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La distribución equitativa de vacunas contra el covid-19 está lejos aún

22 de febrero de 2021

Aceprensa

El riesgo de una desigual distribución de las vacunas contra el covid-19 en el mundo, de momento se está cumpliendo. Han empezado a inmunizar los países occidentales ricos, más algunos que han desarrollado vacunas propias (China, Rusia, India). El programa COVAX, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pretende crear una cartera común de vacunas para repartirlas equitativamente, aún no ha podido comenzar el suministro.

En general, los países ricos están acaparando los primeros millones de dosis de vacunas desarrolladas por laboratorios del mismo ámbito, con los que firmaron acuerdos de compra y a los que en parte financiaron. Por eso, los países de renta media o baja tienen puesta su esperanza en otras, principalmente de China, que está muy dispuesta a facilitarlas, por solidaridad y por ganar mercados e influencia. También Rusia practica esta especie de “diplomacia sanitaria” con su propia vacuna, pero su capacidad de producción es mucho menor.

Por su parte, India, que es desde hace algunos decenios un gigante farmacéutico y el mayor proveedor de medicamentos para las naciones de clase media o baja, da muestras de que desempeñará un papel semejante en el caso del covid-19. Pero no parece tener en ello particulares intereses de política exterior.

Cada uno favorece su vacuna

Esta división geopolítica se advierte en el arsenal de vacunas aprobadas hasta ahora, que son ocho. Las dos pioneras del mundo rico, la de Moderna y la de BioNTech y Pfizer, tienen la autorización de 36 y 50 países, respectivamente: los de Europa occidental y Norteamérica, más algunos otros; pero no de China, Rusia, ni India.

La tercera occidental, de la Universidad de Oxford y AstraZeneca, que llegó más tarde y tiene una eficacia algo menor, se está usando masivamente en el país de origen, el Reino Unido, pero solo la han aprobado hasta ahora seis más. Uno de ellos es la India, donde van a producirla en grandes cantidades los laboratorios Serum Institute of India en virtud de un acuerdo hecho con los inventores hace meses.

Esta vacuna tiene visos de acabar recibiendo las mismas aprobaciones que las anteriores, pero las otras cinco son muy poco internacionales, al menos de momento. Una es la rusa, Sputnik V, que empezó a utilizarse antes que las demás. Rusia la ofrece a bajo precio, menos de 20 dólares las dos dosis necesarias: bastante más barata que las de Moderna y Pfizer/BioNTech, pero el doble de cara que la de Oxford/AstraZeneca. Solo la han aprobado otros siete países, aunque hay más de veinte que han manifestado interés en comprarla. Rusia no puede producir más de 500 millones de dosis al año, pero ha concedido licencia para fabricar otros mil millones a laboratorios de Brasil, China, Corea del Sur e India.

China suscita dudas

La primera vacuna china con autorización oficial, una de las dos desarrolladas por la empresa estatal Sinopharm, la ha recibido también en cuatro países árabes y en Seychelles. La campaña china de relaciones exteriores por vía farmacéutica no está teniendo mucho éxito. Como Rusia, dio luz verde a su vacuna con bastante prisa, y ha empezado a suscitar desconfianza por el retraso y la falta de claridad al comunicar resultados de los ensayos clínicos.

La tasa de eficacia del ensayo realizado en Brasil en semanas pasadas con la vacuna CoronaVac, de los laboratorios chinos Sinovac, ha sido rectificada. Primero se dijo que era de un 78-100%, y cuando se pidieron explicaciones de tan amplio margen, hubo que reconocer que era del 50,4%, el mínimo admisible, y que al principio no se habían contado los voluntarios que contrajeron el covid-19 pero presentaron síntomas muy leves. De todas formas, CoronaVac ha sido finalmente aprobada en China, Brasil, Indonesia y Turquía. Con ella acaba de comenzar Brasil su campaña de vacunación [17-01-2021].

También provoca dudas que China esté usando masivamente, además de la vacuna aprobada, otras de marca nacional, autorizadas para caso de emergencia antes de que se conozcan los resultados finales de los ensayos. Con ellas, China pretende vacunar a 50 millones de personas para el año nuevo lunar, a mediados de febrero.

India, proveedora de los países en desarrollo

Las dos últimas vacunas aprobadas son indias, y no las ha autorizado ningún otro país. India ya ha comenzado una gran campaña de vacunación, en la que va a usar también la vacuna de Oxford/AstraZeneca. La meta es inmunizar a 300 millones de personas en la primera mitad del año.

India, además, será proveedora de países en desarrollo, para los que Serum Institute of India –inventor de una de las vacunas nacionales aprobadas– fabricará más de mil millones de dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca. Esta se conserva en frigoríficos ordinarios, a diferencia de las de Moderna y Pfizer/BioNTech, que han de ser mantenidas a menos de 20 grados bajo cero hasta unos pocos días antes de ser usadas. Por tanto, es más apropiada para países con menos medios.

India, junto con Sudáfrica, intentó favorecer el suministro de vacunas contra el covid-19 al mundo en desarrollo proponiendo a la Organización Mundial del Comercio suspender los derechos de patente para tales fármacos. La idea no prosperó. Algunos vieron en ella menos altruismo que el aparente: la licencia obligatoria daría a ambos países una gran ventaja para vender vacunas genéricas a las naciones en desarrollo.

La OMS quiere repartir

Así, el principal recurso para que empiece la vacunación en los países pobres sigue siendo COVAX, la iniciativa de la OMS que reúne a 190 naciones: 98 ricas que donan recursos y 92 de menor renta que reciben ayudas para obtener y administrar vacunas. En los últimos meses, COVAX ha dado pasos importantes. Ha alcanzado la meta de financiación para 2020, que era reunir 2.000 millones de dólares para reservar las primeras remesas de vacunas. Necesita 4.600 millones más para cumplir el objetivo de vacunar al 20% de la población de los países participantes; hasta ahora tiene prometida por los donantes la mitad larga de esa suma.

COVAX se ha propuesto que todos los países tengan vacunas antes de julio próximo, y para eso espera comenzar la distribución en el primer trimestre del año. Su meta es disponer de al menos 1.300 millones de dosis subvencionadas para los 92 países en desarrollo en 2021. Por ahora tiene reservadas o apalabradas 170 millones de dosis de la de Oxford/AstraZeneca y 500 millones de la de Janssen, aún en ensayo, si se comprueba eficaz; 200 millones de la de Sanofi/GSK, europea, y otros tantos de la de Novavax, de EE.UU., ambas también en fase de ensayo. O sea, no tiene suficientes aún, ni casi ninguna de las que ya usan los países ricos.

La OMS sigue empeñada en promover la distribución equitativa de vacunas, también por motivos de eficacia. En palabras del director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus: “Solo lograremos poner fin a la pandemia si le ponemos fin en todas partes al mismo tiempo, lo que significa que es esencial vacunar a parte de la población en todos los países, no a toda la población en algunos países”.

 

 

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