Aprender a hablar el lenguaje de los jóvenes

Con la venida de las nuevas tecnologías y las redes sociales, los jóvenes de hoy en día saben cómo comunicarse con los demás, pero no se comunican.

Comunicarse es quizás el desafío que tenemos con los jóvenes. Comunicación; comunión; debemos enseñarles que las computadoras son buenas, sí; tener algún tipo de contacto, pero esto no es lenguaje. Este es un lenguaje gaseoso. El verdadero lenguaje es comunicarse, hablar.

Al citar las palabras del Papa Benedicto XVI, el Papa Francisco dijo que "la iglesia crece a través de la atracción, no del proselitismo" y recordó un momento en que varias órdenes religiosas italianas fueron a Filipinas a principios de los años 90 para buscar vocaciones para traer a Italia.

Buscar la vocaciones

Buscar vocaciones no se trata de buscar dónde llevar a personas como esas monjas que irían allí y traerían niñas aquí. Quería aclarar esto porque el espíritu de proselitismo nos duele.

En cambio, la Iglesia debe ayudar a los jóvenes a aprender cómo dialogar con el Señor y cómo preguntarle: "¿Qué quieres de mí?".

Esto es importante, no es una convicción intelectual, No, la elección de una vocación debe nacer del diálogo con el Señor, sin importar cuál sea su vocación.

Los jóvenes deben recibir ayuda para llegar al punto en el que puedan decir: "El Señor me inspira a avanzar de esta manera en la vida, en este camino".

El Papa Francisco dijo que ayudar a los jóvenes a discernir su vocación es un trabajo agotador y requiere tanta paciencia y una gran capacidad para escuchar.

No es fácil, no es fácil, pero no se puede avanzar con nociones preconcebidas o imposiciones puramente doctrinales, en el buen sentido de la palabra: "¡Debes hacer esto!"... No, debes acompañar, guiar y ayudar para que el encuentro con ellos les haga ver cuál es su camino en la vida.