensión y al perdón, tiene un sentido maternal y paternal. Ser tierno quiere decir ser detallista, delicado y afable.
Pertenecemos a una sociedad en la cual cada uno vive prevenido, se espera lo peor de los demás y estamos siempre a la defensiva. Esto nos impide ser tiernos, es un verdadero obstáculo para manifestar la ternura.
Muchas veces se confunde la ternura con la falta de coraje, de fortaleza y de orientación; pero los líderes más grandes de la sociedad, de la cultura y de la política son aquellos capaces de expresar su ternura, de entregarla y de darla.
La ternura nace del interior del hombre. Todos los hombres somos tiernos y necesitamos de la ternura. Es cierto que entre nosotros, la mujer es por naturaleza más tierna y delicada. Los hombres tienden a ser más fuertes y racionales, menos expresivos de sus sentimientos.
Dejemos que brote la ternura en nuestras relaciones. Con el esposo y la esposa, con los hijos y los amigos, con los padres y los hermanos, con los compañeros de trabajo y con los colegas. Seamos tiernos.
Una expresión de ternura conlleva en sí más alivio que muchas horas de diálogo, que muchas reacciones fuertes, que muchos consejos y palabras. La ternura bien manejada llega a ser un alivio y paliativo para las enfermedades físicas. Con la ternura se equilibra nuestro espíritu y equilibrado el espíritu podemos manejar, de una manera más segura, nuestro cuerpo y nuestra materia.
La ternura es uno de los sentimientos más bellos del ser humano. Y hasta los animales son tiernos. Y en las plantas también podemos descubrir una especie de ternura. Toda la naturaleza está llena de ternura, de algo que permite la paz, el sosiego y la serenidad.
Si queremos cambiar el corazón, renovar nuestros hogares, acercarnos más a los seres queridos, tener mejor ambiente en nuestro trabajo, propiciar unas mejores relaciones sociales, buscar justicia, unidad y paz, permitamos que la ternura brote del fondo de nuestro ser.
+ Gonzalo Restrepo Restrepo
Arzobispo de Manizales
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