Diócesis de Engativá, 20 años construyendo la 'Ciudad de la Misericordia'
Veinte años de gracia y bendición, llenos de experiencias, aventuras y retos que nos han permitido crecer humana y espiritualmente como Iglesia samaritana de Engativá. Damos gracias a Dios quién nos ha impulsado a construir la Ciudad de la Misericordia, más humana y más fraterna.
Damos gracias a Dios por la riqueza sinodal heredada por nuestra madre, la Arquidiócesis de Bogotá, que continúa nutriendo nuestra vida espiritual y quehacer pastoral centrado en la construcción de comunidades arraigadas en la Palabra, comprometidas con el Reinado de Dios y con el tejido de nuestra sociedad colombiana.
Damos gracias por la guía y compromiso de nuestros dos pastores: monseñor Héctor Luis Gutiérrez Pabón y monseñor Francisco Antonio Nieto Súa, quienes en sus respectivos pastoreos nos han animado, impulsado y orientado por este camino de seguimiento a Jesucristo Buen Samaritano, por ellos nuestra oración por su bienestar y salud.
Damos también gracias por el compromiso abnegado de nuestros agentes de pastoral, los fieles laicos, las comunidades religiosas femeninas y masculinas, los diáconos permanentes y los presbíteros quienes han soñado y concretado este proyecto eclesial.
Nuestra Ciudad-Región con sus distintos escenarios y territorios, sus muy variadas expresiones culturales, sociales, económicas, políticas y medioambientales nos interpelan, exigen y movilizan a iluminar y responder desde nuestra pastoral urbana y las mediaciones que hemos creado.
No podemos pasar por alto otro hito fundacional: el tiempo vivido como Vicaría Episcopal Territorial de la Sagrada Eucaristía, bajo la guía de monseñor Octavio Ruiz Arenas, quien concibió el Plan Zonal de Pastoral como manera eficiente para concretar y operativizar tres opciones fundamentales: la espiritualidad samaritana, la eclesiología de la misericordia y las pequeñas comunidades como espacio vital.
La Construcción de la identidad teológico pastoral de la naciente Iglesia de Engativá y la operativización del Plan Pastoral Samaritano, estuvo marcada por diferentes momentos y etapas, entre la complejidad y la lucidez de diálogos eclesiales, que la revistieron de mucha riqueza espiritual, teológica y pastoral como lo reflejaron las cinco Asambleas Diocesanas; los encuentros de formación pastoral del clero (Discipulado sacerdotal de la misericordia), ruta pedagógica para educar el corazón; el principio compasión-misericordia, fundamento de nuestra espiritualidad y garantía de nuestro compromiso de servicio a la ciudad.
Así mismo, la necesidad espiritual de nuestro tiempo nos llevó a crear la Vicaría de Espiritualidad y Cultura para renovar, fortalecer y aportar al seguimiento de Jesús de Nazaret.
La nueva etapa de nuestro Plan Pastoral Samaritano 2020 - 2024 nos ha traído aprendizajes, logros y cambios significativos tanto en nuestra vida espiritual como en nuestro quehacer pastoral.
Reestructuramos la Diócesis y sus mediaciones, reorganizamos nuestro territorio diocesano para mejorar la atención pastoral de las personas erigiendo tres Vicarías Territoriales: Nuestra Señora del Rosario, Sagrada Eucaristía y San Francisco de Asís.
Fortalecimos nuestros Arciprestazgos para que sean auténticos territorios de misión; fundamos nuevas comunidades parroquiales, en este momento somos 70 parroquias, el Santuario el Señor de los Milagros y 4 proyectos para futuras parroquias.
Pastoralmente fortalecimos el Centro de Espiritualidad Samaritana y Estudios Pastorales Urbanos; las pequeñas comunidades samaritanas y misioneras; fundamos el área encargada de la formulación y ejecución de proyectos y el trabajo interinstitucional.
Reactivamos el Observatorio Pastoral de la Realidad; fortalecimos la pastoral sacerdotal y vocacional; el equipo de comunicaciones; y vamos a inaugurar la Sede del Tribunal Eclesiástico. Mantenemos los campos operativos de pastoral de arraigo en Jesucristo Palabra de vida; de vida en comunión y de servicio a las personas y a la sociedad como paradigmas que hacen posible la construcción del Reino.
Esta etapa la llamamos ‘Encarnando la misericordia social en la ciudad’, porque estamos convencidos que este nuevo tiempo de evangelización nos exige dar el paso de la reflexión a la acción evangelizadora que transforma y renueva la vida de nuestra Iglesia.
Garantía de este objetivo son las seis Opciones Misioneras: misericordia social, ecología humana-integral, iniciación cristiana, acción educativa, acción política y la iglesia en misión. Estas fortalecen la identidad como ciudadanos de la misericordia y la espiritualidad samaritana.
Pedimos al Espíritu Santo nos ilumine y guíe para alcanzar nuestro objetivo, que cada tarea y compromiso de nuestra comunidad eclesial nos lleve a construir la Ciudad de la Misericordia. La Santísima Virgen, en su advocación de Nuestra Señora del Rosario, interceda y nos acerque a Jesucristo, la misericordia del Padre.
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