“Somos fruto, somos semilla”
En un ejercicio de reconocimiento, valoración y acción de gracias, las comunidades que hacen parte de las ocho Vicarias Episcopales Territoriales y cerca de 300 parroquias que conforman esta jurisdicción eclesiástica vivieron estos espacios sinodales como miembros del Pueblo de Dios, confirmando la alegría misionera como horizonte pastoral.
“Estamos muy contentos por la respuesta que han tenido las comunidades parroquiales, sus párrocos, los vicarios; y con la participación de los jóvenes… A través del ejercicio que quisimos realizar durante todo el año: reconocer las semillas de esperanza, reconocimos esa capacidad que tiene nuestra gente de levantarse, ponerse de pie, de organizarse, ser solidarios, ser fraternos. No nos cansamos de decir que nuestro Señor sigue sembrando semillas de bien en todo ser humano ¡Si! Hay tinieblas, hay cizaña, hay mal en el mundo, pero también, gracias a Jesucristo, sigue el Señor haciendo su obra en las comunidades”, afirmó monseñor Germán Medina, obispo auxiliar y vicario de evangelización.
El prelado explicó que “ese redescubrir la dimensión comunitaria es un fruto fundamental. El pueblo latinoamericano en su cultura tiene ese valor, pero el impacto del individualismo, de la globalización, la indiferencia, ha afectado”; sin embargo, la dimensión misionera hace parte de identidad de la Iglesia, por lo que se continuará fortaleciendo y recuperando como su originario modo de ser, agregó.
Sobre la proyección pastoral para el 2024 señaló que “cada parroquia, los arciprestazgos, las vicarías, entraremos en un movimiento de salida para ir a las periferias existenciales que hemos identificado y hacer presencia testimonial, diálogo, escucha, consuelo. Estas son las actitudes del evangelio”.
De esta manera, el próximo año en esta Arquidiócesis será un tiempo de misión, teniendo como eje trasversal las cuatro decisiones asumidas: Cultivar la espiritualidad sinodal, la formación discipular misionera, contribuir al desarrollo humano integral, y salir al encuentro de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Avanzando en la preparación para la celebración del Jubileo de la Esperanza en el 2025.
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