Papa insiste en la necesidad de acercar a los niños y jóvenes a los ancianos
Alertando sobre prácticas de descarte por las personas mayores o en estado de vulnerabilidad, el santo padre, lamentó que muchas veces la debilidad de los ancianos es “reprochada, incluso castigada, como si fuera una culpa”, algo que puede suceder incluso “entre las paredes domésticas, en las residencias o en los espacios abiertos de la ciudad”.
“Este desprecio, que deshonra al anciano, en realidad nos deshonra a todos nosotros. Si yo deshonro al anciano, me deshonro a mí mismo”, afirmó el Papa.
El amor que se derrama sobre nuestro futuro, agregó, no se devuelve con la misma fuerza "sobre la vida que queda atrás" y esto ya habla de la gratuidad del amor que los padres conocen tan bien. Pero es posible una "restitución del amor", rendida en forma de honor a los que nos han precedido, un honor "sellado por el mandamiento de Dios". Francisco lo explica:
"Honrarás a tu padre y a tu madre" es un compromiso solemne, consignado en los Diez Mandamientos. No se trata sólo del propio padre y de la propia madre. Se trata de la generación y las generaciones precedentes, cuya despedida también puede ser lenta y prolongada, creando un tiempo y un espacio de convivencia a largo plazo con las otras edades de la vida. En otras palabras, se trata de la vejez de la vida.
El honor significa también ternura y respeto
"Honrar al padre y a la madre, honrar a los ancianos es reconocer la dignidad que tienen", afirmó.
El papa Francisco mira a las sociedades actuales para observar que, a pesar de los recursos materiales puestos a disposición de los ancianos, la lucha "por la restitución de esa forma especial de amor que es el honor" parece todavía frágil. De ahí su exhortación a sostener más a "los que son sensibles a esta forma decisiva de 'civilización del amor'". Luego añade:
Y sobre esto me permito aconsejar a los padres: por favor, acerquen a sus hijos, a los niños, a los hijos jóvenes a los ancianos, acérquenlos siempre. Y cuando el anciano esté enfermo, un poco fuera de sí, acérquenlos siempre a él: que sepan que esta es nuestra carne, que esto es lo que ha hecho posible que estemos aquí ahora. Por favor, no alejar a los ancianos. Y si no hay más remedio que enviarlos a una residencia de ancianos, por favor, visítenlos y lleven a los niños a verlos.
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