“Honoris Causa de Magíster en Educación”, cardenal Luis José Rueda Aparicio
En ceremonia solemne realizada el 6 de noviembre de 2024, otorgó el título “Honoris Causa, de Magíster en Educación” al cardenal y arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio.
Acompañaron en esta solemne ceremonia las directivas que regentan la universidad, como son los honorables Plenum y Consiliatura ; el rector de la universidad la Gran Colombia, Marco Tulio Calderón Peñaloza; la directora del canal “Teleamiga”, que pertenece a esta Alma Mater, Claudia Marcela Garzón Martínez, y el rector del Liceo Julio César García, doctor Christian Ferrer Lis. Así mismo, equipo de docentes de la universidad y alumnos destacados.
Por parte de la arquidiócesis de Bogotá, acompañaron a esta ceremonia uno de los obispos auxiliares, monseñor Edwin Vanegas Cuervo, el canciller Hernán Javier Hernández Ruiz . Sacerdotes, hermanas de algunas comunidades religiosas, la secretaria general de la Fundación de Atención al Migrante FAMIG-hermana Valdete Wilemann, colaboradores de esta Iglesia particular e invitados especiales.
Al iniciar el evento, el presbítero Fray Juan Camilo Gallego, capellán adscrito al centro de pastoral universitaria, hizo una oración de apertura, resaltando que la Universidad La Gran Colombia, se consagra estatutariamente como una comunidad cristiana, de denominación católica, no excluyente, dedicada a la enseñanza de la verdad y los valores del evangelio.
Luego vinieron las palabras de agradecimiento por parte del rector de la universidad doctor Marco Tulio Calderón. Se presentó seguidamente la hoja de vida del señor cardenal Luis José Rueda Aparicio por parte del doctor Christian Ferrer Lis, asesor rectoral de la Universidad la Gran Colombia.
Enseguida, el secretario general, doctor Luis Enrique Abello realizó la toma de juramento por parte del graduando Honoris Causa. Terminado el juramento se le entregó el diploma y se le impuso el escudo.
Misión Educativa
Se invitó al señor cardenal Luis José Rueda Aparicio, a dirigirse al público presente y destacó durante su intervención la misión educativa de la Universidad la Gran Colombia, donde destacó tres pilares necesarios para esta labor:
Personas con la sabiduría de la esperanza
“Son personas que logran mirar el pasado con gratitud, reconociendo lo que otras personas han trabajado en tiempos pasados, con lo cual logran tener raíces y liberarse de la vanidad. Personas que se ejercitan en la capacidad del discernimiento para escuchar la voz de los más pobres de la sociedad allí está el clamor de Dios y el clamor de la casa común, el discernimiento permanente nos lleva a encontrar el valor de lo esencial, sin dejarnos ahogar en lo superfluo, así son personas liberadas de la dispersión. Personas capaces de soñar la sociedad renovada, creativos para avanzar en medio de los múltiples obstáculos que se encuentran en el camino, son personas que se liberan del inmediatismo y del pesimismo”.
Personas con la sabiduría de la fraternidad
“Cuando el proyecto de vida y el proyecto educativo parten de lo más profundo de la antropología, descubrimos todos que se requiere y es posible formar en la sabiduría de la fraternidad.
Conocí un estudiante que superaba a todos en capacidades intelectuales, con inmensa facilidad lograba entender los argumentos, con una gran comprensión de lectura, aventajado en los análisis y con una gran capacidad de síntesis, pero incapaz de diálogo con quienes tienen otra forma de ver la vida, sin interés por las habilidades de la racionalidad, una lumbrera solitaria. Hoy necesitamos hombres y mujeres capaces de la escucha, del asombro ante el otro, de complementariedad y de corresponsabilidad, hoy nuestra sociedad requiere superar la esclavitud del individualismo, para crecer en la comunión, en la solidaridad, en la armonía y en la corresponsabilidad”.
Personas con la sabiduría de la paz
“La tragedia de las múltiples formas de violencia que llevan al desprecio de la dignidad humana, la incapacidad creciente de gestionar los conflictos por vías de creatividad inteligente y humana, nos empuja de una manera agresiva al armamentismo, a la eliminación de culturas y razas distintas, en definitiva, somos arrojados al abismo de la guerra que como dice el papa Francisco es un fracaso de la humanidad.
Ante este panorama somos todos desafiados a construir la cultura del encuentro, a tejer puentes de reconciliación; es entonces cuando volvemos los ojos llenos de esperanza a la educación como salvavidas, miramos a las universidades como laboratorios al servicio de la paz, como bosques sembrados con el arte de la no violencia activa, es en la universidad donde podemos beber todos el torrente del agua viva para que seamos custodios de la vida humana y de todas las especies vivientes que hacen parte de la casa común”.
“La sabiduría de Dios tomó rostro en Jesús de Nazaret y por esta razón para nosotros el referente de la sabiduría que le permite al ser humano pasar de condiciones salvajes a condiciones humanas. En él encontramos al maestro que nos ofrece la sabiduría necesaria para la vida del ser humano, y de allí quiero referirme, en esta casa de sabiduría que es la Universidad la Gran Colombia, a tres pilares necesarios en las arduas tareas académicas de las universidades: Formar personas sembradoras de esperanza, tejedoras de fraternidad y servidoras de la paz”.
A continuación intervención completa del cardenal y arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio, en ceremonia solemne, al otorgarle La Universidad la Gran Colombia, el título ”Honoris Causa de Magíster en Educación”, 2024:
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