Bogotá acogió más de 600 sacerdotes y obispos en la celebración de su jubileo

En el contexto de la Fiesta del Santo Cura de Ars, obispos, sacerdotes diocesanos y religiosos de las jurisdicciones eclesiásticas de Bogotá, Soacha, Fontibón, Engativá, Girardot, Facatativá, Zipaquirá, del Obispado Castrense y el Exarcado Maronita, vivieron su celebración jubilar de la esperanza, en el Año Santo propuesto por la Iglesia universal.
Fueron dos días de encuentro fraterno y espiritual, bajo el lema: “Sacerdotes: sembradores de esperanza para la humanidad”, en los que compartieron momentos de oración, diálogo, de experiencias pastorales y comunión, que tuvo su momento culmen en la celebración de la santa misa jubilar, este 5 de agosto, en la Basílica Metropolitana de Bogotá – Catedral Primada de Colombia.
Tras una mañana de adoración eucarística y de formación, dirigida por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, peregrinaron en medio de cantos y oraciones, desde el Santuario de Nuestra Señora del Carmen, en el centro de la capital, hasta la Catedral Primada.


Este fue, también, un momento de profunda emoción y conexión con decenas de bautizados, que rodearon la procesión, siendo testigos de un signo histórico, expresión de una Iglesia que camina unida con sus sacerdotes al servicio de la humanidad; que se fortalece en la fe; que busca ser testimonio vivo del amor de Cristo, de su misericordia, teniendo el compromiso de ser sembradores de vida nueva en sus comunidades.


"La amistad con Jesús, y su misericordia, sean la fuente inagotable de nuestra alegría sacerdotal"
Durante la solemne eucaristía, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, retomando el Evangelio de san Juan, capítulo 15, recordó que el sacerdocio es un don que se alimenta de una alegría profunda, fruto del Espíritu Santo.
“Somos afortunados porque tenemos una fuente inagotable de alegría… una alegría que no la quebranta ninguna dificultad, ninguna de las luchas que tenemos en nuestras jornadas misioneras”.
En este sentido, destacó que el jubileo es un tiempo para agradecer la gracia del sacramento del sacerdocio ministerial y de la amistad con Cristo, el Buen Pastor, la cual —dijo— es “la fuente de nuestra más profunda alegría”.

Recordar el primer ‘sí’
El arzobispo animó a los sacerdotes a volver con el corazón al momento de su llamado, de su sí generoso; al primer día en el Seminario y al día de su ordenación:
“Recordar ese momento en el que le dijimos a Jesús: Te seguiré, Señor, a donde tú vayas”, esto renueva la alegría y el ardor pastoral, precisó.
Inspirado en el ejemplo del santo Cura de Ars, subrayó que la cercanía con Cristo se teje en el diálogo diario con Él, tanto en medio de las tareas pastorales como en la oración y el silencio contemplativo.

El perdón: misión y necesidad del sacerdote
En la segunda enseñanza de su homilía, monseñor Luis José resaltó la gracia del sacramento de la reconciliación, tanto para quien lo administra como para quien lo recibe.
“La sociedad necesita el perdón, la humanidad necesita el perdón, el sacerdote necesita ser perdonado”.
Retomando el testimonio del Cura de Ars, invitó a no renunciar ni a confesarse ni a confesar, redescubriendo la belleza de este sacramento como fuente de paz y antídoto contra el mal.
“Sin Dios, el sacerdote no puede vencer el mal… Solo su ternura derramada en el corazón nos hace verdaderamente libres”.
Indulgencia y purificación del corazón
En el marco del Jubileo, explicó el sentido de la indulgencia como gracia que limpia las huellas residuales del pecado, recordando que Cristo mismo, nos ha librado de la muerte del pecado.
“Es necesario que busquemos la gracia del perdón de la indulgencia, que es Cristo… nuestra indulgencia es Jesús de Nazaret”.
A los pies de María, madre del Buen Pastor, madre nuestra
El cardenal concluyó poniendo el ministerio sacerdotal bajo el amparo de la Virgen María, reconociendo la propia fragilidad y confiando en su intercesión materna: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.
A continuación, reviva la homilía del cardenal Luis José, en el Jubileo de los Sacerdotes que sirven en la región central del país:
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