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Yo no me hice sacerdote; siento que el Señor me pensó, me soñó y me formó sacerdote:  Monseñor Edwin Vanegas

7 de noviembre de 2024
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En el marco de su jubileo sacerdotal, monseñor Edwin Vanegas, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá, celebra 25 años de entrega y dedicación a la vida sacerdotal. En este espacio, monseñor Vanegas nos abre su corazón y reflexiona sobre su vocación, su formación y los aprendizajes de estos años. A través de sus palabras, nos invita a entender mejor el sentido de la misión que ha guiado su vida.

Un llamado de Dios

Para Monseñor Vanegas, su vocación sacerdotal no fue simplemente una decisión personal, sino una respuesta a un llamado profundo de Dios. Durante un retiro ignaciano de un mes, esta certeza se afianzó en su corazón. "Yo no me hice sacerdote; siento que el Señor me pensó, me soñó y me formó sacerdote", reflexiona. Monseñor Vanegas explica que su vocación se fue formando desde la infancia, a través de su familia y de la comunidad de la Iglesia bogotana, que lo acogió y le dio los medios para responder a ese llamado. "La voluntad de Dios coincide con la mía, y eso es lo que define la verdadera felicidad", concluye, afirmando su fe en la misión que ha guiado su vida.

El Seminario: Un Hogar y escuela de fe

Monseñor Vanegas ha pasado gran parte de su vida en el seminario, primero como seminarista y luego como formador y rector. Describe el seminario como su "familia y casa espiritual", el lugar donde Dios fue moldeando su vida y fortaleciendo su fe. "En el seminario me hice un gran creyente, una gran persona y un buen sacerdote", recuerda. Esta experiencia lo ha marcado profundamente y le ha dado una sólida base para su vida pastoral.

La Ordenación: Un hito en su misión

El 4 de diciembre de 1999, Monseñor Vanegas fue ordenado sacerdote por el cardenal Pedro Rubiano Sáenz, quien lo acompañó en diversos momentos de su vida sacerdotal. Este evento fue fundamental en su camino, un día de compromiso y entrega que aún mantiene presente. “Desde entonces, me propuse vivir mi vida por la Iglesia, y ahora, 25 años después, esa promesa sigue intacta”, comenta monseñor Edwin, recordando con gratitud a quienes lo acompañaron en ese momento.

25 años de sacerdocio: Renovación y esperanza

Tras un cuarto de siglo de servicio, monseñor Vanegas se siente "renovado". Este año, además, recibió el don del episcopado, un llamado que él interpreta como una oportunidad para seguir creciendo en su misión de entrega. Su aniversario sacerdotal coincide con el Jubileo de la Esperanza, un tiempo especial en la Iglesia, lo cual considera providencial. "Este año ha sido un jubileo de renovación. Solo me queda seguir confiando en que el Señor continuará haciendo su obra en mí", afirma.

Un mensaje a los jóvenes

Para aquellos jóvenes que sienten el llamado al sacerdocio, monseñor Edwin les ofrece un consejo lleno de esperanza: "Que no les dé miedo. No piensen tanto en lo que dejan atrás, sino en lo que pueden ganar. Dejen que el Señor los sorprenda cada día". Les anima a enfrentar la vocación con optimismo y fe, recordándoles que Dios es quien finalmente sostiene y guía el camino de cada sacerdote.

Un compromiso de vida por la Iglesia

En cada nuevo encargo, monseñor Vanegas encuentra una oportunidad para profundizar su entrega a la Iglesia. "La vida sacerdotal me pide darme más cada día", expresa. Para él, su vocación es un continuo acto de amor y donación, un compromiso que no tiene otra razón que "dar la vida por la Iglesia".

Monseñor Edwin Vanegas, es un ejemplo de fidelidad y entrega, un testimonio que inspira a muchos. Celebrar sus 25 años de sacerdocio es recordar el valor de una vida guiada por la fe y el servicio, y renovar la esperanza en aquellos que aún buscan su camino.

Yo no me hice sacerdote; siento que el Señor me, soñó y me formó sacerdote: Monseñor Edwin Vanegas
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OAC
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