San Miguel, ¿quién cómo Dios?

La parroquia dedicada al arcángel San Miguel creció dentro de la comunidad del barrio Modelo, que recibió este nombre por el propósito con el que fue construido durante la presidencia de Eduardo Santos (1938 – 1942). Un barrio que desbordara todas las expectativas de un conglomerado social, con casas para las familias de profesionales y empleados de clase media, provisto de parques, templo, teatro, sector comercial, amplias avenidas, colegio de bachillerato regentado por el Distrito, rutas de buses e incluso una biblioteca pública. También un hospital infantil, impulsado por la Primera Dama, doña Lorenza Villegas.

El barrio ha crecido como todos en Bogotá, ahora cuenta con un sector nuevo, de altos edificios y muchos apartamentos, que según el padre Ramírez representa a la fuerza pujante y trabajadora, pues son hogares jóvenes con responsabilidades económicas centradas en sus hijos y propiedades.

El padre Roberto fue por muchos años maestro, maestro en varios niveles educativos: colegios y universidades le tuvieron formando el carácter de los jóvenes y recibiendo el mensaje cristiano con la disculpa de la filosofía, el lenguaje y la literatura. Fue rector de varios colegios parroquiales. El periodismo y la locución han sido su pasión, dirigió El Catolicismo en uno de sus períodos más brillantes.

Y como el que ha sido no deja de ser, ahora, un poco lejos del mundanal ruido, se dedica a formar a sus feligreses. Todos los días tiene grupos a los que enseña diferentes cosas y con quienes comparte la vida de comunidad.

Recibió, tal vez con alguna nostalgia disimulada, a El Catolicismo y compartió retazos de recuerdos, pero sobre todo los momentos de su parroquia y los proyectos para la celebración, en diciembre, de los sesenta años parroquiales.