León XIV pide a las parroquias una liturgia “sobria en su solemnidad”

Sobre todo de los lectores, al tiempo que alentó a la difusión de la Liturgia de las Horas y pidió prestar atención a la “piedad popular”.
Al recibir en el Palacio Apostólico a los participantes de un curso organizado por el Pontificio Instituto Litúrgico San Anselmo de Roma, el Santo Padre dijo que “en las diócesis y parroquias se necesita esta formación y es importante”, y animó a iniciar en aquellos lugares donde no exista espacios formativos “itinerarios bíblicos y litúrgicos”.
El Papa pidió específicamente a este organismo que ayude a las Iglesias particulares y a las comunidades parroquiales a “dejarse formar por la Palabra de Dios, explicando los textos del Leccionario ferial y festivo”.
Además les instó también por llevar a cabo “una iniciación cristiana y litúrgica que ayude a los fieles a comprender, por medio de los ritos, las oraciones y los signos sensibles, el misterio de la fe que se celebra”.
Para el Papa es importante que la liturgia sea “la expresión de una comunidad que cuida sus celebraciones, las prepara y las vive plenamente”.
En cuanto a la formación bíblica unida a la litúrgica, recomendó a los directores de los oficios de pastoral litúrgica que presten “especial atención” a quienes proclaman la Palabra de Dios.
“Los conocimientos bíblicos básicos, una dicción clara, la capacidad de cantar el salmo responsorial, así como de componer las oraciones de los fieles para la comunidad, son aspectos importantes que ponen en práctica la reforma litúrgica y hacen crecer el camino del Pueblo De Dios”, señaló.
Al hablar sobre la formación de ministros y fieles y su preparación “para su servicio en la pastoral y la liturgia”, citó al Papa Francisco, que en la Carta apostólica Desiderio desideravi recomendaba: “Es necesario encontrar los canales para una formación como estudio de la liturgia: a partir del movimiento litúrgico se ha hecho mucho en este sentido, con valiosas contribuciones de muchos estudiosos e instituciones académicas”.
Preparación profunda de los que proclaman la Palabra de Dios
Por ello, insistió en la necesidad de una “preparación profunda” de los lectores instituidos y de quienes leen las Escrituras de manera estable en las celebraciones.
“Sabemos bien que la formación litúrgica es uno de los temas principales de todo el camino conciliar y posconciliar”, consideró León XIV.
A este respecto, aseguró que si bien se han dado “muchos pasos adelante”, aún queda “mucho camino por recorrer”. “No nos cansemos: retomemos con entusiasmo las buenas iniciativas suscitadas por la reforma y, al mismo tiempo, busquemos nuevos caminos y nuevos métodos”, invitó.
Se trata, aseveró el Papa, de “favorecer una participación fructífera del Pueblo de Dios, así como una liturgia decorosa, atenta a las diferentes sensibilidades y sobria en su solemnidad”.
Entre otros aspectos, pidió expresamente a los responsables litúrgicos de las diócesis que promuevan la Liturgia de las Horas y que cuiden la dimensión de la “piedad popular”. “Entre los aspectos relacionados con vuestro servicio como directores, deseo recordar la promoción de la Liturgia de las Horas, el cuidado de la piedad popular, la atención a la dimensión celebrativa en la construcción de nuevas iglesias y en la adaptación de las ya existentes”, aseguró.
“En muchas parroquias también hay grupos litúrgicos, que deben trabajar en sinergia con la comisión diocesana”, señaló.
Promover grupos que se ocupen de la preparación de la liturgia para no delegar todo en el párroco
La experiencia de un grupo, continuó el Papa, aunque “sea pequeño pero bien motivado, que se ocupa de la preparación de la liturgia es expresión de una comunidad que cuida sus celebraciones, las prepara, las vive en plenitud, de acuerdo con el párroco”.
“De este modo se evita delegar todo a él y dejar sólo a unos pocos la responsabilidad del canto, de la proclamación de la Palabra, de la decoración de la Iglesia”, explicó.
Del mismo modo, lamentó que estos grupos parroquiales se hayan ido “reduciendo hasta desaparecer, como si hubieran perdido su identidad”. Por lo tanto, llamó a comprometerse para que “este ámbito de la vida de la Iglesia vuelva a ser atractivo, capaz de involucrar a personas competentes o al menos inclinadas a este tipo de servicio”.
Así, motivó a los responsables litúrgicos a proponer a los párrocos “itinerarios de formación para iniciar o consolidar en la parroquia los grupos litúrgicos, formando a sus miembros y ofreciendo sugerencias para su actividad”.
Fuente Disminuir
Fuente



