Prayfy: la aplicación que te ayuda a rezar por los demás y te notifica cuando alguien lo hace por ti

Cuando Dios inspiró en el corazón de Lissandra Méndez Sánchez y Félix Rigau Chiang—un matrimonio cubano emigrado a España— la idea de crear una aplicación para ayudar a las personas a rezar, jamás imaginaron llegar hasta donde se encuentran ahora.
En conversación con ACI Prensa, Lissandra recuerda que la semilla ya había sido plantada tiempo atrás. Ocho años antes, recién llegados a un país desconocido y marcados por la soledad, sintieron el deseo profundo de “rezar por aquellas personas que no estaban cerca de nosotros”.
Félix, programador de profesión, decidió entonces desarrollar una aplicación sencilla para anotar y recordar las intenciones por las que quería orar. “Era sólo para su uso personal”, explica Lissandra. Pero el sacerdote que les acompaña en la dirección espiritual vio en ese gesto algo más grande y les animó a abrir la aplicación al público.
Así nació Prayfy, un proyecto concebido como una auténtica vocación, fruto del discernimiento y del compromiso compartido. Lissandra y Félix no solo han invertido su tiempo y talento, sino también sus ahorros. “Hemos sentido una tranquilidad que sólo puede venir de Dios, porque humanamente no habríamos sido capaces. Sabemos que esto no es nuestro”, confiesa ella.
¿Cómo funciona la aplicación?
Lanzada hace unas semanas, el pasado 18 de julio, Prayfy es una aplicación sencilla e intuitiva, cuya finalidad, según Lissandra, es “que te ayude a rezar más por los demás”. Puede descargarse en este enlace y todas las novedades se difunden a través de su perfil de instagram @prayfy_app.
“Vivimos en un mundo en el que nos cuesta pensar en los demás y en lo que necesitan. Prayfy es un espacio de oración y de intercesión, para pensar en qué puede necesitar el otro y qué le puedo pedir a Dios por esa persona”, explica.
La aplicación está diseñada para que el usuario no se olvide de las personas por las que desea orar. “Muchas veces decimos a la gente que vamos a rezar por ellos y luego se nos olvida”, reconoce Lissandra.
Con ese objetivo, la app permite anotar intenciones personales como si se tratara de una agenda espiritual. “Es como una agenda de intenciones personales. Además, te da la oportunidad de añadir a la persona por la que rezas, o a otras personas para que se puedan sumar a la oración. También, si buscas a una persona en la aplicación que aún no está, te da la opción de invitarles a unirse y descargarse la app”.

Una de las funciones más valoradas por los usuarios es la posibilidad de recibir notificaciones cuando alguien ha rezado por ellos. “Es un regalazo que lo he experimentado yo y lo han experimentado muchas de las personas que la usan, que nos han escrito diciendo que es impresionante cuando reciben la notificación de que alguien ha rezado por ellos y que esto les anima también a rezar por otros”.
Para Lissandra, Prayfy responde también a uno de los grandes problemas de la sociedad actual: la soledad. “Vivimos en un mundo hiperconectado digitalmente, pero desconectados emocionalmente. Darle a ‘me gusta’ a una foto en las redes sociales no significa que esa persona te quiere, pero recibir una notificación de que alguien ha rezado por ti es recibir una notificación de que alguien te quiere porque está pidiendo algo bueno a Dios por ti”.
“Es algo que viene de Dios”
El matrimonio está convencido de que este proyecto “viene de Dios” y de que han logrado “hacer cosas imposibles para nosotros”.
Reconoce que antes de iniciar Prayfy, vivían una “crisis matrimonial y espiritual silenciosa”, que apenas habían advertido. “Nos decíamos que éramos compañeros de piso y gestores del hogar. Las conversaciones eran sobre cómo hay que tratar a los niños y la fe era resumida a la Misa del domingo, que además atendíamos poco con los dos hijos pequeños”.
Pero el proyecto marcó un punto de inflexión. Félix pidió una excedencia laboral —actualmente ya está reincorporado— y comenzaron a pasar más tiempo juntos, participando de la Misa diaria. “Eso fue cambiando nuestro corazón, estar más tiempo juntos en un proyecto que los dos mirábamos en la misma dirección. Hemos crecido mucho en la fe, estamos mucho más cerca de Dios y eso ya es un súper regalo… y mucho más cerca uno del otro”.
La semana pasada, Félix viajó a Roma para dar a conocer la aplicación entre los jóvenes. “Repartió papelitos él solo durante el jubileo”, cuenta Lissandra con admiración.
Pese a las dificultades, el matrimonio avanza confiado. “Para los ojos humanos, estamos locos, pero estamos confiados en que Dios va a proveer”, asegura con firmeza. “Cuando uno hace cosas de Dios, Satanás viene a por ti, y tanto Félix como yo hemos tenido momentos de bajón, pero gracias a Dios no ha sido a los dos al mismo tiempo y uno ayuda al otro”.
Actualmente, Prayfy ha sido seleccionada como finalista de EROI incubator, una iniciativa de la asociación His Way At Work para impulsar proyectos de jóvenes que quieran poner a Dios en el centro de su proyecto o empresa.
Para Lissandra, todo está ya en manos del cielo. “Vamos a ver qué nos tiene guardado Dios para ese momento. Hemos consagrado la empresa al Sagrado Corazón de Jesús. Este proyecto es de Dios y es Dios quien manda. Nosotros somos meros trabajadores de lo que Él diga”.
Fuente Disminuir
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