Monseñor Octavio Ruiz confía en la conversión de los narcos y corruptos

El arzobispo emérito de Villavicencio explica algunos detalles sobre el Jubileo de la Misericordia que acaba de empezar y confía en la acción misericordiosa de Dios en…
El Jubileo es, ante todo, un acontecimiento religioso. No una ocasión para hacer turismo por Roma. Y gracias a él todos están llamados a la conversión, incluso quienes tienen pecados graves como la corrupción y el narcotráfico. El secretario de Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización del Vaticano, José Octavio Ruíz Arenas, explicó a los periodistas este y otros detalles sobre el año santo dedicado a la misericordia, que inició la víspera y se extenderá hasta el 20 de noviembre de 2016.
¿Cuál es el principal desafío de este Jubileo?
Es que todos nosotros podamos comprender que, como cristianos, tenemos que actuar como el señor lo pide y que mirando a Jesús, el rostro de la misericordia del padre, podamos realmente sentirnos llamados a ser misericordiosos, a saber perdonar, a reconciliarnos, a tratar de cambiar al mundo con el ejemplo y con una fe vivida con intensidad.
¿Va a ser como un Jubileo “descentralizado”?
Este Jubileo es especial porque no solamente estará la Puerta Santa de Roma, que era lo habitual en otros años santos, sino que el Papa ha querido que todos en el mundo tengan la posibilidad de atravesar la Puerta Santa que es el signo manifiesto del inicio de nuestro camino de conversión y de que queremos vivir, como él, la misericordia con nuestros hermanos.
¿Qué significado tiene la Puerta Santa?
La Puerta Santa tiene un significado a partir de las escrituras, porque encontramos muchos salmos que nos hablan de la puerta que es necesario atravesar para llegar a alcanzar a Dios. En el evangelio de San Juan Jesús nos dice “yo soy la puerta, y quien pasa por ella obtendrá la salvación”. Esta es la base para que, desde el año 1400, se haya pensado en crear una puerta como signo de que nosotros aceptamos a Cristo como el único salvador y queremos acogernos a él para obtener la misericordia y el perdón.
¿Qué deberían tener en cuenta los fieles que vienen a Roma para el Jubileo?
Primero que no vienen de turismo. Cierto, el turismo hará parte indirectamente de conocer Roma y los lugares santos. Saber que viene, en primer lugar, en una peregrinación, es decir en un camino de fe. Que debe venir dispuesto a hacer una profesión de fe en la tumba de Pedro o en los lugares santos. Y estar dispuestos a iniciar un camino nuevo de amor, de misericordia y de testimonio. De lo contrario sería sólo un viaje recreativo, pero en realidad es una cuestión de fe y que se debe vivir intensamente.
¿Qué aporta el Año de la Misericordia?
Es muy importante porque se ha perdido el sentido del pecado, se ha desvalorizado el sacramento de la penitencia. Es un momento para decir: volvamos a asumir la confesión porque es el sacramento que expresa el amor y la misericordia de Dios. Desafortunadamente muchas personas piensan que no es necesario confesarse porque basta pedirle perdón a Dios personalmente, otros porque les da pena o vergüenza acercarse a un sacerdote, otros porque tienen miedo, porque hay sacerdotes que acogen regañando y siendo muy duros. Este año es para que todos pensemos que es un sacramento de misericordia y el sacerdote es un instrumento de la ternura de Dios. Los sacerdotes debemos cambiar muchísimo a la hora de administrar el sacramento.
¿Son necesarios los jubileos?
Esta es una institución que viene desde 1370 y desde 1420 se viene haciendo periódicamente. Este es un jubileo totalmente distinto a los demás, es temático que se centra en la vida del evangelio y el mensaje del señor, la misericordia.
¿Cuál va a ser el papel de los “misioneros de la misericordia”?
Los “misioneros de la misericordia” serán sacerdotes a quienes el Papa les da el encargo de ser testigos de la misericordia, recibiendo la potestad de perdonar cualquier tipo de pecado puedan ellos acoger a las personas con gran dulzura, con gran comprensión, de manera que las personas no se sientan atemorizadas de contar esas miserias que hayan podido cometer. Ellos podrán ir a las parroquias a animar a los fieles para que entiendan a la misericordia como el centro de nuestra vida cristiana, que es la realidad más profunda de Dios y por ello debemos ayudar a transformar el mundo a través del amor como signo de nuestra fe cristiana.
Entre otras cosas van a perdonar el aborto, ¿es así?
El aborto es distinto porque el santo padre ha querido que todos los sacerdotes, durante este año jubilar, puedan tener esa facultad de perdonar ese pecado que era reservado a los obispos. Los misioneros de la misericordia, además de ello, tendrán la facultad de absolver los pecados que están reservados directamente a la Santa Sede.
El Papa ha dicho que el Año de la misericordia es también para corruptos, narcotraficantes, secuestradores, ¿por qué ellos?
Todos los pecadores estamos llamados a la conversión, hay personas que –quizás- han cometido pecados más grandes pero no hay que pensar que ya están condenadas. Precisamente la Iglesia las acoge y las puede perdonar. En el caso de los corruptos el Papa advierte que es muy difícil que se conviertan porque no son conscientes de sus faltas y le parecen algo normal.
Es tiempo de reflexionar, sean ellos o sean aquellos con faltas muy graves como los narcotraficantes, que están dedicados a enriquecerse a costa de la vida de tantas personas inocentes. Deben reflexionar y reconocer que ellos pueden convertirse, pueden cambiar, y encontrarán en la Iglesia la acogida y el perdón. Otra cosa son los elementos de justicia. Si una persona ha delinquido no quiere decir que porque reciba la absolución entonces ya la pena ante la sociedad haya pasado, son dos cosas totalmente distintas.
¿Vendrán muchos fieles de América Latina?
Sin duda un año jubilar suscita el deseo de ir a los lugares santos. Este año dado, que se abrirá la Puerta Santa en todas las catedrales del mundo y en algunos otros santuarios, puede ser que disminuya el número de peregrinos. Pero, al mismo tiempo, las facilidades de hoy para viajar y el mismo deseo de estar cerca del Papa, incitará a muchísimas personas a participar del jubileo. Es imposible en este momento calcular cuántos puedan venir, de dónde vendrán más, aunque ciertamente serán de aquellos países con mayor número de católicos.
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