Defender la vida de frente
Especialmente quienes profesan la fe cristiana, de respetar la vida y su dignidad desde su natural comienzo hasta el final, también natural. Hoy, como nunca, la Iglesia tiene la tarea de ayudar a sus hijos a tener elementos profundos de juicio ante los muchos dilemas que se presentan en temas fundamentales como este de la vida y otros de no menor calado como el matrimonio, la educación, la libertad, la democracia, etc.
La Iglesia no puede ni debe descuidar nunca su misión de iluminar conciencias, de estimular todo lo que ayude a que las personas vivan conforme a las leyes de Dios y a fortalecer a los creyentes para vivir a fondo su fe en medio de una cultura que en ocasiones quisiera cancelar el cristianismo de la vida pública e incluso privada.
El primer documento, que se encuentra digitalmente en la página de la Conferencia Episcopal de Colombia, se titula “Para que tengamos vida en abundancia” (Jn 10,10), plantea con absoluta claridad la enseñanza bíblica y de la Iglesia sobre el valor de la vida y su dignidad.
Llama la atención el nuevo estilo del documento en su redacción, en los autores actuales que cita, en el lenguaje fresco y comprensible que lo hace accesible a todo tipo de lectores. De importancia mayor es este esfuerzo de los obispos por dirigirse a las personas de una forma moderna, actual, ágil, con ejemplos de la vida diaria y testimonios que permiten captar la importancia de lo que se enseña para las situaciones concretas de la vida.
Ojalá conserven este esfuerzo de comunicación efectiva en lo sucesivo porque los destinatarios de toda enseñanza pastoral son todas las personas y no grupos de especialistas en uno u otro tema.
Por otra parte, este primer documento se destaca por su lenguaje directo y frentero. La hora actual de Colombia ya no soporta más tibiezas y relativismos que han dado pie a que sucedan tantas acciones absurdas en y contra la vida de los ciudadanos.
La Iglesia, lo reconoce el documento episcopal, a ratos se siente sola en esta defensa a ultranza de la vida, pero no se desanima pues tiene la certeza de que es lo correcto y lo que la hace verdaderamente comunidad de Cristo y servidora de la humanidad.
Seguramente, como ya se escuchan voces, surgirán muchos contradictores y polemistas para desdibujar la voz de los pastores. Eso es signo de que están actuando como verdaderos profetas. Y esto es lo que ha estado reclamando un sector amplio de la Iglesia: que sus pastores sean profetas en todo momento y en todos los aspectos.
Cabe, entonces, esperar una amplia difusión de este primer documento, especialmente por los medios digitales que son los que les llegan hoy a todas las personas. En esto también hay que elogiar el que haya aparecido primero que todo en forma digital. Otro avance en el nuevo estilo de comunicación de la Conferencia Episcopal.
De la amplia difusión se espera que los fieles de la Iglesia cada vez más se apliquen a una tarea muy juiciosa de lectura, análisis y puesta en práctica de lo que les enseña la Iglesia como madre y maestra en la fe.
En los temas fundamentales de la vida existe la obligación moral de formar e iluminar la conciencia para tomar decisiones que estén de acuerdo con la ley de Dios y con el respeto a la vida. No se puede decidir y obrar simplemente por emociones pasajeras, por lo que los grandes medios y redes comunican sin mayor fundamento ético ni moral. El cristiano eleva siempre su mirada a Dios y a Jesucristo para obrar rectamente. Y la Iglesia hace eco a la Palabra divina para que nadie viva en la oscuridad, sino en la luz que permite tener vida abund
Fuente Disminuir
Fuente