Nuestra Señora de la Peña, templo jubilar de especial cobijo para las familias y las vocaciones sacerdotales

Con profundo valor espiritual, religioso, histórico, cultural y social, este santuario es excepcional en la historia colombiana y en la Iglesia universal al albergar la imagen de la única aparición de la Sagrada Familia de Nazaret, aprobada por la Iglesia católica, mediante bula del papa Benedito XIV, en 1754, explicó el padre Luca Manni, rector de este santuario, del santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y formador en el Seminario Misionero Arquidiocesano Redemptoris Mater.
“El 10 de agosto del 1685, un campesino de Bogotá, llamado Bernardino de León, vio un resplandor muy fuerte provenir de los cerros orientales. Él pensaba que se iba a encontrar con una huaca de los indígenas, porque aquí había un asentamiento de los indígenas Laches; sin embargo, cuando subió se encontró delineada en una Roca, al filo del abismo, la imagen de la santa familia, y a la izquierda la silueta de un ángel, que la tradición ha identificado con el Arcángel Gabriel. Separaron la imagen de la roca y la fueron bajando hasta llegar a este punto (donde se ha erigido el santuario). Querían bajarla hasta la Catedral, pero aquí la imagen se hizo muy pesada, y decidieron construir primero una ermita de madera y paja, y después construyeron este templo, que fue consagrado el 12 de febrero de 1722”, precisó el padre Luca.


Foco de evangelización, cultura y transformación social
El Santuario de Nuestra Señora de la Peña ha desempeñado un papel crucial en la evangelización y en la reconstrucción del tejido social de los barrios aledaños. Desde los años 40, su presencia ha sido guía y fuente de esperanza para una comunidad que enfrentó duros desafíos en las décadas de los 80 y 90.
Gracias al acompañamiento de la Iglesia, muchas familias han encontrado en este santuario un refugio espiritual, y se han fortalecido valores como la unidad y la fe.
Diversas congregaciones y movimientos han trabajado en este espacio, incluyendo a las Siervas de Cristo Sacerdote; los monjes instarcienses; y, desde 2005, el Seminario Redemptoris Mater. Este seminario, junto con la parroquia y el Banco de Alimentos de Bogotá, desarrolla una intensa labor pastoral y social, promoviendo visitas a familias, acompañamiento a jóvenes y asistencia a los más necesitados. Dentro de los frutos evidenciados, el santuario ha sido cuna de vocaciones religiosas y matrimoniales, inspiradas en el ejemplo de la Sagrada Familia.
El designado templo jubilar en esta Año Santo de la Esperanza, también acogió algunos acontecimientos importantes de la historia de nuestra patria. Aquí, recodó el sacerdote, “se formó la ‘Cofradía de la Sagrada familia’, que durante la época de la independencia sirvió como sitio para que los próceres, entre ellos, Manuelita Sáenz, se reunieran para organizarse ante la dominación española. Entonces, durante la época del pacificador Pablo Murillo este santuario también fue un foco no solamente de evangelización, sino también de resistencia nacional. Y también, en el 1900, aquí se firmó uno de los tratados de paz de la Guerra de los Mil Días”, indicó.

Un santuario de puertas abiertas, que busca acercar la ternura y misericordia de Dios
Para el padre Luca Manni, rector del santuario, la designación como templo jubilar es un motivo de alegría y responsabilidad. Este reconocimiento resalta el carácter único de la aparición de la Sagrada Familia y la devoción a la Virgen de la Peña, patrona de la Arquidiócesis de Bogotá y de las vocaciones sacerdotales.
La declaración como templo jubilar fue un anhelo compartido con el padre José Vicente Sandino, rector del Seminario Redemptoris Mater, y los seminaristas, con el objetivo de fortalecer la evangelización de las familias y fomentar las vocaciones.
¡Todo listo para acoger a los peregrinos!
El santuario ha dispuesto una programación especial para acoger a los peregrinos durante este Año Santo. Se ha implementado un esquema de puertas abiertas, ampliando la oferta de eucaristías y servicios espirituales:
Sábados: Atención especial a grupos organizados, con celebración eucarística, confesiones y acompañamiento personalizado.
Domingos: Misas a las 12:00 p.m. y 4:00 p.m.
Lunes festivos: Eucaristía a las 12:00 p.m. y templo abierto durante todo el día.
Los peregrinos pueden coordinar su visita con el padre Luca Manni o con el seminarista Germán Aníbal Tovar Cortés, quienes han trabajado en la logística para recibirlos en un ambiente de acogida y fraternidad. Además, el santuario cuenta con parqueadero y espacios adecuados para recibir a los grupos.
Informes: 3125060858 – 3202365249
De lunes a viernes este santuario sirve como capilla al Seminario.

Semana Santa y el Viacrucis de la Esperanza
En el marco del Jubileo de la Esperanza, el santuario, también, prepara una Semana Santa especial. El Viernes Santo se realizará el Viacrucis de la Esperanza, una tradición que este año cobrará un significado renovado. La peregrinación partirá a las 7:00 a.m. desde el santuario y ascenderá hasta el cerro de Guadalupe, permitiendo a los fieles ganar la indulgencia plenaria a través de este ejercicio piadoso y del cumplimiento de las condiciones expresadas por la Penitenciaria Apostólica.
Una Invitación a la conversión y la esperanza
Finalmente, el rector de este santuario, declarado Monumento Nacional del 11 de agosto de 1975, enfatizó en que el Año Santo es un tiempo privilegiado de gracia y renovación. Es una oportunidad para todos los bautizados, independientemente de su cercanía a la Iglesia, de realizar una peregrinación tanto física como espiritual.
La misericordia de Dios se derrama con fuerza especial en este tiempo, ofreciendo la posibilidad de sanación y un nuevo comienzo para la sociedad colombiana.
El Santuario de Nuestra Señora de la Peña abre sus puertas a todos aquellos que deseen encontrarse con Dios, con la esperanza de que este Año Santo sea un punto de partida para la reconciliación y la paz en el corazón de cada peregrino.
A continuación, el padre Luca Manni amplía detalles sobre este Santuario y la manera como se ha preparado para recibir a los peregrinos, en el marco del Jubileo de la Esperanza 2025:
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