Indica el padre José Gabriel Leguízamo Díaz, párroco en San Gabriel Arcángel, la cual se encuentra ubicada al sur de Bogotá y hace parte de la Vicaría Episcopal Territorial de San José.
Historia de la parroquia
El barrio Ciudad Jardín Sur nació de la iniciativa de la Cooperativa de Empleados de Bogotá, fundada en 1933, quien adquirió la Hacienda de Fucha, propiedad de la familia Portocarrero, para realizar un "Plan de urbanización y vivienda". Este es el origen del barrio Ciudad Jardín Sur. Junto con el nacimiento del barrio surgió la necesidad de hacer un templo, por ello en 1954 con la atención pastoral del padre Joaquín García Ordoñez, en ese entonces párroco de Nuestra Señora de la Valvanera, se compró la manzana actual a la misma Cooperativa de Empleados a nombre de la Arquidiócesis de Bogotá, a quien fue escriturado el terreno.
Con la atención pastoral de los Padres del Oratorio de San Felipe Neri (Filipenses) y de las Hermanas Hijas de la Sabiduría, que desde hace 30 años tenían el Instituto para niños ciegos y sordos (Hoy Instituto de la Sabiduría) y el colegio de la Sabiduría, fundado a comienzos de los años 50, se motivó a realizar la construcción de lo que, años después, vendría a ser el templo parroquial.
La Curia Arzobispal erigió la parroquia número 66 de la Arquidiócesis, bajo el título de San Gabriel Arcángel, según Decreto 61 del 18 de agosto de 1960. La nueva parroquia fue confiada al cuidado pastoral de los padres filipenses, quienes comenzaron la construcción del templo actual.
En octubre de 1962 llegó como párroco el padre Mariano de Frías, sacerdote español a quien todavía recuerdan muchos fieles después de tantos años. El padre de Frías terminó el templo parroquial y edificó la casa cural. Actualmente se encuentra como su párroco el padre José Gabriel Leguízamo Díaz, quien acompaña esta comunidad desde hace cuatro años.
Comunidad parroquial
El barrio está definido como estrato tres. Hay abundante población de adultos mayores. Gran cantidad de personas provienen de municipios del oriente de Cundinamarca, sobre todo de Fómeque, Fosca, Cáqueza, así como de Antioquia y el viejo Caldas.
La mayoría son profesionales y empleados en grandes empresas. La crisis económica de los últimos años afectó a gran parte de la comunidad, algunos tuvieron que vender sus casas e irse del barrio. En la actualidad, hay personas mayores que continúan viviendo en la zona en situaciones extremas de pobreza, sobre todo por el abandono de sus hijos. La parroquia la conforman los barrios: Ciudad Jardín Sur, el Sosiego, Primero de Mayo y el Velódromo, debido a que a partir del 1 de diciembre de 2017 se le agregó la que antes era la Parroquia San Ricardo Pampuri. “Hemos procurado fortalecer la fe y el compromiso con el acercamiento a la Palabra de Dios en las celebraciones litúrgicas, con el grupo Bíblico de los lunes, cada quince días, en la casa de las Hermanas de La Paz y los encuentros cada quince días o cada mes en los sectores. Son muchos los que se benefician de esta actividad bíblica”, indica el padre Leguízamo.
Sólo el 10% de la población que vive en el territorio participa regularmente en la vida parroquial, asistiendo a las eucaristías dominicales. Se denota una gran falta de compromiso comunitario, sobre todo en las relaciones con los vecinos y en el deseo de integrarse con los demás. Hay bastante movilidad humana, en ocasiones en barrio se convierte en un trampolín de paso de la gente del sur para irse a otros sectores de la ciudad. Esto hace que no haya suficiente conciencia de comunidad y sentido de pertenencia a la parroquia. Las personas vinculadas en los grupos y actividades parroquiales son, en su mayoría, de familias ya asentadas y estables.
“La comunidad parroquial, los que vienen a las celebraciones y los que están vinculados más estrechamente, son personas que se esfuerzan por vivir su fe a pesar del ambiente actual. Considero que ha habido un avance positivo en la profundización de la fe como experiencia de Dios y de su amor en la vida particular. Quienes participan en la vida parroquial son buenos creyentes y buenos practicantes”.
Existe la presencia de siete comunidades religiosas femeninas: Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción, Hermanas Misioneras Teresitas, Hermanas Oblatas, Hermanas de La Paz, Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción, Hermanas Calasancias y el Instituto Secular Misioneras de María Reina de Los Corazones, y tres masculinas: Padres Misioneros de la Consolata, los Padres Marianistas y la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
El padre Leguízamo, se encuentra feliz y asegura que ha sido un tiempo de gracia estos cuatro años como pastor de esta comunidad “Ha sido un tiempo de gracia y de bendición, porque he aprendido a ser párroco. Cada comunidad es diferente y así como yo puedo aportar a la evangelización, siento que ha sido un aprendizaje para mí y estoy muy contento de poder servir, siento que es una gracia ser sacerdote y servir a toda la comunidad”.
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