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La clave perfecta con la que san Josemaría pasó de lo ordinario a lo extraordinario 

1 de julio de 2024
opus
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Omnes
San Josemaría es verdadero ejemplo de sencillez y de imitación de Cristo

Son muchos los testimonios que abordan la ejemplar vida de san Josemaría Escrivá de Balaguer. Hoy recordamos su vida y sus virtudes, mismas que nos invitan a dar lo mejor de nosotros a Cristo, tal cual lo hizo este hombre santo. 

El Señor se valió de su sencillez para llevar a cabo sus planes y dar a entender que toda la Iglesia es llamada por Cristo que está vivo. Hubo características y sucesos que lo llevaron a ser reconocido como el santo de lo ordinario, a continuación te las compartimos.

Huellas de Dios

Si te preguntas cómo es que este joven supo que quería entregar su vida a Cristo, aquí una anécdota que vivió: en la Navidad de 1917, en Logroño, decidido a caminar por las calles cubiertas por la nieve y se percató de algo que le llamó fuertemente la atención: las huellas heladas de un carmelita descalzo que precisamente caminaba descalzo en la nieve, únicamente por amor a Dios. 

Entonces, él pensó: "Sí, otras personas hacen este tipo de sacrificios a Dios por amor a Él, ¿no soy capaz de ofrecer nada?" Desde ese momento, se dio cuenta de que Dios lo estaba llamando fuertemente y, sin esperar más señales, supo que su vida iba a ser para el servicio. Decidió ser sacerdote.

Un deseo humilde de corazón

Desde aquel entonces, Escrivá dedicó todas sus energías a llevar a cabo los planes de Dios en su vida, incluso en los momentos más difíciles, pues al fundar la Obra de Dios, su familia no estaba en las mejores condiciones. 

Su padre se quedó sin trabajo y, además, había perdido a tres de sus hermanas y fue ahí donde este santo conoció lo que es la pobreza. Él dijo: “No tenía más que la gracia de Dios y buen humor". 

Por lo que Dios se valió de su buen humor y fue así como empezó a evangelizar y a responder preguntas que se hacían chicos y grandes para ser su mejor versión.

La alegría y entusiasmo, la clave perfecta

Al escuchar sobre la alegría que irradiaba este santo muchos que le conocieron en persona dan testimonio de que era un sacerdote santo, dejando en claro su amor por Cristo, la Virgen María y por el Papa. 

Además, tenía la capacidad de reírse de sí mismo, así como de las situaciones cotidianas de la vida. Él mismo mencionó que su alegría era fruto proveniente de su fe, misma que transmitía con profundo amor y convicción.

Su mirada Cristo céntrica

La mirada de san Josemaría Escrivá siempre fue Cristocéntrica, tanto como su pensamiento, escritos y obras, por lo que su mensaje evangelizador tuvo un alto impacto en todo el mundo.

En su libro Conversaciones no. 59, resumió su propósito de poner a Cristo en el centro de todas sus actividades humanas, "todos somos solidarios de una misma misión, que cada uno debe realizar según sus circunstancias personales". 

Pensamiento que al día de hoy sigue vigente y pasando de generación en generación para dar a entender que la santidad es para todos y no solo para los que portan un hábito. 

Fuente:
Aleteia
Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones
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