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#217016

Ordenaciones diaconales y presbiterales: Enviados como misioneros con mirada y acciones misericordiosas

19 de julio de 2025
Ordenaciones diaconales y presbiterales: Enviados como misioneros con mirada y acciones misericordiosas
Imagen:
OAC.
Alegría y esperanza, en el Año Santo.

Este sábado 19 de julio, la Iglesia católica en la capital colombiana vivió un momento de gratitud y gozo en la eucaristía de ordenación de dos presbíteros y cinco diáconos para el servicio en esta Iglesia particular.

 

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Formado en el Seminario Redemptoris Mater de Bogotá, Yesid Sebastián Álvarez Álvarez, y en la Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos, Miguel Ángel Gil Hernández, por imposición de manos y Oración Consecratoria del cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, fueron ordenados presbíteros.

 

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Neopresbíteros para el servicio en la Arquidiócesis de Bogotá.

 

También, fueron ordenados diáconos transitorios: Germán Aníbal Tovar Cortés; Juan Nicolás Nieto Gámez; Jimmy Junior Landazuri Sevillano; Efren Antonio Salgado de la Vega y Gonzalo Augusto Salazar Hernández, cultivados vocacionalmente en el Seminario Mayor de Bogotá, en Seminario Redemptoris Mater de Bogotá, en la Comunidad Religiosa de los Misioneros de la Anunciación, y en la Congregación de Religiosos Terciarios Capuchinos, respectivamente.

 

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Durante la solemne eucaristía, en la Basílica Metropolitana de Bogotá – Catedral Primada de Colombia, el cardenal Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, agradeció a Dios porque bendice a la Iglesia con diversos carismas y ministerios, para edificación y santificación de los fieles.

“La ordenación de estos hermanos nuestros es motivo de alegría y gracia para todos nosotros. Dios que comienza en ellos esta obra buena, Él mismo la lleve a término”.

Retomando las lecturas y evangelio del día, capítulo 4 de san Lucas, conocido como la primera predicación de Jesús en la sinagoga de Nazaret, y teniendo como contexto el capítulo 5 de este mismo Libro, referido a la acción misionera de Jesús, el purpurado exhortó a los ministros ordenados a vivir en su ministerio tres elementos de la misión, a ejemplo de Jesucristo: Anunciar, curar y llamar:

Anunciar: con la vida habitada por el Espíritu

“Jesús era en sí mismo el anuncio de la Buena Nueva”, dijo el cardenal. Con voz serena y mirada profunda, recordó que el mensaje del Evangelio no se transmite solo con palabras, sino con una vida impregnada por la unción del Espíritu.

“El ministro ordenado es un anuncio de Buena Nueva si reconoce la unción recibida, si deja que toque su palabra, sus manos, su manera de orar y su ternura combativa”, insistió. E invitó a los neopresbíteros y diáconos a dejarse mirar por Jesús como lo hicieron quienes lo escuchaban en la sinagoga de Nazaret: “Hoy se ha cumplido esta Escritura que acaban de oír”

Curar: con una mirada compasiva que no pasa de largo

Recordando la parábola del Buen Samaritano y los gestos sanadores de Jesús, el arzobispo invitó a los ministros a tener una mirada que no evade, sino que se detiene, se compadece y actúa.

“Vivimos en una humanidad herida por la guerra, el odio y la indiferencia. Hoy más que nunca, se necesitan camilleros del alma”, expresó con fuerza. Y añadió: “El sacerdote no es el médico; el médico es Cristo. Nosotros somos los que llevamos al enfermo a su presencia”.

Con palabras cargadas de ternura y cercanía pastoral, el cardenal animó a los nuevos ministros a ser testigos de esperanza en una sociedad desgastada por la indiferencia.

Llamar: como Jesús, que pasa, mira y convoca

Finalmente, evocando la escena del llamado a los primeros discípulos, el cardenal Primado de Colombia habló de la vocación como un acto de amor que nace en el silencio. “Jesús camina por nuestras calles. Nos mira sin prisa. Pero hoy, la velocidad del mundo no deja espacio para escuchar su voz”, advirtió.

El llamado de Cristo, dijo, sigue siendo actual: “Él nos invita a pescar corazones, a invitar a otros, a abrir caminos. Si nos sentimos llamados, llamaremos también a otros”.

“La llamada de Jesús nos lleva a un camino lleno de sentido, con una orientación fraterna, con objetivos claros de servicio misionero. Busquemos siempre espacios de calma y de silencio que nos permitan reflexionar, orar, mirar mejor el mundo que nos rodea, y entonces sí, con Jesús, podremos reconocer cuál es nuestra vocación en esta tierra, cuál es nuestra misión como parte de la Iglesia Pueblo de Dios”, insistió.


A los ministros ordenados, les recordó, además, que el ministerio se vive con y para la comunidad (…) y que este día han recibido un llamado especial a ser promotores vocacionales con su vida y su palabra, animando a otros a dar la respuesta generosa al Señor, siendo misioneros convencidos, humanos, y siempre ansiosos de caminar junto al Padre, con la guía de su Santo Espíritu.

Finalmente encomendó la vida y misión de cada uno y de todos los ministros ordenados que sirve en esta Iglesia particular al cuidado y guía de la Santísima Virgen María.

 

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La santa misa fue presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y concelebrada por los obispos auxiliares: monseñor Edwin Vanegas Cuervo y Alejandro Díaz García; por el cardenal emérito Rubén Salazar Gómez; por monseñor Luis Augusto Campos Flórez, obispo de la Diócesis de Socorro y San Gil; y por el consejo presbiteral. Acompañó el presbiterio arquidiocesano, religiosos Misioneros de la Anunciación; religiosos Terciarios Capuchinos; las comunidades parroquiales de origen y cultivo de la vocación de estos presbíteros y diáconos, congregaciones religiosas presentes en Bogotá, diáconos permanentes, seminaristas, familiares y amigos.

Provisión de oficios eclesiásticos

Finalizada la santa misa, el canciller y notario general de la Arquidiócesis de Bogotá, presbítero Hernán Javier Hernández Ruiz, dio lectura al comunicado N° 740, en el que se establecen los nombramientos de los nuevos ministros ordenados dentro de esta jurisdicción eclesiástica, de acuerdo con las necesidades y proyectos pastorales.

Bajo este comunicado, firmado por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, y por el padre Hernán Javier Hernández Ruiz, presbítero canciller, se decreta:

Nombrar vicarios parroquiales, con facultades generales para presenciar matrimonios durante el tiempo que permanezcan en el cargo al señor presbítero Yesid Sebastián Álvarez Álvarez, en la Basílica Menor La Inmaculada Concepción de Cáqueza, VET San José; nombrar en otros cargos al diácono transitorio Germán Aníbal Tovar Cortés, adscrito en la parroquia San Pedro de Usme, VET San Pablo; al diácono transitorio Jimmy Junior Landazuri Sevillano, adscrito en la parroquia Santa Luisa de Marillac, VET Santa Isabel de Hungría; al diácono transitorio Juan Nicolás Nieto Gámez, adscrito en la parroquia Santa María del Prado, VET San Pedro.

A continuación, homilía del cardenal en esta celebración eucaristíca, en el marco del Jubileo de la Esperanza 2025:

🎥🙏🏻 Homilía del Cardenal Luis José Rueda en las Ordenaciones Diaconales y Presbiterales 2025
Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
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