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El Seminario Redemptoris Mater de Bogotá celebró 20 años de misión y servicio

9 de diciembre de 2025
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El Seminario Misionero Arquidiocesano Redemptoris Mater celebró sus 20 años de fundación el pasado 5 de diciembre con una Eucaristía de acción de gracias en la Catedral Primada de Colombia, presidida por el señor cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá. La celebración reunió a formadores, seminaristas, familias y comunidades del Camino Neocatecumenal, que a lo largo de estas dos décadas han acompañado la formación de vocaciones para la misión.

Un seminario al servicio de la Iglesia universal

Los seminarios Redemptoris Mater, surgidos como fruto del Concilio Vaticano II, tienen un carácter diocesano y misionero.
Sus sacerdotes son enviados por el obispo de la diócesis en la que se forman, pero con disponibilidad para servir en cualquier lugar del mundo, allí donde la Iglesia más los necesite.

El seminario de Bogotá ha sido, durante estos 20 años, una fuente fecunda de vocaciones al servicio pastoral y misionero de la Arquidiócesis y de otras Iglesias particulares.

“El seminario es un lugar donde el Señor nos abre los ojos”

Durante su homilía, el cardenal Rueda iluminó la celebración con la imagen bíblica de los ciegos que recobran la vista, tomada del profeta Isaías y del Evangelio.
Recordó que toda vocación nace de una experiencia de luz, aun en medio de la fragilidad humana:

“El seminario es un lugar donde uno puede llegar ciego, y el Señor le va abriendo los ojos. Él no nos niega el seguimiento, aun en medio de nuestra ceguera”.

El arzobispo destacó que la obra de Dios respeta la libertad de cada persona y que todas las vocaciones se viven y crecen en comunidad, elemento esencial en el Camino Neocatecumenal.

Resaltó también los testimonios de tantas parejas, jóvenes y familias que han encontrado su camino de fe dentro de las pequeñas comunidades, abiertas a la vida y sostenidas por la Palabra.

Tres pilares fundamentales

El cardenal subrayó tres claves que han sostenido la vida del seminario:

  1. La Virgen María, especialmente en el Santuario de La Peña, hogar espiritual de tantas vocaciones.

  2. Las comunidades, donde los seminaristas continúan su camino formativo y aprenden fraternidad, solidaridad y vida eclesial.

  3. La Palabra de Dios, que —escrutada, orada y escuchada— se convierte en luz para quienes se preparan al ministerio.

Agradeció a los formadores —entre ellos monseñor José Vicente, padre Luca, padre Fabio, padre Amadeo y padre Alessandro— por su entrega y por acompañar una formación “donde se construye la casa, la vocación y la vida misma”.

Misioneros que sirven con alegría

El cardenal destacó que los sacerdotes formados en este seminario son hoy protagonistas del servicio misionero en múltiples parroquias y zonas pastorales de la Arquidiócesis de Bogotá.
Los definió como hombres capaces de pasar del trabajo manual a la mesa del altar, del servicio cotidiano a la misión evangelizadora:

“Son capaces de tomar las herramientas para construir el seminario, y también las herramientas de la evangelización para construir la casa de Dios”.

Gratitud y esperanza

La celebración concluyó con un agradecimiento especial a las comunidades, familias y benefactores que durante dos décadas han sostenido este camino vocacional.
El cardenal Rueda felicitó a todos y animó a seguir abiertos a la misión, permitiendo que la luz de Cristo continúe transformando vidas a través de este seminario.

EUCARISTIA DE ACCION DE GRACIAS POR LOS 20 AÑOS DE CONSTITUCIÓN DEL SEMINARIO
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