Más de 800 familias en la Arquidiócesis de Bogotá celebraron su Jubileo, en el Año Santo

Como parte de la programación jubilar de esta jurisdicción eclesiástica en el Año Santo de la Esperanza, convocado por el papa Francisco (q.e.p.d.) el 9 de mayo de 2024 e inaugurado el 24 de diciembre de ese mismo año, el sábado 17 de mayo se desarrollaron cuatro encuentros simultáneos en los que se destacó el papel central de la familia en la Iglesia y en la sociedad, al tiempo que se les animó a fortalecerse y a continuar siendo signos de esperanza al interior de sus hogares, para otras familias, y ante los desafíos del mundo actual, permeado por distintos flagelos como la cultura del descarte, la incertidumbre, desigualdades y afrentas a la vida.

Momentos de encuentro; reconocimiento; compartir fraterno; acercamiento al sacramento de la reconciliación; formación; celebración de la Sagrada Eucaristía; renovación de promesas matrimoniales y envío misionero de las familias hicieron parte de la jornada, acompañada por los vicarios episcopales territoriales, párrocos, animadores de evangelización y por el obispo auxiliar de Bogotá, Alejandro Díaz García, quien acompañó una de las celebraciones jubilares.

Cada dupla vicarial planteó un interrogante y una propuesta pedagógica- pastoral en sintonía con el Camino Discipular Misionero que transita la Arquidiócesis, con el Jubileo de la Esperanza que la Iglesia católica universal está viviendo y con el llamado a la caminar juntos, permitiendo que las familias participantes reflexionaran en torno a:
¿Cómo hacer de la familia un signo de esperanza?; la presencia de Dios en la vida personal y familiar; el llamado a ser familias peregrinas de esperanza; y los desafíos y oportunidades para la Iglesia en la misión de salir al encuentro de las familias en la realidad actual.
Con signos como la cruz (ancla del cristiano), la barca, el corazón, el árbol de la esperanza, las huellas, entre otros, las familias renovaron su compromiso como bautizados y su deseo de continuar siendo promotores de fe, esperanza y cuidado, respondiendo al llamado que el Señor les ha hecho como núcleo de la sociedad, fuente de vida, cambio y oportunidad para el mundo.
“Cada familia, en su circunstancia concreta, tiene un eco en el corazón de Dios”
Aseguró el padre Johnier De Jesús Montoya Castaño, coordinador del Servicio Arquidiocesano de Evangelización de la Familia (SAEF), delegado de la pastoral familiar de la Vicaría Cristo Sacerdote y párroco en San Fernando Rey.
El sacerdote, refiriéndose a los desafíos pastorales en el acompañamiento a las familias y a la proyección de esta pastoral a nivel arquidiocesano precisó que “el Plan Pastoral, actualmente, apunta a tres grandes ejes:
- Recuperar el protagonismo de las familias. Familias evangelizadas y evangelizadoras.
- Procesos de formación permanente. De tal manera que, frente a los nuevos retos, las familias sepan identificar cuál es su misión en el mundo, y tengan contenidos, tengan experiencias, tengan ámbitos naturales donde esa experiencia se aprenda y se comparta.
- Y el gran reto, explicó, es la vinculación de toda la gran familia de la Arquidiócesis: animadores, laicos, movimientos, sacerdotes, vicarios episcopales, con miras a un proceso de acompañamiento integral.
Algunos momentos centrales y mensajes entregados durante la jornada:
Vicarías Episcopales Territoriales Inmaculada Concepción y Cristo Sacerdote

Acompañadas por los vicarios monseñor Darío Álvarez Botero y monseñor Julio Solórzano Solórzano, las familias en este territorio fueron exhortadas a poner a Jesús en el centro de su vida y hogar; a permanecer y avanzar unidas, orando, agradeciendo, perdonando, amando, anunciando y viviendo el Evangelio con fe, caridad y esperanza.
En el espacio formativo y celebrativo estuvieron también presentes los padres José Esteban Fernández, párroco en María Madre de Dios y delegado de la pastoral familiar de la Vicaría Inmaculada Concepción; y el padre Johnier De Jesús Montoya Castaño, coordinador del Servicio Arquidiocesano de Evangelización de la Familia (SAEF).
Las familias construyeron el mural: ‘Familias peregrinas de esperanza, oran, agradecen, perdonan y aman’.
Vicarías Episcopales Territoriales Padre Misericordioso y San Pedro

El encuentro jubilar fue acompañado por monseñor Daniel Delgado Guana y monseñor Rafael De Brigard Merchán, vicarios episcopales en este territorio. Los sacerdotes compartieron palabras de gratitud, cercanía y ánimo, insistiendo en la importancia de fortalecer los lazos familiares en medio de los desafíos actuales, manteniendo vínculos de caridad, amor y fe.
La catequesis fue dirigida por monseñor Alejandro Díaz García, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá, quien reflexionó sobre cómo cada familia puede ser un verdadero signo de esperanza, retomando la enseñanza de la Sagrada Escritura desde parábolas relacionadas con plantas y árboles,
El obispo invitó a las familias a identificar en sus hogares los miembros vid, trigo, higuera y olivo. También, quienes son lirios (que dan tranquilidad); sicomoros (que buscan ser puente para acercar la familia a Dios); palmera (aquellos que se entregan al cuidado, llegando a “sacrificarse” por los otros miembros); arbustos retama (que proporcionan paz, serenidad, “recargan”); los miembros mostaza (los más pequeños y de cuidado, pero que son el corazón de la familia); los miembros caña (frágiles); los mirra (quienes han partido al encuentro del Padre), entre otros, develando de esta manera la riqueza y don de cada una de las personas que conforman la familia y el llamado a cuidarse y a cuidar.
A partir de esto, los asistentes construyeron el simbólico Árbol de la Esperanza, decorado con mensajes, flores y frutos elaborados por niños, jóvenes y adultos.
La jornada culminó con una solemne Eucaristía, presidida por monseñor Alejandro y concelebrada por los vicarios episcopales, acompañados por diáconos y el grupo juvenil Patah de la parroquia Nuestra Señora de Torcoroma.
Vicarías Episcopales Territoriales San José y Espíritu Santo
‘La Familia de Nazaret es una auténtica escuela del Evangelio’, fue lema bajo el que se desarrolló el encuentro en el que se oró por los esposos, los hogares, y su llamado a la unidad, el amor, la fe y la esperanza.

De la mano se sus vicarios episcopales: monseñor Nelson Torres González y monseñor Yoany Cupitra Díaz, las familias reflexionaron en torno a los desafíos actuales en el acompañamiento a las familias, la acción pastoral y evangelizadora. También, se abordó las tipologías familiares existente.
A través de un conversatorio, cinco familias compartieron su testimonio de vida: familias con varios hijos, familias adoptivas, familia monoparental, familias con vocación misionera y familias al servicio de la Iglesia. “Sus historias fueron un verdadero testimonio de fe viva”, aseguraron los organizadores.
La jornada contó con intervenciones musicales, la participación especial de Héctor Tobo y la presentación del proyecto de 'Familias Misioneras' de las Obras Misionales Pontificias, quienes compartieron su experiencia para animar a más familias a ser testigos del Evangelio en su cotidianidad.
El encuentro finalizó con la peregrinación al templo jubilar El Niño Jesús – 20 de Julio, en donde se celebró la Santa Misa, como signo de unidad y gratitud por el don de la familia.
Vicarías Episcopales Territoriales Santa Isabel de Hungría y San Pablo

La vida familiar y personal en clave del Jubileo y la convicción de “la presencia de Dios en la barca”, fue el horizonte que guió esta celebración promovida por los vicarios episcopales territorias: monseñor Rubén Darío Hernández Perdomo y monseñor Mauricio Urbina Villamil.
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