Vigilia Pascual

‘Vigilia’ significa aquí ‘noche en vela’. La celebración ocurre durante la noche. La Iglesia permanece en vigilia. A esta espera de la resurrección del Señor san Agustín…
Sentido de la fiesta
‘Vigilia’ significa aquí ‘noche en vela’. La celebración ocurre durante la noche. La Iglesia permanece en vigilia. A esta espera de la resurrección del Señor san Agustín la llamó «madre de todas las santa vigilias» (Sermón 219). La resurrección de Cristo es el fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza y por medio del bautismo y de la iniciación cristiana somos injertados en el misterio de la muerte y resurrección del Señor. Durante esta noche la Iglesia celebra los sacramentos de la Iniciación cristiana (bautismo, confirmación y Eucaristía) con los catecúmenos que se han venido preparando durante largo tiempo.
Desarrollo de los ritos
Esta noche tenemos básicamente la estructura de la celebración de la misa, pero son ritos realizados con mayor solemnidad, sin prisas.
Rito de entrada
Un lucernario (bendición del fuego y procesión siguiendo el cirio pascual) sustituye los ritos iniciales. Nuestra celebración comienza en torno a fuego. Lo que en su inicio fue en elemento de orden logístico, cuando no se había inventado aún el alumbrado eléctrico, pasó a significar el deseo (ardor) del encuentro con el Resucitado. La luz del Cirio pascual, es símbolo de Cristo, Luz del mundo.
Fuera de la iglesia se enciende una hoguera, se bendice en fuego nuevo y de él se toma lumbre para encender el cirio pascual, en el que están grabados unos signos: la Cruz; las letras ‘alfa’ y ‘omega’, (primera y última letras del alfabeto griego, respectivamente), para expresar que Cristo es el principio y el fin de la historia; las cifras del año, para expresar que la Pascua de Cristo produce fruto en nuestro tiempo.
Se inicia la procesión hacia el interior de la iglesia, precede el cirio encendido, de la misma manera como nos cuenta el relato del libro del Éxodo (13, 21), que el pueblo de Israel, de noche era guiado por una columna de fuego en su travesía por el desierto. Cuando entramos en la iglesia, llevando uno cirio en la mano, lo encendemos tomando fuego del cirio pascual, unos a otros no vamos pasando el fuego que, por más que se reparte, no se agota. Bello símbolo de la fe y de la caridad cristiana, del amor que nos viene de Dios, nos inunda y que, por más que lo repartamos, no se agota.
El cirio pascual se coloca cerca del ambón (lugar de la lectura de la Palabra de Dios). Luego escuchamos el Pregón pascual, bello reconocimiento del triunfo pascual de Cristo.
Liturgia de la Palabra
Más abundante que los otros días. Se nos proponen siete lecturas del Antiguo Testamento, seguidas, cada una, de un Salmo y de una oración que dice el presidente. El objeto de esta serie de lecturas es brindar la asamblea un recorrido por la historia de salvación anterior a Cristo. La iglesia permanece en penumbras, el cirio pascual cerca del ambón ilumina el libro de la Palabra. Esta situación nos indica que la Escritura tiene su sentido a la luz de Cristo: Cristo es quien da el verdadero sentido de la Escritura.
Después de leer los textos del Antiguo Testamento cantamos el himno ‘Gloria’. Tañen las campanas, se ilumina plenamente la iglesia, pasamos al Nuevo Testamento. Leemos la carta de san Pablo a los Romanos (6, 3-11): «Por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, para participar de su muerte. Cristo reprodujo ya en nosotros su muerte por este sacramento y por él reproducirá igualmente su resurrección». Luego de cantar ‘Aleluya’, que estuvo suspendido durante la Cuaresma, leemos el relato de la tumba vacía en el evangelio de san Marcos (16, 1-7).
Liturgia del bautismo
Cantamos las letanías, que es unirnos a los bautizados anteriores a nosotros y que vivieron con fidelidad su vida cristiana. El presidente bendice el agua con una oración que retoma los principales pasajes de la Escritura en donde se menciona el agua como elemento del que Dios se ha servido para salvar, las imágenes del agua en la Escritura nos ayudan a comprender el bautismo. (Luego se celebra el rito del bautismo, si hay personas para bautizar, y la confirmación, si quienes se han bautizado tienen más de siete años de edad). En seguida renovamos nuestros compromisos del bautismo, renovación para la que nos hemos venido preparando a lo largo de toda la cuaresma. Y, en recuerdo de nuestro bautismo, nos rocían con agua bendita. Terminamos la liturgia del bautismo con la Oración de los fieles, en la que participan por primera vez los recién bautizados.
Liturgia de la Eucaristía
Es el momento culminante de esta noche, pues la Eucaristía es la presencia del Señor Resucitado en medio de sus discípulos. Esta noche todos deberíamos comulgar bajo las dos especies, aquí tiene más sentido este rito que en la misa Vespertina de la Cena, el Jueves santo.
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